Freitag, März 30, 2007

YO CONFIESO



HONOR: 1. m. Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.

Reconozco la atracción que ejercen sobre mí las películas que plantean dilemas morales, y si éstos son religiosos, mucho más. La eterna disputa: honor contra deber; creencias contra humanismo; moral contra lógica. Atractivo, muy atractivo. El cine siempre nos ha procurado muchas muestras de ese tipo de disyuntivas. Alfred Hitchcock rodó en 1953 un magnífico ejemplo de lucha interna: Yo confieso, protagonizada por Montgomery Clift. El actor americano demuestra muchas similitudes con ZP, el Preciojusto: rara sensibilidad, inconfundible manera de interpretar, poca espontaneidad, mucho gesto forzado y un eterno halo de congoja y apatía.
En la película antes mencionada, un sacerdote escucha los crímenes cometidos por un sujeto. Más tarde las circunstancias inculpan al clérigo, que se verá en un aprieto al no poder explicar todo lo que sabe: le atenaza el secreto de confesión. La primera vez que vi la película pude sentir la angustia del protagonista y su estremecimiento por la dicotomía a la que era sometido.
Ayer, durante la sesión del juicio del 11-M, creí que se emitía un remake de la cinta. Al ver al anterior jefe de policía— Agustín Díaz de Mera— negándole al juez el nombre de la fuente que le proporcionó la información sobre la existencia de un informe que vincula a ETA con los atentados de Madrid, las dudas me asaltaron: ¿Honor contra deber?, ¿farol a destiempo? Debo aceptarlo: Los conflictos me atraen, pero cuando se les platean a otros.
Si ustedes se han percatado, meine Damen und Herren, sólo he escrito una vez sobre el 11-M. ¿Por qué?, se preguntarán. Es muy sencillo, porque la verdad nunca la conocerán. Pocas democracias, y mucho menos la española, soportaría tal embate. En la política, tanto nacional como internacional, existe un delicado equilibrio que siempre debe salvaguardarse. Todos pueden hacer sus más y menos; pero el «equilibrio» nunca debe quebrantarse, ya que de lo contrario el juego terminaría. Los políticos profesionales nunca querrán que algo así suceda; en ello les va su futuro, hacienda y poder. Llegado el momento se taparán la nariz, echarán paletadas de tierra, mirarán hacia otro lado, culparán «a dos que pasaban que allí» y la pelota volverá a rodar en otro terreno de juego: habrán salvado al equilibrio; es decir, a ellos mismos.
Yo no les voy a decir si existe el informe o si Díaz de Mera es un mentiroso. Por el contrario, les dibujaré una cancha de juego. No creo que nadie lanzara un órdago semejante sin tener la certeza, ya que ante la celebración del juicio era evidente que algún abogado podría utilizarlo; como así fue. Por otro lado, considero que cuantas más dudas se plantean en el juicio y en la investigación, más se ha radicalizado la postura de ETA. ¿Por qué? Algo ha ido muy lento en la representación o alguien no ha seguido el compás marcado. Un extraño tufo invade el ambiente pero no puedo identificar el olor: muchas preguntas, ninguna respuesta y demasiadas dudas. Todos se mantienen a la expectativa pero no saben qué esperan: ¿islamistas?, ¿ETA?, ¿otra alternativa?
Mientras unos se cuecen en la incertidumbre, Díaz de Mera lo hace en su conflicto; pero el olor del guiso nos inquieta y repugna. Conforme avanzan las sesiones del juicio y las investigaciones paralelas, la trama islamista presenta dudas que van más allá de…«lo razonable». La intervención de ETA está por ver, aunque ésta, por extraño que parezca, también es de las que desea salvaguardar el equilibrio. La «otra alternativa» es la que debe preocuparles. ¿Se imaginan que pudiera demostrarse que ni los islamistas ni los terroristas vascos han intervenido en el asunto? Eso sí que sería un dilema. De todas maneras no se preocupen: siempre hay alguien que salvaguarda…«el equilibrio».
Foto: Cartel alemán de Yo confieso. 1953

Donnerstag, März 29, 2007

¡SIEG HEIL!

DESCONCIERTO: 3. m. Desorden, desavenencia, descomposición.

Debo reconocerles que ando algo desconcertado: excesivo trabajo; sucesos que no logro entender; mala suerte con las cartas; etc. Necesito reposo y tranquilidad, buscar la brújula que me indique cuál es el camino adecuado y pisar terreno conocido para liberarme de la incertidumbre de lo inexplorado. Por ése motivo, debo volver mi vista a lo que sé que nunca me defraudará: mi querido ZP. El motivo ya se lo he explicado en varias ocasiones: los bobos nunca defraudan, siempre se comportan de la misma manera. Recapaciten, meine Damen und Herren, y llegarán a la misma conclusión que yo. Hoy, al contrario que en otras ocasiones, no criticaré a ZP, el hombre de Saimaza. Tampoco mencionaré el precio que adjudicó al café en España. De todas formas, no se queden con la anécdota— algo muy español— y profundicen algo más.
Una de las bondades del gobierno de Rodríguez es que nos ha permitido comprobar el auténtico fuste de muchos que antes se mostraban cautos, disimulados o difusos. Un ejemplo axiomático es el del PNV. Existen otros, qué duda cabe, pero hoy dedicaremos unas breves líneas a las hordas del tonsurado Ibarretxe. El PNV siempre nadó entre las dos nauseabundas aguas del apoyo— taimado, eso sí— a ETA y el rechazo— con arteros matices— a los terroristas. Sin embargo, los renovados aires que ZP, el Pacificador, ha traído a las tribus nacionalistas las ha envalentonado: Se acabaron los disimulos, sobran las medias tintas, concluyeron las ambigüedades, se abrió la veda del disidente y todo aquel que se precie debe exhibir la cabeza de uno de ellos sobre la chimenea del hogar. ¡Viva la tribu!, ¡arriba el clan!, ¡mueran los forasteros de sangre impura!
Las vetustas hordas de bárbaros del jefe Ibarretxe deben diezmar a los romanos y hacerles sufrir las sevicias: castrar, empalar, decapitar o eviscerar. ¡Debe notarse el grado de civilización de la tribu! Debo confesarles, estimados parroquianos, que nada me sorprende: hace tiempo que descubrí los hilos de las marionetas y cuando vuelvo al teatro las miro de otra manera. Yo no creo que la historia se repita ya que ni las personas ni las circunstancias suelen ser las mismas. Sin embargo, sí podemos percibir similitudes entre los comportamientos totalitarios y excluyentes. El comienzo suele ser señalar al enemigo o explicar las diferencias perniciosas. Después se intentará amedrentarle para lograr su silencio. El siguiente paso será tildar de «provocación» algo tan simple como es la manifestación de una opinión. Más tarde algunos comenzarán la eliminación física del adversario mientras otros lo disculpan o miran hacia otro lado. Si la coyuntura política lo permite, debe forzarse el sistema para dotar de la legalidad adecuada al atropello. Y al final, cuando es inviable la vuelta atrás, se articula todo para acometer el proyecto más ambicioso: la solución final, Die Endlösung.
No existirá ningún reproche que realizar: el pueblo consintió con su silencio y con su «respaldo democrático», la situación lo exigía y la supervivencia de la tribu peligraba: cumplíamos órdenes. Si alguien es observador no puede sustraerse a la realidad que, gracias a ZP, se percibe en el País Vasco. Es evidente que algunos se sitúan por encima de la ley y exigen los derechos…¿prometidos? Las amenazas vertidas por Miren Azkarate, portavoz del Gobierno vasco, contra los jueces creo que resultan elocuentes. Debemos mostrarnos agradecidos a ZP, el Octavo Magnífico, por la oportunidad que nos brinda su dislate de política para comprobar la auténtica naturaleza de determinados personajes; sus aliados. Espero que los españoles tengan memoria para recordarlo.
La historia no se repite, estoy convencido; pero algunos sí la utilizan para aprender, al menos las malas artes.

