Donnerstag, Juni 07, 2012

CRÓNICAS DEL MERCADO (6).


GILIPOLLAS: 1. adj.coloq. Tonto, lelo. U.t.c.s.

Reconozco que en ocasiones mi carácter puede resultar arisco, meine Damen und Herren. No obstante, no me considero un hombre hosco— los que me conocen podrían certificarlo—, sino más bien carente de paciencia ante los gilipollas. Con todo, estimados parroquianos, les ruego que no confundan mi impaciencia con la arrogancia, ya que soy el principal imbécil entre los imbéciles: ¿Quizá aspiro al trono de nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma? Durante un paseo por el mercado es imposible no topar con un cretino: el rumano haragán (disculpen el pleonasmo) que toca el acordeón; un pescadero que intenta solapar la putrefacción del género con una «simpatía» más propia de Celia Villalobos; un camarero que siente la necesidad de explicar sus opiniones aunque ellas nos importen dos cojones y cuatro rábanos (la proporción puede variar: cuatro cojones y dos rábanos); el turista pelmazo que necesita espacio para plasmar en una fotografía «la belleza etérea» de un montón de cebollas; la española que desagravia a su vagina marchita con una sentencia inapelable: «No tienen ni puta idea de lo que es comer». Huelga decir, meine Damen und Herren, que al observar sus labios deduzco que ella tampoco; ustedes ya me entienden. Es entonces, cuando la placidez del paseo se convierte en un vía crucis, que busco refugio en la trastienda de mi panadero favorito: pitillos en el quicio de la puerta trasera; café fuerte; cruasanes recién horneados; la templanza de un tipo que sólo utiliza un horno. No obstante, estimados parroquianos, sé que al salir encontraré más de lo mismo: una legión de gilipollas. Ya que menciono a esa ilustre cofradía, no puede dejar de referirme a un tal Roig, el propietario de ese estercolero que ustedes denominan Mercadona y que hace bueno a un refrán: «De una puta y un gitano, nació el primer valenciano».
No ofreceré disculpas a mis lectores del Levante español porque tengo la certeza de que no se sentirán aludidos. Que un mamarracho de tal calibre se erija en un empresario modélico y profeta del pasado es una señal de la decadencia española, queridos lectores; y a sus declaraciones me remito: «Nos hemos pasado como país treinta pueblos. O cambiamos y somos conscientes de que estamos por arriba de nuestro nivel de productividad o nos intervienen».
Lo que a priori parece una perogrullada no es más que el canto de otro chamarilero, meine Damen und Herren. Sí, no se sorprendan, porque un tipo tan patriota (quizá sería conveniente escribir «patriotero») no debería comprar tanto fruto seco en China ni importar tanta hortaliza marroquí. Evitaré mencionar a los proveedores españoles que terminan en la ruina por las condiciones que impone Mercadona y cuyas empresas terminan siendo absorbidas a precio de saldo por la sociedad de capital riesgo que administra el yerno de Herr Roig. Asimismo, queridos lectores, los plazos de pago de Mercadona son de esos que ni José Luis Rodríguez, el Puma, entendería. De igual forma, resulta llamativo que el chocolate de esa nefasta marca— Hacendado— sean fabricados en Francia, país éste que es especialista en explotar, cuando no arruinar, a cooperativas del tercer mundo que escucharon los cantos de sirena del cultivo del cacao. Les formulo una pregunta, meine Damen und Herren: ¿No les sorprende que en España casi todo sea «patata francesa»?; no me refiero a Carla Bruni. Ese término esconde algo fascinante: patatas españolas que no se venden y son enviadas a Francia para un…cómo expresarlo…lifting y después retornan a su patria con un aspecto renovado y el precio que ustedes encontrarán en Mercadona. Los ejemplos son muchos y variados, estimados parroquianos, pero no les aburriré. Con todo, queridos lectores, señalaré algunas cuestiones: ¿Cuántas empleadas embarazas ven ustedes en un Mercadona?, ¿pueden los trabajadores «aspirar» a una baja laboral y esperar que les renueven el contrato?, ¿quién fija los precios de venta del proveedor?
Herr Roig es de esos que sabe cuál es la sociedad española que le interesa: jornadas de chinos, salarios de chinos y un plato de garbanzos Hacendado por sustento. Por el contrario, yo aspiraría, si tan «modélico» fuera, a las jornadas, salarios y beneficios de Alemania, Austria, Suecia…
Me temo, meine Damen und Herren, que los empresarios españoles están a la misma altura que los políticos; ya saben: de una puta y un gitano…

Foto: Mi panadería. NvO (2012)  

4 Comments:

Anonymous Sigo por las ramas said...

Mencabrona y sus productos Hacendaño.

Expaña está descojonada y no por la risa.

12:29 PM  
Anonymous Anonym said...

Magnifico, para mi gusto solo se ha dejado en el tintero la referencia floral y los compañeros/compañeras de pupitre.

6:49 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

SIGO POR LAS RAMAS:

No te preocupes, estimado simio, mientras el fútbol vaya bien...
Saludos.

7:00 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

ANÓNIMO 06:49

Gracias, anónimo.

7:01 PM  

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