Montag, März 05, 2007

EN EL CUADRILÁTERO



CROCHÉ.- 2. m. Cierto golpe del boxeo.

Tal y como expliqué en alguna réplica, durante algunos años de mi vida practiqué el noble arte del pugilismo. La primera vez que entré en un gimnasio, siendo un adolescente, me fascinó la amalgama de personajes que encontré: lumpen; limitados, tanto en las posibilidades como en la inteligencia; amantes del cuadrilátero y del saco de arena; y otra miríada de individuos que simplemente queríamos templar nuestros músculos, aprender y forjar nuestros caracteres con el espíritu del sacrificio y el castigo que en ocasiones se recibe. Sin embargo, una vez vendadas las manos, con el protector en la boca y la coquilla tapada por el calzón, todos éramos iguales entre las 12 — que luego fueron 16— cuerdas. Herr Ploetz, el entrenador, nos inculcó los rudimentos de lo que él denominaba el «arte de la esquiva»; pero más tarde, y en función de las cualidades personales, cada uno desarrolló un determinado tipo de pelea: fajador, con iniciativa o a la contra. Quizá por gandulería o por falta de confianza, yo siempre peleaba a la contra: esquivaba los golpes del adversario, procuraba guardar una distancia cómoda mediante el jab y tenía amartillado mi brazo derecho para dar cumplida respuesta. En ocasiones obtenía la victoria; y en otras, la derrota.
Desde que el PP perdió las elecciones de marzo de 2004 siempre ha peleado a la contra, y ha dejado que la iniciativa esté en manos de ZP, el Morcillo. El PP se mueve por el cuadrilátero; es lento en las esquivas pero no tiene la mandíbula de cristal; posee buen fuelle y es capaz de ser contundente en algunas réplicas. Por el contrario, no logra encadenar una serie de golpes que den con el adversario en la lona. Aunque éste, arropado por muchos seguidores y con juez casero, siempre ha gozado de la cuenta de protección para recuperarse del momentáneo castigo. Incluso más: si el temido KO se vislumbraba, el sonido de la campanilla le ha procurado la salvaguarda del rincón y de los segundos. Así y todo, el PP sigue peleando a la contra, ya que sabe que tiene ante él a un púgil zurdo de reacciones imprevistas.
No sé muy bien el porqué, pero me temo que la «liberación» del asesino De Juana es otra estratagema que tiene como principal objetivo al PP, no a la sociedad española. Yo soy de los que cree que las conversaciones previas entre el PSOE y ETA sirvieron para elaborar una partitura sobre un nauseabundo pentagrama. El tempo y la clave marcan la interpretación, y nada ni nadie quieren realizar arreglo alguno o iniciar una jam session.
¿Les parece lógico que a tres meses de las elecciones municipales ZP, el zurdo de León, acometa los elevados riesgos de liberar a la bestia? No, meine Damen und Herren. Alguien tan pusilánime sólo actúa así si sabe que el otro, en este caso ETA, continuará con la melodía de fondo; es un dúo, no lo olviden. ZP ha abierto la guardia y Rajoy ha lanzado un hook al hígado para luego concluir con un croché. Era obligado hacerlo, pero también él debe descuidar su guardia para propinarlo. El sentir y la extrañeza popular ante la «liberación» de la alimaña son evidentes, y ello ha impulsado al PP a la convocatoria de una manifestación para el próximo sábado. Con ese difuso temor del que pisa lona extraña, creo que los golpes de Rajoy quedarán como manotazos al aire, ya que sospecho que en los próximos días, quizá el viernes o el mismo sábado, ETA comunicará alguna novedad y dejará al PP con la guardia baja, el paso adelantado, la distancia muy corta y sin poder contraatacar; y la única posibilidad que existe ante ello, Rajoy no querrá ejercerla: seguirá peleando a la contra.
De todas maneras, yo no me sorprenderé. En reiteradas ocasiones he dicho que ZP es un político encumbrado por los terroristas y sostenido por ellos: ¿Por qué ahora debe cambiar ese asqueroso armazón? Rajoy, fino estilista gallego, todavía cree que pelea en un combate con las reglas del marqués de Queensberry, cuando debería haber comprendido que cualquier enfrentamiento con el PSOE siempre será una reyerta tabernaria o una trifulca callejera en el que todo vale; al menos cuando se quiere ganar.
Algún día les explicaré la de golpes bajos que me propinaron hasta que aprendí...los trucos.
Foto: Fresco minoico. Dos niños practicando boxeo.

4 Comments:

Blogger El Cerrajero said...

Con tus habilidades cada día me recuerdas más a Sherlock Holmes xD

Rodríguez el Supertraidor no es de esos que dan la cara peleando, sino de los que mandan a sus matones.

10:22 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

CERRAJERO:

Elemental, querido Cerrajero, elemental.

Me resulta incomprensible que alguien que cree tanto en un proyecto, como es ZP, renuncie a defenderlo y a dar explicaciones a la nación. O no tiene nada que explicar o ya no se lo cree ni él.
Saludos.

9:26 PM  
Blogger El Cerrajero said...

Apuesto por lo segundo.

12:07 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

CERRAJERO:

Tienes razón: ZP no puede explicar la trastienda de sus chanchullos con ETA.

9:16 PM  

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