Foto: ¡Heil, mein Führer! Ein Volk, ein Reich ein Führer.

Mittwoch, März 28, 2007

¿ TE ACUERDAS?


De nuevo entre ustedes, meine Damen und Herren. Les ruego que me disculpen, pero los últimos días han sido muy fructíferos en Berlín. No piensen mal, queridos parroquianos; me refería a los fastos celebrados por el quincuagésimo aniversario de la arcadia hipócrita: ¡Felicidades, Europa! Superada la mamarrachada, entraremos en materia: Dña. Elena Francis.
Sí, queridos, hoy nos retrotraeremos a mis recuerdos de infancia españoles. En ellos, qué duda cabe, ocupa un lugar privilegiado el consultorio radiofónico que fue mi particular banda sonora durante innumerables meriendas. Mi madre, que no lograba adaptarse al cambio de país, también lo escuchaba, ya que le servía para perfeccionar su castellano. Sin embargo, y mientras yo despachaba un trozo de pastel y un vaso de leche con Cola-Cao , al tiempo que movía a mis soldados de plástico en imaginarias batallas, observaba que mi madre sonreía con desdén ante determinadas frases que escuchaba en la radio. Nunca le he preguntado el porqué; quizá algún día lo haga. La sintonía del programa era Indian Summer, compuesta por Víctor Herbert. Después, y a lo largo de 30 minutos, se leían unas cartas cuyas remitentes esperaban el consejo de Dña. Elena Francis; pero antes, y sin duda alguna para incrementar la tensión, se escuchaba la letra de la melodía: «Francis. Consúltale a Francis. El consejo es de Francis, Francis, Francis...».
ZP, el Esdrújulo, ha decidido ocupar el puesto que dejó vacante dicho espacio radiofónico. Por ése motivo, ha decido abrir un consultorio en RTVE: «Pregúntale a ZP». Como no podía ser de otra manera, un alma caritativa— siempre es la misma— me ha hecho llegar las imágenes. Tal y como imaginaba, más de lo mismo: un incapaz tartamudo; las opiniones de un visionario miope; las incertidumbres del que viaja sin destino; los engaños de un chamarilero; las repeticiones del que no tiene nada más que decir; y los terrones resecos de un barbecho intelectual. En román paladino, Rodríguez en su salsa: «Francis. Pregúntale a Francis. El consejo es de Francis…».
El programa en sí me ha parecido malo y previsible. Quizá el único acierto esté en los estudios en los que se realiza: Estudios Buñuel. Supongo que reconocerán, meine Damen und Herren, el guiño realizado: El nombre de un director de cine surrealista para un político surrealista. ¡Qué gran acierto!
Al pobre Rodríguez le ha pasado lo que a los desodorantes malos: no funciona en las distancias cortas. Nunca antes había percibido semejante lejanía entre un político y sus representados. Créanme si les digo que la soledad de ZP, el Finiquitado, se olía. Las caras de tedio de los cobayas eran elocuentes. Ni siquiera el mofletudo rostro del niño Milá lograba mejorar el cuadro. Todos iban a lo que iban: faena rápida y aseada. Pero es que Rodríguez necesita multitudes, masas de gente adocenadas, para diluir su mediocridad entre el gentío. Aunque otra solución sería, a mi modesto entender, algún chiste de Chiquito de la Calzada entre respuesta y respuesta. Tratándose de alguien con tanto empaque y señorío como ZP, sería lo adecuado para mantener la tensión necesaria y que los mensajes del gran estadista llegasen al pueblo. Para emitir semejante mojiganga como la de hoy, lo mejor sería que RTVE se hubiera lanzado al ruedo y perdiera el pudor.¡Nada de ciudadanos encajonados en unos sosias de escaño y fuera el disimulo! En cambio, deberían sentar en las gradas a Pepiño, Polanco, Rubalcaba, Sopena y demás caterva para lo de siempre: enjabonar, masajear y que ZP diga algo coherente y sincero, que el gurú nos guíe, que el profeta nos explique sus parábolas y nos muestre la luz en esta época de tinieblas. Me temo que ya nadie más le cree.
Querido señor ZP: mi marido me maltrata y mi suegra es una borde. ¿Qué debo hacer? Yo le quiero y ella me cae bien...
«Francis. Pregúntale a Francis. El consejo es de Francis...».
Foto: Cartel publicitario Cola- Cao. 1966.

Freitag, März 23, 2007

ARTICULO MORTIS


ARTÍCULO DE LA MUERTE: 1. m. Último estado o tiempo de la vida, próximo a la muerte.

No se preocupen, meinen Damen und Herren, la definición no se refiere a mí. Aunque algún día, espero que lejano, la parca querrá probar mi tino con los naipes. Llegada esa ineludible cita, actuaré como el marinero Stubb; uno de los personajes de Moby Dick: «No sé lo que me espera; pero sea lo que sea, iré hacia ello con una sonrisa».
Un hombre resignado a la fatalidad de su destino no es algo inhabitual en la literatura, que siempre nos ha surtido de diferentes modalidades de defunción: estéril, heroica, resignada, combativa, liberadora, valiente, cobarde, o una mezcla de todas ellas; que también es posible. «La muerte, ¡desdicha fuerte!», que escribió Calderón de la Barca.
No miren el calendario, estimados parroquianos de Josephsplatz; no estamos próximos al Día de Difuntos, no. Sin embargo, y sin saber el motivo, el comienzo del escrito de hoy luce tintes fúnebres. Bien, consideraremos que todo se debe las extrañas asociaciones que produce la mente humana. Hoy, por el contrario, quería comentar las declaraciones del Sr.Jesús Polanco; ya saben: el dueño del PSOE y, según se jacta, del trono de España; parco bagaje es ése, aunque ya saben la diferencia que hacía Antonio Machado entre «valor» y «precio».
Mientras el moribundo escucha el filo de la guadaña en el trigal de la vida, coacciona a periodistas, manipula la información y sirve de apoyo a la labor de un iluminado, se permite impartirnos lecciones de democracia y libertad. De nuevo, el burdo intento de elaborar un gazpacho muy extraño: Partido Popular, franquismo, golpes de estado y guerra civil; con algunos cominos sería más sápido. Supongo que el conocimiento que tiene el moribundo del franquismo se debe a que medró a su sombra, se sirvió de él y luego supo cambiar la chaqueta a tiempo. No lo critico, pero sí censuro que un individuo de semejante catadura pretenda dar lecciones de libertad de expresión. Las declaraciones en sí sólo tienen el valor que otorga la desesperación del que se sabe pasto de gusanos y que aspira a vivir en un mausoleo de mármol después de haber muerto. «La muerte, desdicha fuerte».
En estos tiempos que corren, meine Damen und Herren, la profesión de periodista es una de las más tronadas. Hay quien dijo que «es mejor ser pianista de burdel»; pero yo creo que incluso la profesión de puta es más honrosa. No crean que existe tanta diferencia entre una y otra: tú pagas y yo hago lo que pidas. Así y todo, las prostitutas ponen ciertos límites en función de sus escrúpulos o necesidades. El periodista, en cambio, no. Lo disculpo: con honestidad y dignidad no se pagan facturas.
El Sr.Polanco, en articulo mortis, se permite criticar a otros y luego despedir a un periodista por algo tan inherente al ser humano— o así debería ser— como la libertad de pensamiento. Además, de forma chulesca — en la junta de accionistas de PRISA—; sin discreción; haciendo alarde de poderío; como un césar en el anfiteatro, que condena a un gladiador a la muerte. En definitiva, con el mismo comportamiento que demostraría un déspota enrabiado porque la última batalla no la podrá ganar: «La muerte, desdicha fuerte».
Creo que algunos de ustedes están preocupados por el futuro de España, consideran que se rompe, que algo se descompone de forma irremediable; pero reflexionen: no es su nación la que se despedaza. Son tiempos complicados, lo sé. Sin embargo, el olor acre de putrefacción que perciben corresponde a otros. Nada será igual después de ZP, ya lo verán; sólo es cuestión de paciencia. Recuerden: «La muerte, desdicha fuerte».
Ahora quería escribir sobre Hugh Thomas, pero he olvidado el porqué. ¡Qué complicado es todo! Además, la partida de esta noche no me ha sido favorable: ¡Qué delito cometí contra vosotros naciendo!
Foto: Ven, dulce muerte, ven

