CASI.
CASI: 1. adv. c. Poco menos de, aproximadamente, con corta diferencia, por poco. U. t. repetido. Casi, casi me caigo.
Una de las ventajas de tener un abuelo que participó en una guerra es que te ahorras de escuchar un sinfín de cuentos absurdos: lobos que suplantan a abuelitas; gatos que recorren siete leguas con cada paso; cerditos que son arquitectos y resisten al asedio del lobo y princesas cachondas que satisfacen su apetito carnal con un sapo; después de besar al batracio, claro está: los prolegómenos al acto sexual son importantes, meine Damen und Herren. Sea como sea, ésas tonterías no me interesaron durante mi infancia, preferí escuchar las aventuras de uno de mis abuelos en el frente ruso. Recuerdo que él me explicaba sus desventuras, convertidas en aventuras por el amor a su nieto, con un cierto aire rutinario; como si quisiera quitar importancia a lo sufrido. Sin embargo, conforme yo crecí, supe interpretar la expresión ausente y resignada de mi abuelo: entendí que su rutina de disimulo solapaba al sufrimiento padecido. Uno de los pasajes que le hice repetir en innumerables ocasiones fue la ocasión en la que se salvó del disparo de un francotirador ruso por un segundo; un lapso tan escueto como en ocasiones es la diferencia entre la vida y la muerte. El hecho se produjo en julio de 1942 en Rostov, durante la batalla para la toma de la ciudad. En una casa en ruinas de un barrio periférico instalaron un puesto de mando que también utilizaban de observatorio artillero. Dada la tranquilidad que el frente demostraba, mi abuelo decidió salir a «echar un pitillo» junto a un camarada, y ambos se refugiaron bajo el precario amparo de un parapeto de sacos terreros: se creían a salvo. Sin embargo, en esas extrañas compensaciones con las que el destino juega con nosotros, mi abuelo olvidó dos cosas: tapar sus insignias de oficial y su mechero. El primer olvido sirvió para que alguien fijara el punto de mira en él, aunque el segundo le salvó la vida, ya que cuando quiso encender el cigarrillo tuvo que hacerlo con el fuego que le ofreció su compañero: al inclinarse para prender el pitillo, una bala impactó en el lugar en el que antes estaba su cabeza. Creo que le hice repetir ésa historia más de cincuenta veces, pero siempre la terminó con la misma palabra, que pronunciaba después de una pausa y la mirada clavada en el pasado: «casi».
Maleni Álvarez, ésa mujer de prosodia estropajosa, discernir de cabrerizo y sinceridad de pastor analfabeto que coyunda con las cabras, ha demostrado, una vez más, que es la alumna aventajada de José Luis Rodríguez, el Puma: dos mamarrachos que se cuecen en su tinta; algo tierno, estimados parroquianos, muy tierno. Pretender que semejante cateta prepotente — aplicado a un ministro del PSOE es un pleonasmo— diera explicaciones coherentes sobre el accidente de Barajas es como pedirle a Pepiño Blanco una reseña literaria sobre un libro de Kafka. Sin embargo, la palurda no tuvo otra ocurrencia que abusar del adverbio «casi»: «casi despega», «el avión casi se cambia por otro», etc.
Meine Damen und Herren, ¿ustedes imaginan lo que puede sentir alguien que ha perdido a un ser querido debido a tantos casis? Si lo que la lerda pretendía era tranquilizar, me temo que ha causado el efecto contrario, porque ninguna muerte duele tanto como la que pudo haberse evitado y tendrá por responso un «casi». Algo parecido le ocurre a la cabrera de Maleni: yo pensaba que era casi deficiente, y hoy, sin embargo, nos demostró que lo es del todo. De todas formas, estimados parroquianos, alguien debería explicar el porqué de esa extraña configuración de pistas en Barajas, a qué se debe esa ley no escrita de los diez nudos de viento que varía la dirección de los despegues o el porqué se prima el silencio sobre el vecindario en detrimento de la seguridad de los pasajeros. Estoy casi seguro de que Maleni Álvarez no entendería ni las preguntas, lo suyo es la verdulería prosódica, el ir más allá del «casi» y alcanzar el pleno; del ridículo, claro está. No obstante, meine Damen und Herren, sugiero que José Luis Rodríguez, el Puma, contrate a un traductor para las intervenciones de Maleni; más que nada por una cuestión estética: ¡España no se merece un Gobierno que farfulla!
En otro orden de cosas, aunque sin abandonar el «casi», otro de los búcaros de ZP, y que hace honor a su apellido al vincularlo a su inteligencia— Mercedes Cabrera—, nos participó que la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) es equiparable a la asignatura de Matemáticas. Semejante dislate sólo puede aceptarse si comprendemos que ZP y sus ministros abrazan la filosofía del payaso: lo importante es provocar risas. La Cabrera, antes de rebuznar, debería preguntarse el porqué los alumnos españoles obtienen las peores calificaciones de la UE en algo tan idiota, estúpido e inútil como son las Matemáticas. Ahora bien, a la vista del nivel educativo español, puede ser que el búcaro tenga razón; pero no olviden, estimados parroquianos, que el PSOE no desea una sociedad casi idiotizada, la quiere idiotizada por completo; es decir: a imagen y semejanza de ZP. A ellos ya les va bien que la academia más visitada en España sea la de Operación Triunfo.
En cada ocasión en la que escucho a una de esas…casi lumbreras, me asalta una duda: ¿Son mediocres porque son ministros de ZP o son ministros de ZP porque son mediocres? Reflexionaré sobre ello, meine Damen und Herren, aunque diría que tengo la respuesta; mejor dicho: casi.
En otro orden de cosas, aunque sin abandonar el «casi», otro de los búcaros de ZP, y que hace honor a su apellido al vincularlo a su inteligencia— Mercedes Cabrera—, nos participó que la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) es equiparable a la asignatura de Matemáticas. Semejante dislate sólo puede aceptarse si comprendemos que ZP y sus ministros abrazan la filosofía del payaso: lo importante es provocar risas. La Cabrera, antes de rebuznar, debería preguntarse el porqué los alumnos españoles obtienen las peores calificaciones de la UE en algo tan idiota, estúpido e inútil como son las Matemáticas. Ahora bien, a la vista del nivel educativo español, puede ser que el búcaro tenga razón; pero no olviden, estimados parroquianos, que el PSOE no desea una sociedad casi idiotizada, la quiere idiotizada por completo; es decir: a imagen y semejanza de ZP. A ellos ya les va bien que la academia más visitada en España sea la de Operación Triunfo.
En cada ocasión en la que escucho a una de esas…casi lumbreras, me asalta una duda: ¿Son mediocres porque son ministros de ZP o son ministros de ZP porque son mediocres? Reflexionaré sobre ello, meine Damen und Herren, aunque diría que tengo la respuesta; mejor dicho: casi.
Foto: Abuelos.