Mittwoch, März 21, 2007

¿A QUÉ NO SE APUNTARÍA?


RESOLUCIÓN: 5. f. Decreto, providencia, auto o fallo de autoridad gubernativa o judicial.

El verbo se hizo carne, meine Damen und Herren: «Si hay razones desde el Derecho y tiene que responder a eso, yo me apunto». La frase anterior, pronunciada por Pepiño Blanco en referencia a la petición de procesar a José María Aznar ante el Tribunal de la Haya, sigue las pautas habituales de su emisor: No dice nada que signifique algo; demuestra su gazpacho cerebral; sólo el retraso mental puede servir de atenuante; todavía luce el pelo de la dehesa; y nos planea, eso sí, una inquietante cuestión: ¿Cómo es posible que alguien que sólo es apto para varear alcornoques ocupe determinados cargos en un gobierno? El insigne Pepiño, con sus cambaladas verborreícas, se supera día a día. ¡Cuánto talento perdido para el mundo del Derecho! Sin embargo es lógica su actuación: hay que distraer al personal.
La petición de que el Tribunal de la Haya procese al anterior presidente del gobierno es ridícula; pero para nuestros fines, suculenta; una auténtica vianda. Con el fin de no extendernos, solamente mencionaremos dos de las resoluciones de la ONU al respecto: 1483 de 22/5/03 y 1546 de 8/6/04; ésta última sancionada por ZP, el Resoluto.
En la primera se hace un llamamiento para que la coalición ayude al pueblo iraquí en la reforma de sus instituciones, la reconstrucción del país, y contribuya a la existencia de una estabilidad y seguridad que favorezca todo lo anterior: lo que hacían las tropas españolas. No obstante, el PSOE, fiel a su estrategia de manipulación y mentiras, se volcó en que la población española tuviera otra percepción de los hechos; como demostró a lo largo de la campaña electoral del año 2004. Una vez conseguido el poder, Rodríguez esperaba la siguiente resolución de la ONU, que le permitiría demostrar que él cumplía sus compromisos electorales y, al tiempo, no quedar como un mamarracho y un cobarde ante la comunidad internacional: ONU, USA, UE. Al tener las primeras noticias de que el nuevo mandato de la ONU no le satisfaría, decidió, de forma sorpresiva, retirar el contingente español. Ese dislate supuso un grave riesgo para las tropas españolas, ya que el plan operativo en Irak no preveía la protección necesaria para iniciar una retirada. La zona cubierta por los legionarios españoles pasó a control americano, situación ésta que alteró todos los planes de la fuerza internacional. Para evitar la arcadia del ridículo a la que está tan acostumbrado ZP, no se le ocurrió otra idea que viajar a Túnez para alentar a que otros países siguieran el ejemplo español: otro intento para disimular su cobardía y ocultar su magro empaque.
El 8 de junio de 2004 llegó la nueva resolución de la ONU — 1546—, que ZP y su gobierno votó a favor. De forma escueta señalaremos su contenido: Respaldaba a la fuerza internacional, reconocía al nuevo gobierno iraquí, señalaba que la coalición luchaba contra el terrorismo y solicitaba a los miembros de la ONU el envío de tropas a Irak. En román paladino, aprobaba la guerra y sus fines, y dejaba a España, al PSOE y a sus palmeros en fuera de juego; en un bochornoso y risible paso cambiado. Mientras Estados Unidos y Gran Bretaña luchan contra los terroristas — los que dinamitan hospitales, mercados, mezquitas e impiden la normalización del país— otros ayudan y reconstruyen. España, como en otras ocasiones, aislada y excluida por la necedad del iluminado de turno, que ha privado a la nación de la credibilidad y el respeto necesarios entre el resto de las naciones. ¿Volverán los tiempos de «si ellos tienen ONU, nosotros tenemos DOS»?
Más tarde llegaron los chuscos intentos para dar otra apariencia, y ZP se dedicó a lo único que hace, y mal además: discursos plagados de frases hechas y hueras, que parecen el acta de una comunidad de propietarios. Pero es que estamos ante un hombre que tiene una acreditada fama de embustero, incapaz y sandio, y que demuestra una reconocida fascinación por la imbecilidad y la improvisación.
Para concluir, podemos decir que la presencia de las tropas de la coalición en Irak es, irrefutablemente, acorde al Derecho Internacional. Recuerden que ZP, entre otros, así lo votó. De todas formas, meine Damen und Herren, si Pepiño Blanco piensa lo contrario deberemos aceptarlo: ¿Qué puede hacer un lego, como soy yo, contra las doctas opiniones de un ilustre letrado? Ya lo sé: escribir la letra «i» delante del último sustantivo de la pregunta. Sí, eso es.
Foto: Retrato. 1919. Amedeo Modigliani.

Dienstag, März 20, 2007

PENITENTIAM AGITE



SAYÓN: 3. m. Verdugo que ejecutaba las penas a que eran condenados los reos.

El instrumento para ajusticiar a los condenados a muerte en España fue el garrote vil: instrumento siniestro donde los haya. Hasta 1828 se utilizó la horca, pero Fernando VII dispuso que se utilizara el garrote por considerarlo más humanitario. El mecanismo es de lo más sencillo: un collar metálico ajustado al cuello que, mediante un tornillo, estrangula al reo. Existió una variante denominada catalana, que disponía de un punzón que rompía las vértebras cervicales del condenado. Lo cierto era que la rapidez en morir del reo dependía de la habilidad y fuerza en los brazos del verdugo. Uno de los últimos individuos que ejerció dicha profesión siempre hacía una última recomendación al sentenciado: «No te pongas nervioso y no te haré sufrir». Segundos más tarde, el siniestro crujir de las vértebras rompía el silencio.
ZP, el Venablos, lleva ya varios días sentado en la banqueta del garrote. ETA, en su papel de verdugo, le ató las manos y los pies, y acaricia con malsano regocijo las asas del torniquete. Bastaría una simple vuelta de tuerca y toda habría acabado. Por el contrario alarga el sufrimiento de Rodríguez, que anhela una respuesta, una señal, un comunicado que luego él pueda vender a los españoles. Tanto si llega el mensaje como si no, ZP ya ha quedado en evidencia, ya que no puede ser más innegable que estamos ante un político cuyo futuro depende de lo que una banda de asesinos decida: ni más ni menos. ¿Tan baja ha caído la democracia española que la soberanía del pueblo ya no reside en él sino en una pandilla de criminales? Increíble, meine Damen und Herren; pero así es. El pobre Venablos ha cedido en todo, se ha portado bien, ha escrito un tratado sobre las diferentes posturas de la genuflexión, ha arrastrado por el fango de la mediocridad a todos los estamentos del Estado— en especial a la Justicia— y está dispuesto a tragar todavía más. ¡Parece insaciable!
Así y todo, el verdugo alarga la espera. ZP ya nota como el dogal metálico ciñe su cuello, las gotas de sudor perlan su frente y escucha la oración del capellán, que en susurros dice penitentiam agite. Sin embargo, ya pasó el tiempo de ZP para hacer penitencia. Estamos ante un desesperado, y de alguien así no pueden esperarse reacciones lógicas y meditadas. Si ha de lograr que HB se presente a las elecciones, lo hará; si debe mangonear a la judicatura para evitar que Otegui sea procesado, lo hará; si debe entregar Navarra, lo hará; si debe culpar al servicio de correos del envío de una nueva remesa de cartas de extorsión, lo hará: Cualquier cosa con tal de que el verdugo no gire más la manivela.
El macabro collar ya muerde su garganta, y ZP, girándose hacia el ejecutor, implora clemencia con la mirada de carnero degollado y su eterna sonrisa cincelada entre los carrillos. Parece ser que ha encontrado un sayón compasivo, ya que éste, a través de la capucha negra, le ha dado un buen consejo: «No te pongas nervioso y no te haré sufrir».
Foto: Garrote vil.

Donnerstag, März 15, 2007

TERCER AÑO TRIUNFAL

ISTA.- 2. suf. Forma sustantivos que designan generalmente a la persona que tiene determinada ocupación, profesión u oficio. Almacenista, periodista, taxista.

Casi sin percatarnos, como el que no quiere la cosa, han transcurrido tres años de la llegada al gobierno de uno de los grandes ilustres que la historia española proporciona cada milenio: José Luis Rodríguez Zapatero, el Ofuscado.
No debemos ignorar tan magno acontecimiento, ya que obraríamos con injusticia ante los evidentes logros que Rodríguez ha conseguido. Sí, meine Damen und Herren; la nobleza nos obliga de nuevo a reconocer lo evidente: somos contemporáneos de un gran hombre y debemos sentirnos afortunados. Cuando la vejez nos alcance, el paso de los años apergamine nuestra piel y las arrugas surquen nuestras frentes, tendremos algo que contar a nuestros nietos. Llegado ese momento, gozaremos de la fortuna de comenzar nuestros relatos con el siguiente prólogo: Yo estuve allí y pude verle.
Más tarde, si somos sinceros, tendremos que explicar que el Ofuscado logró enfrentar a los españoles y reabrió viejas heridas; que practicó el juego de la indisposición a tres bandas: U.E., U.S.A., Iglesia; que hundió la política exterior española en el pozo del ridículo, la mediocridad y el cretinismo; que demostró cómo un gobierno puede ser alzado y sustentado por terroristas; que mintió hasta extremos que provocarían el sonrojo de Friedrich von Münchhausen; que impartió una docta lección sobre cómo actúa un gobierno débil en manos de nacionalistas, que sólo persiguen desmembrar a una nación; que erosionó la credibilidad de todos y cada uno de los estamentos que son la piedra angular de un estado democrático: Justicia, policía y el parlamento; que no tuvo nunca un proyecto de gobierno claro y se limitó a columpiarse en el trapecio de la improvisación; que ha hecho del sectarismo, la manipulación, la crispación y el acecho al disconforme su único argumento político; y que ha gobernado de cara a la galería pero de espaldas a los auténticos problemas que afligen a los españoles. En resumen, estamos ante un gran hombre. ¡Loa al prócer!
Algún día, sentados al amor del fuego, recordaremos su recta silueta y torcida personalidad. Explicaremos que era querido por las mujeres, amado por los infantes y envidiado por los hombres, y de nuevo, arrebolados de emoción, lo repetiremos: Yo estuve allí y pude verle.
En las frías tardes del invierno recordaremos su sonrisa triunfal, su elegancia innata, el donaire característico de sus pasos, su taumatúrgico temple y su egregia figura. Ante los amigos y conocidos, que no podrán ocultar la envidia reflejada en sus caras, manifestaremos nuestra admiración por la valentía del serviola español, que desde la cofa del país vela por su destino. Tanta será su grandeza, que solamente los literatos y rapsodas podrán reflejarla con exactitud:
« Ista, ista, ista, Zapatero feminista». Ni siquiera Homero pudo ensalzar tanto a Odiseo.
Después del ocaso, y cuando sólo las farolas iluminen las calles con sus plateados rayos, apagaremos las luces para que la penumbra avive nuestros recuerdos, y a solas, sin testigos que nos observen, murmuraremos llenos de orgullo: Yo estuve allí y pude verle.
Foto: Il Duce. O con noi o contro di noi.

Montag, März 12, 2007

EL REDUNDANTE


REDUNDANCIA: 3. f. Cierta repetición de la información contenida en un mensaje, que permite, a pesar de la pérdida de una parte de este, reconstruir su contenido.

Mis anteriores escritos versaron, entre otras cosas, sobre pintura. Debo reconocerles que aquellos que poseen el talento necesario para ejercitar dicho arte despiertan mi envidia. Aclaro, por eso, que la pintura abstracta y sus autores quedan excluidos de mi pesar por la capacidad ajena. Edward Hopper es mi pintor favorito, quizá porque considero que sus obras reflejan a la perfección la soledad de los humanos. Sin embargo, admiro los cuadros de otros a pesar de que la totalidad de su obra no me satisfaga. Uno de los cuadros que me gusta mirar siempre que tengo ocasión es El caballero de la mano al pecho, de Doménikos Theotokópoulos, El Greco. ¿Qué es lo que me atrae de ese retrato? Varias cosas: la falsa austeridad, la pose, la mano firme pero femenina a la vez y la gola almidonada. Según se cree, el retrato corresponde a Jerónimo de Ceballos y fue pintado en 1584. Fiel a la costumbre de la época, El Greco reflejó algunos de los símbolos de la dignidad o riqueza del retratado. En el caso que nos ocupa son evidentes: la plata dorada al mercurio de la empuñadura; el oro repujado de la bola de la espada; la seda negra del traje; y la cadena de oro, que asoma tímidamente. Sin lugar a dudas se trata de un retrato hipócrita, ya que el modelo quiere pasar por austero cuando se trata de un rico. No lo tengamos en cuenta, todas las épocas tienen sus modas.
Con el Excmo.Sr. D. Pepiño Blanco, el Redundancias, ocurre algo parecido: quiere pasar por lo que no es. En román paladino, desea mostrar que estamos ante un lince cuando se trata de un minino castrado que ha sufrido varios atropellos. Dudo, incluso, que el célebre Don Gato, creado por Hanna&Barbera, le quisiera en su pandilla. Por el contrario, y ustedes ya lo saben, meine Damen und Herren, hasta un sandio de semejante calibre tiene su lugar junto a ZP. La manifestación convocada por el PP se desarrolló como sospechábamos: asistieron cuatro personas. Todas ellas han sido identificadas: El Cerrajero, Espantapájaros, Alfredo Urdaci y un parado contratado a tal efecto por el PP; en concreto en la oficina del INEM de Parla.
ZP, El Talantes, no ha dicho nada; pero al rapaz gallego no se le ocurre otra cosa que arrancarse por las bulerías iraquíes. Reconozco que al verle declarar semejante bobada las lágrimas anegaron mis ojos, pero por las carcajadas y no por la tristeza. Al percibirle parapetado detrás del atril, con sus manos aferradas a los bordes del mismo como si intentase aliviar el estreñimiento que padece y con ese intelecto amojamado que se empeña en lucir, no pude más que desternillarme. Sin embargo, una persona tan sensible como yo ante aquellos que no han sido laureados con un mínimo intelecto no puede dejar de buscar una explicación a tan idiotizado proceder. Después de algunas cavilaciones, creo que encontré la explicación: estamos ante un armónico ser que nos deja estupefatos ante los concetos hetedorosos de su afeto cicloquímico. Me gustaría entrar en su blo para apreciar la valiosa contribución que realiza al engrandecimiento de las letras hispanas; pero no puedo, ¡no puedo! Sé que no soy digno de ese néctar tan valioso con el que el Redundancias enriquece el pensamiento humano. ¡Qué injusta es la vida!
En realidad, estimados parroquianos, no me importa lo que pueda decir semejante individuo. El pobre tiene el culo alquilado y caga cuando lo dice el amo. Por el contrario, sí me preocupa que determinados electores todavía se muestren receptivos a mensajes tan hueros, simples, repetitivos y ridículos.
Es una lástima que el Greco haya muerto, pagaría por ver el retrato que hace de semejante payaso socialista. Lo lamento, cometí una redundancia. Sé que el redundante obra así porque no tiene nada más que decir, aunque en mi caso todo se debe a un error: prometo no repetirlo. Bueno, ya que hablamos de socialistas, me permitirán que las promesas se las lleve el viento.
Foto: El caballero de la mano al pecho. 1584. Doménikos Theotokópoulos, El Greco.

Sonntag, März 11, 2007

ESPEJISMO DEMOCRÁTICO / 2

ESPEJISMO: 2. m. ilusión (‖ concepto o imagen sin verdadera realidad).

Los políticos, tan dados a la palabrería, no han entendido todavía que erosionan el significado de muchos términos por el abuso en su utilización. Palabras como dignidad, honradez, servicio y democracia, cobran un pervertido y cicatero significado en boca de los próceres; que prefieren ejercer una política superficial donde priman los asuntos «estéticos», ejercidos de cara a la galería. Una de las características primordiales en la clase política española es la soberbia. Además no la ejercen sólo con los electores, sino también entre ellos. ¿Por qué el PSOE se muestra tan molesto por la oposición que ejerce el PP?, ¿acaso ellos no actuaron de la misma manera? Supongo que Adolfo Suarez y José Mª Aznar tendrían mucho a decir sobre este tema. No obstante, creo que lo más dañino de la democracia española es la percepción que tienen los premiados en el juego de las urnas de recibir una carta blanca. Todos los gobernantes — pasados, presentes y futuros— administran, una vez encumbrados, con un peculiar concepto de la realidad social. Sin embargo ellos no son los culpables, ya que si los partidos políticos no tuvieran la certeza en sus nichos electorales, todo sería diferente y se verían en la obligación de cumplir con sus promesas para no ser despedidos en el siguiente encuentro con las urnas. Por lo tanto, la culpabilidad recae en los ciudadanos, que deberían preguntarse qué es mejor: sectarismo o bienestar; fidelidad a quien te engañará o los propios intereses. Llegado este punto, se nos plantearía otra cuestión: ¿Tienen los españoles los suficientes conocimientos para evitar la manipulación de los políticos?
Si la manipulación puede evitarse con la información, es evidente que en España los manejos ya comienzan por los que deberían explicar sin formar parte de las tramoyas políticas: los medios de comunicación. España es proclive a dicha forma de actuación, y ello se refleja en las sesgadas noticias que cada medio proclama en función de su adhesión ideológica. Por lo tanto, la plebe no puede considerarse capacitada para elegir sus gobernantes, y si lo hace, deberemos preguntarnos los motivos: ¿simpatía?, ¿atractivo?, ¿credibilidad?; no, de nuevo el sectarismo. Por otro lado, la prostitución democrática se inicia cuando se consiente que grupos minoritarios marquen la política de alguno de los grandes partidos y, por ende, de la nación. ¿Eso es democracia? Aquí, de nuevo, surge la incertidumbre: ¿Por qué ni el PSOE ni el PP desean modificar la ley para evitar situaciones tan incómodas? Sencillo: cuentan con sus incondicionales y saben que, en un momento u otro, necesitarán a los minoritarios para gobernar. Con semejante proceder es inevitable recorrer la senda del ridículo: unos hablan catalán en la intimidad; otros aprobarán lo que salga del parlamento catalán; y se sancionarán proyectos políticos con participaciones grotescas. ¿Democracia?, no: chanchulleo.
En España no existe un déficit democrático, pero sí persiste un superávit de cerrazón, obstinación, sectarismo y confusión en las ideas y los auténticos conceptos. Los políticos, por sí solos, nunca cambian, y el privilegio de conseguirlo reside en los ciudadanos.
Si ustedes observan el cuadro de Magritte, entenderán que el pintor tiene razón: eso no es una pipa; es la imagen de una pipa.
Foto: Los dos misterios. 1966. René Magritte.

ESPEJISMO DEMOCRÁTICO / 1

DEMOCRACIA: 1. f. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2. f. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.

Reconozco que los cuadros de René Magritte (1898-1967), sin ser uno de mis pintores favoritos, incitan a la reflexión y a buscar los sutiles juegos que nos propone con sus temas, imágenes y títulos. Quizá el artista belga pretendía mostrarnos el débil espejismo que se forma entre las palabras y las cosas, al tiempo que en algunos de sus lienzos también percibimos una sensación difusa de maldad, traslapada con los buenos propósitos y una apariencia normal. Al tratarse de un pintor surrealista, las respuestas certeras sólo las tiene él.
Con la democracia española ocurre algo parecido: quieren, saben e intuyen; pero de nuevo una borrosa percepción distorsiona la imagen general y, por tanto, la opinión. La democracia, en un sentido puro, debería estar basada en el pueblo y su voz. Sin embargo, en España se fundamenta en partidos políticos cuya actividad y ansias son el eje de la vida política, que en muchas ocasiones se desarrolla de espaldas a las verdaderas necesidades y preocupaciones de los ciudadanos. Una mayoría de los españoles, y cada vez más europeos, piensa que el desarrollo de la política se ha convertido en un ejercicio profesional de una casta de privilegiados — los nuevos aristoi— que sólo se preocupa de atender sus propias necesidades, relegando de ese modo a los ciudadanos al papel de «vacas votantes» a las que se debe ordeñar cada cuatro años. A los súbditos no les agrada, es evidente; pero los españoles, por su histórico sectarismo y bovina concepción del sufragio, seguirán el juego y engrasarán el espurio engranaje con la docilidad del borrego. Los políticos son conscientes de ello, pero viven, gracias a la participación de los incautos, en una arcadia perfecta. ¿Por qué los partidos políticos son tan reticentes a instaurar nuevas formas de participación democrática? Tengan presente, meine Damen und Herren, que hasta en sus normas internas de funcionamiento todas las formaciones limitan las posibilidades de elegir libremente, y subordinan todo a la maquinaria del partido. Más tarde pretenderán convencerles de que todo es por el bien del país; pero no se engañen, queridos asiduos: los políticos confunden «servir» a una nación con «servirse» de una nación; y tan repudiable actitud la ejercen sin distingos en su ideología o mensaje. La prueba la tienen cuando ustedes asisten a extraños acuerdos, pactos o coaliciones, que persiguen el objetivo supremo: ostentar el poder y no renunciar jamás a él. Quizá sea España uno de los países donde más claramente se percibe dicho comportamiento.
Desde el regreso de la democracia ninguno de los presidentes de gobierno ha dejado el cargo sin haber sido sometido con anterioridad a una dura campaña de acoso y derribo donde todo vale. Ello provoca que sobre cualquier político español flote el molesto tufo de que los mensajes que se repiten hasta la extenuación obedecen más a una táctica electoralista que a razones sólidas. La sociedad española, como sujeto activo, nunca ha entendido su auténtico poder de influencia, y, de nuevo por el sectarismo mal entendido, prefiere mostrarse como un rebaño que sigue al profeta de turno. Los políticos son conscientes de ello, y por ése motivo invierten grandes esfuerzos en la manipulación, el engaño y la falsedad. Lo cierto es que la estrategia funciona, y la prueba está en que muchos españoles se muestran convencidos de que sus elegidos están en el hemiciclo por decisión de los votantes, cuando no es así. La realidad es bien diferente: los aristoi están ahí porque la plebe les mantiene y se presta al juego, y sólo tiene las opciones que los partidos políticos les quieren dar; con magnanimidad, eso sí. Yo, por costumbre, desconfío de cualquier situación en la que todos los partidos políticos estén de acuerdo. Les pongo un ejemplo: ¿Por qué todas las formaciones se oponen a un sistema de listas abiertas y defienden a ultranza la rigidez actual? ¿Tan incapaces consideran a los españoles que deben darles las opciones ya «mascadas»?
Foto: Esto no es una pipa. 1928/1929.René Magritte.

Freitag, März 09, 2007

¿Y CÓMO ES ÉL?

Todos solemos tener en la vida alguna afición o gusto que nos proporciona gratos momentos, pero que nos provoca un cierto pudor hacerlo público. No piensen mal, meine Damen und Herren, mis palabras no encierran nada erótico festivo. Me refiero a los gustos por determinados escritores, actores o cantantes, que la mayoría descalifica por diferentes motivos.
Les haré una confesión: soy un fan de José Luis Perales. Sí, estimados incondicionales; me enganché a él cuando escuché por primera vez ¿Y cómo es él? Hasta ese momento, el cantante de Cuenca — la patria del crimen— había sido un desconocido para mí. Sin embargo, al escuchar su voz trémula, ver su apariencia anodina y prestar atención a sus lóbregas letras, vislumbré un nuevo horizonte en mis gustos musicales: Perales me pareció una mezcla de notario y filósofo de la realidad. A ello ayudó, qué duda cabe, que mi primera novia había decidido «no privarnos de las oportunidades que la vida nos depara». Para ella su ocasión fue un argentino bocazas — perdonen el pleonasmo— y para mí, descubrir a José Luis Perales.
Al pobre ZP, el Romeo leonés, le debe ocurrir algo parecido. Le imagino en su despacho de La Moncloa con las canciones de Perales como música de fondo. Él ha cumplido con todo lo que ETA le ha pedido, pero ésta, en un rácano comportamiento, no aplica la reciprocidad. «Mirándote a los ojos juraría que tienes algo nuevo que contar».
El desgraciado Rodríguez se enfrenta a todo y todos; degusta el plato que los socialistas españoles cocinaron con primor para Adolfo Suárez y José Mª Aznar, el acoso sin compasión; es objeto de befa, diana de los dardos del descrédito y la encarnación del ridículo. «Empieza ya mujer, no tengas miedo». Así y todo, ETA sigue muda, deja que ZP se cueza un poco más en su salsa de mamarracho. Los doctos consejos de Pepino Blanco ahora le resultan insípidos y ha comenzado a escuchar el sonido de la piedra del afilador con la que algunos de sus seguidores aguzan las «albaceteñas» de siete muelles; y los terroristas siguen mudos. «Quizá para mañana sea tarde, quizá para mañana sea tarde». El sábado, onomástica de ZP ya que es el día de San Simplicio, miles de españoles le demostrarán que para luchar contra los terroristas no se admiten atajos, chanchullos y bastardas componendas; pero él seguirá sin entenderlo y pensará que les dio todo su amor, que no ha sido correspondido. «Es un ladrón, que me ha robado todo». Las elecciones municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina, y todos en el PSOE podrían cascar una avellana con las nalgas por el rictus anal que sufren. Han apostado por un iluminado trilero que ha demostrado ser un mentiroso redomado, el patrón de la improvisación y el mecenas del «vale todo». Pero no seamos desalmados, meine Damen und Herren. ZP sólo quiere arrastrase un poco más hasta el borde de las elecciones generales, y lo hace con la desesperación del desahuciado y la alegría del moribundo, ya que todos han percibido que sus actos los marcan una banda de asesinos.¡Impagable!, queridos asiduos, todo un Estado de derecho postrado ante las alimañas. «¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?»
ETA es rácana y se regodea en su mutismo, y Rodríguez sufre, padece con la aflicción del amante despechado, mientras que los españoles y los observadores nos sentimos abochornados ante el espectáculo: la democracia arrastrada en el barro de los mediocres. El mutis de ETA resulta estruendoso para los oídos de ZP. «Él te estará esperando para amarte». Sin embargo, los mejores embajadores de los terroristas — el PNV— sí hablan, desean que la filial de los asesinos— HB— pueda presentarse a las próximas elecciones. Ya saben, queridos lectores: con sus impuestos se financiará a los criminales. ¡Increíble!, eso sí es una auténtica redistribución de la riqueza. «Sonríete, que no sospeche que has llorado».
Es en este momento cuando ZP se hace la pregunta definitiva, que debería haber sido su génesis: «¿Y cómo es él?» A vuela pluma, querido Rodríguez, te diré que más listos que tú; pero no te preocupes: «te sienta bien ese vestido gris» y te llamarán. «Y yo estaré celoso de perderte».

APOSTILLA: El argentino y la « busca oportunidades» no siguieron juntos: lo dejaron a los tres meses. Por el contrario, yo todavía escucho a José Luis Perales.
Foto: José Luis Perales en concierto.

Dienstag, März 06, 2007

DISTORSIONES



DISTORSIÓN.- 3. f. Acción de torcer o desequilibrar la disposición de figuras en general o de elementos artísticos, o de presentar o interpretar hechos, intenciones, etc., deformándolos de modo intencionado.

Yo no suelo prodigarme en citas porque considero que el que no tiene nada que decir repite lo de otros. Así y todo, reconozco que determinadas menciones son dignas de envidia a la vez que encierran realidades abrumadores. Hoy, sin ir más lejos, ZP, el Humanitario, ha legado para la galería de las frases célebres un ejemplar único: «El tiempo y la democracia ponen a cada cual en su sitio». A primera vista nos puede parecer una simpleza; pero no se equivoquen, es un compendio de sabiduría, modestia y sinceridad. Sí, meine Damen und Herren, no se sorprendan: nuestra nobleza obliga al reconocimiento de ése destilado de sapiencia. Esas doce palabras encierran un concepto abstruso: la distorsión. Apliquemos la idea a la frase del sabio de la Moncloa. La distorsión del tiempo, junto al espacio, producida por la gravedad genera un agujero negro. En román paladino, el origen de ZP y con toda seguridad su futuro. De la misma manera, es evidente que Rodríguez conoce al dedillo la Teoría de la Relatividad de Einstein, ya que intenta incrementar la velocidad o aumentar la gravedad para lograr lo que muchos científicos defienden: la posibilidad de viajar en el tiempo mediante la curvatura del mismo. Es lo que se conoce como «dilatación»; pero este término ZP sólo quiere demostrarlo con las tragaderas de los españoles. Supongo que ello justifica que semejante barbecho intelectual demuestre una malsana querencia a retrotraerse a los tiempos de la II República, a los recuerdos de su abuelo o pretenda ejercer un juicio perpetuo sobre actuaciones pasadas del anterior gobierno. Aunque ZP se califica de «político de futuro», creo que se parece más a un taxista: siempre habla mirando hacia atrás.
Al hilo de lo anterior, señalaremos que la distorsión también puede aplicarse a la democracia. Sólo así puede entenderse la forma de llegar al gobierno de ese erial de inteligencia, su manera de ejercerla o el mal uso que emplea con un solo objetivo: seguir en el banco azul sin que le importen las consecuencias ni los estamentos del Estado que erosiona. Sin embargo, el andamiaje de embustes y manipulaciones del PSOE cada vez pierde credibilidad. Creo que ello es un síntoma del nerviosismo que cunde entre las filas de Rodríguez. Esos socialistas mentirosos — disculpen el pleonasmo— no dudan en demostrar su incoherencia. Por un lado acusan al PP de ser la extrema derecha, pero callan ante las demostraciones de terrorismo callejero de ETA y su entorno. ¿Acaso los delincuentes abertzales son moderados? Anteriormente acusaron al PP de ser «inmovilista para la resolución del conflicto vasco». Por el contrario, ahora no dudan en decir que «hicieron más que nosotros». ¿Ustedes lo entienden? Hasta Felipe González, que se salvó de visitar la cárcel por una oportuna e interesada mediación del Rey, también ha caído en la distorsión. Que Herr González, el Osolesensias, apoye la «liberación» de la bestia por causas humanitarias nos resulta, cuanto menos, un chiste de mal gusto. No obstante, me congratulo de ser testigo de la evolución de un ser humano: ha pasado de ordenar que sepultaran a los terroristas en cal viva a emplear con ellos razones humanitarias.
A pesar de todo, queridos parroquianos, no duden de que el tiempo hará regresar a ZP al lugar del que nunca debió salir: al escaño del paleto mediocre que no entiende nada y se cree que lo sabe todo. En cuanto a la democracia, y más si es la española, eso es harina de otro costal; creo que merecería un nuevo escrito: lo pensaré.
Hasta que cese la galerna y sople un nuevo viento, esperaré la siguiente frase de ese hombre distorsionado. Y no lo digo sólo por sus ideas, sino también por las hechuras de sus trajes: ¿duerme vestido?, ¿se olvida de quitar la percha?, ¿los roba a los indigentes?,¿se los confecciona Pepino Blanco?, ¿tiene un sastre ciego? Dudas, dudas; ¡todo son dudas!
Foto: Hasta los tontos hacen relojes.

Montag, März 05, 2007

EN EL CUADRILÁTERO



CROCHÉ.- 2. m. Cierto golpe del boxeo.

Tal y como expliqué en alguna réplica, durante algunos años de mi vida practiqué el noble arte del pugilismo. La primera vez que entré en un gimnasio, siendo un adolescente, me fascinó la amalgama de personajes que encontré: lumpen; limitados, tanto en las posibilidades como en la inteligencia; amantes del cuadrilátero y del saco de arena; y otra miríada de individuos que simplemente queríamos templar nuestros músculos, aprender y forjar nuestros caracteres con el espíritu del sacrificio y el castigo que en ocasiones se recibe. Sin embargo, una vez vendadas las manos, con el protector en la boca y la coquilla tapada por el calzón, todos éramos iguales entre las 12 — que luego fueron 16— cuerdas. Herr Ploetz, el entrenador, nos inculcó los rudimentos de lo que él denominaba el «arte de la esquiva»; pero más tarde, y en función de las cualidades personales, cada uno desarrolló un determinado tipo de pelea: fajador, con iniciativa o a la contra. Quizá por gandulería o por falta de confianza, yo siempre peleaba a la contra: esquivaba los golpes del adversario, procuraba guardar una distancia cómoda mediante el jab y tenía amartillado mi brazo derecho para dar cumplida respuesta. En ocasiones obtenía la victoria; y en otras, la derrota.
Desde que el PP perdió las elecciones de marzo de 2004 siempre ha peleado a la contra, y ha dejado que la iniciativa esté en manos de ZP, el Morcillo. El PP se mueve por el cuadrilátero; es lento en las esquivas pero no tiene la mandíbula de cristal; posee buen fuelle y es capaz de ser contundente en algunas réplicas. Por el contrario, no logra encadenar una serie de golpes que den con el adversario en la lona. Aunque éste, arropado por muchos seguidores y con juez casero, siempre ha gozado de la cuenta de protección para recuperarse del momentáneo castigo. Incluso más: si el temido KO se vislumbraba, el sonido de la campanilla le ha procurado la salvaguarda del rincón y de los segundos. Así y todo, el PP sigue peleando a la contra, ya que sabe que tiene ante él a un púgil zurdo de reacciones imprevistas.
No sé muy bien el porqué, pero me temo que la «liberación» del asesino De Juana es otra estratagema que tiene como principal objetivo al PP, no a la sociedad española. Yo soy de los que cree que las conversaciones previas entre el PSOE y ETA sirvieron para elaborar una partitura sobre un nauseabundo pentagrama. El tempo y la clave marcan la interpretación, y nada ni nadie quieren realizar arreglo alguno o iniciar una jam session.
¿Les parece lógico que a tres meses de las elecciones municipales ZP, el zurdo de León, acometa los elevados riesgos de liberar a la bestia? No, meine Damen und Herren. Alguien tan pusilánime sólo actúa así si sabe que el otro, en este caso ETA, continuará con la melodía de fondo; es un dúo, no lo olviden. ZP ha abierto la guardia y Rajoy ha lanzado un hook al hígado para luego concluir con un croché. Era obligado hacerlo, pero también él debe descuidar su guardia para propinarlo. El sentir y la extrañeza popular ante la «liberación» de la alimaña son evidentes, y ello ha impulsado al PP a la convocatoria de una manifestación para el próximo sábado. Con ese difuso temor del que pisa lona extraña, creo que los golpes de Rajoy quedarán como manotazos al aire, ya que sospecho que en los próximos días, quizá el viernes o el mismo sábado, ETA comunicará alguna novedad y dejará al PP con la guardia baja, el paso adelantado, la distancia muy corta y sin poder contraatacar; y la única posibilidad que existe ante ello, Rajoy no querrá ejercerla: seguirá peleando a la contra.
De todas maneras, yo no me sorprenderé. En reiteradas ocasiones he dicho que ZP es un político encumbrado por los terroristas y sostenido por ellos: ¿Por qué ahora debe cambiar ese asqueroso armazón? Rajoy, fino estilista gallego, todavía cree que pelea en un combate con las reglas del marqués de Queensberry, cuando debería haber comprendido que cualquier enfrentamiento con el PSOE siempre será una reyerta tabernaria o una trifulca callejera en el que todo vale; al menos cuando se quiere ganar.
Algún día les explicaré la de golpes bajos que me propinaron hasta que aprendí...los trucos.
Foto: Fresco minoico. Dos niños practicando boxeo.

Freitag, März 02, 2007

DE JUANA Y EL CAOS


CAOS .- 2. m. Confusión, desorden.

La Teoría del Caos es la denominación de la rama de las matemáticas y la física que trata ciertos tipos de comportamientos impredecibles de los sistemas dinámicos, los cuáles, a su vez, se dividen en tres tipos: estables, inestables y caóticos. Un ejemplo claro de sistema dinámico inestable es ZP, el Ahímelasdentodas, ya que demuestra una gran dependencia de las condiciones iniciales. Al contrario de lo que muchos piensan, ZP, el Incomprendido, no responde al perfil de sistema caótico, ni siquiera si aplicamos el caos determinista: Toda su legislatura y actuaciones están marcadas por su «explosiva» y ferroviaria manera de llegar al gobierno. Me temo, incluso, que será así hasta llegar a la última estación del vía crucis hispánico que les obliga a recorrer junto a él ¡Vaya!, en la historia de ZP siempre aparecen las estaciones; ¡qué hombre más curioso!
La suelta de esa «paloma de la paz» denominada De Juana Chaos era predecible y lógica. Sin embargo, meine Damen und Herren, no se queden con lo obvio y busquen en las cloacas de la reflexión política. Antes, por eso, debemos marcar el terreno de juego: a un lado los políticos, al otro los jueces y en medio, en la tierra de nadie, ustedes. No obstante, debo señalarles que ese no man’s land es ancho, amplio y de bordes indefinidos; en resumen: arbitrario. El «Gandhi euskaldun» fue condenado a 3000 años de prisión por 25 asesinatos y la comisión de otros delitos. En aplicación del antiguo Código Penal, que limitaba las penas a 30 años, redimió su condena en 18 años, en virtud de diferentes triquiñuelas que acortaban el cumplimiento efectivo. ¿Justo?, no; ¿legal?, sí. Ahora repartiremos las responsabilidades. Por un lado están los políticos, que no han tenido la suficiente valentía para modificar el Código Penal hasta los extremos que la sociedad demanda: cadena perpetua real para los delitos de terrorismo. Existe, por eso, una situación intermedia: cadena perpetua con juicio de revisión a los 50 años, por ejemplo. ¿Por qué ningún político acomete semejante reforma?, ¿tan asustadizos son? Ya lo entiendo, ellos siguen creyendo que un sistema penal debe sustentarse en la rehabilitación en lugar de ser punitivo; como es el sistema anglosajón. Bien, lo acepto; la cobardía puede manifestarse de muchas maneras.
En el otro lado están los jueces, los más tortuosos: ellos se prestan a todo pero nunca tienen responsabilidad alguna, ya que aplican las leyes que los políticos dictan. Así y todo, su estratagema es evidente: quieren ejercer pero sin responsabilidades. ¡Qué bonito! Los hombres de negro deberían saber que un Estado de derecho se basa en la aplicación de la ley sin atender a razones políticas, oportunistas o de ese comodín tan bueno que denominan «alarma social». Pero si los jueces españoles actuasen con los criterios antes mencionados se quedarían sin el poder que ostentan en la sombra de los juzgados y tribunales. Por ese motivo dicen que no actúan por motivos políticos, pero lo hacen. Y si su coartada no es creíble siempre tendrán otra: «no podemos ignorar la realidad social de cada momento histórico». Nunca mejor dicho: juez y parte; ambiciones personales al margen. Si tanto les preocupa la realidad social, deberían ser ellos los promotores de las reformas necesarias. Para que entiendan la ridiculez del Código Penal español les pongo un ejemplo, pero antes les recuerdo que De Juana Chaos ha cumplido 1,3 años por cada crimen: En aplicación del art. 270 del C.P., si ustedes se bajan una canción de internet pueden ser condenados a una pena de entre 6 meses y dos años por la comisión de un delito. Por el contrario, si roban varios CDs en una tienda, sin que éstos sobrepasen los 400 euros de valor, sólo cometerán una falta y se les condenará en función del art. 623.1 del C.P. Ya ven, ni siquiera es un delito. Lástima que el «valiente gudari» no optara por copiar música de internet en lugar de asesinar a 25 inocentes.
¿Caos?, no lo sé, pero si lo fuera sería el caos del ridículo.
Photo: Ya he cumplido, espero la respuesta.

EL REGRESO

REGRESAR.- 2. intr. Volver al lugar de donde se partió. En América, u. c. prnl.

De nuevo entre ustedes, meine Damen und Herren. Tuve buen viaje, corroboré lo que ya imaginaba y conseguí Lucky Strike a un precio más barato que en Berlín: ¡Qué curiosa es la globalización!

CERRAJERO.- Gracias, amigo: tuve cuidado con todo. También te agradezco que hayas engrasado las bisagras de la puerta de JOSEPHSPLATZ. Mi vecina Traudl, una anciana que aplaudió a Hitler, von Krosigk, Adenauer, Erhard, Kiesinger, Brandt, Schmidt, Kohl, Schröeder y cualquier canciller que le garantizase su tranquilidad, ya me ha explicado que observó a un individuo trajinar las cerraduras. Han quedado perfectas.

VIOLETA.- ¡Quién fuera planta! Hasta el cactus que tengo junto al ordenador ha florecido. Gracias por cuidar de ellas en pleno trabajo de opositora.

KENWAY.- Yo no hago ayuda humanitaria, no creo en ella: me dedico a mirar para luego explicar. Te hice caso y he regresado antes del 7 de marzo. Siempre me llevo un portátil, pero suelo estar cansado y no me apetece escribir más; prefiero mirar y disfrutar de otra manera. Supongo que beberías una cerveza de la nevera, ¿no es así?

ESPANTAPÁJAROS.- Mi fiel amigo, agradezco tus buenos deseos. Celebro que te gustase Lighthouse Family. Tengo todos sus CDs, que son pocos, ya que decidieron separarse.

MARTA.- Si te gusta la Luna no olvides que mañana habrá un eclipse. Compruebo que escuchaste los CDs de Lighthouse Family; me alegro, lo bueno hay que compartirlo. ¿Te gusta el vodka?, lo pregunto porque veo que es la botella que más ha bajado de nivel. En cuanto a la biblioteca ya me he percatado de que has estado curioseando: bien hecho, los libros nos indican la personalidad de alguien. Falta uno; no importa: quédatelo, escogiste bien. Yo soy de los que piensa que existen dos tipos de tontos: los que prestan libros y los que los devuelven. Para no quedar como un tonto, es mejor pasar por generoso. Gracias por tus buenos deseos.

Me alegro del regreso, y les agradezco los cuidados de JOSEPHSPLATZ, DAS BERLINER FEUILLETON.
Photo: Ni cholas Van Orton después de comprar bebidas para la cena del sábado.