CRÓNICAS DE UN BÁRBARO (4): "MAÑANA NO HAY QUE MADRUGAR".
Un borboteo de alegría me asaltó cuando los nudillos de K. golpearon la puerta de la habitación, meine Damen und Herren. Ella notó mi cuerpo trémulo cuando me abrazó; sin embargo no me importó, sé que uno de los rasgos que le gustan de mí es mi facilidad para expresar y mostrar mis sentimientos: ninguna persona debería avergonzase de eso, estimados parroquianos. Mientras que la luz de la tarde engullía Barcelona, nosotros nos amamos. Me gustó ver su cuerpo desnudo sobre la cama y apreciar la belleza confusa y melancólica de K. De hecho, queridos lectores, cuando hacemos el amor también lo hacemos con muestras miradas, buscamos los ojos del otro con la misma codicia con la que acariciamos su cuerpo o nuestras lenguas se entrelazan antes de iniciar recónditas exploraciones. La primera actuación de K. era al día siguiente; aun así, la directora del grupo programó una corta sesión de ensayo para el mediodía. No obstante, nosotros no quisimos renunciar a cenar juntos y después tomar una copa. La cena fue magnífica, además K. descubrió un alimento nuevo: los níscalos, rovellons para los catalanes. Al finalizar, dimos un paseo hasta Gimlet, nos apetecía tomar un gin-tonic y lucir la solvencia de nuestro amor. A ella le gustó el local, incluso se divirtió con las ocurrencias del camarero que nos atendió (yo me encargué de la traducción), un tipo de color— de color negro claro está— y dicharachero que mientras escanciaba la ginebra afirmaba algo: «Mañana no hay que madrugar».
K. debe controlar su peso y figura, tal vez por ello no repitió copa. Por el contrario, yo pedí otro gin-tonic, y el individuo repitió el ceremonial y la letanía: «Mañana no hoy que madrugar». Lo cierto es que yo también reía las ocurrencias de ese negro pizpireta, meine Damen und Herren. Sin embargo, unos minutos después descubrí que todo se debía a una actuación, ya que el camarero se acercó a otra mesa, sirvió las consumiciones y repitió la frase de marras: «Mañana no hay que madrugar». ¡Qué desilusión, estimados parroquianos!, el tipo sólo actuaba. Con todo, les reconozco que la frase me gustó, así que la escribí en un posavasos y me lo lleve de recuerdo.
Ahora bien, meine Damen und Herren, si escribo sobre actuaciones no puedo obviar a nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, un Papageno de la política. La última actuación de ese turista de su propia vida fue…cómo decirlo… «¡aposeótica!»— echo tanto de menos a Pepiño que hasta copio su estilo—; me refiero a la gestión del secuestro del Alakrana. Sé que soy generoso al utilizar la palabra «gestión», pero de alguna manera debo describirlo. Rodríguez, fiel al estilo que le caracteriza— el de un tipo que siempre va mareado por la vida—, desapareció de la escena, no quiso saber nada de la representación. Yo me alegré estimados parroquianos, porque la espantada nos permitió admirar en todo su esplendor a Carmen Chacón, una auténtica chusquera del intelecto y del porte indumentario. Asimismo, Teresa Fdez. de la Vega se arrugó más que todos los pliegues que surcan su bigote, y sin duda alguna a la búsqueda de un símil estético, decidió visitar la tierra del bandoneón. Ahora bien, meine Damen und Herren, después de mencionar a Pelé y Melé, no podemos olvidar a Mangaperro; es decir, Moratinos, un gordinflón que entiende que la política exterior española es como el cepillo de una iglesia: todo el que quiere «mete algo». Por otro lado, la Justicia española también aportó su granito de arena a la opera bufa y se dedicó a pasear por Madrid a dos negritos, incluso a uno de ellos le proporcionó un tratamiento rejuvenecedor, ya que el afortunado envejecía y rejuvenecía al albur del aire que se filtra por la entrepierna de Su Señoría. ¡Qué barbaridad! Es innegable que cualquier tema en el que intervenga ZP y su caterva estará rodeado de embustes, disimulos, necedades y excusas. Sin embargo debo explicarles algo, meine Damen und Herren: el Gobierno español sí se planteó una intervención militar para liberar al Alakrana y su tripulación. Como no puede ser de otra manera, el visionario leonés fue quien propuso la idea. El riesgo era elevado así como la posibilidad de bajas entre los rehenes. No obstante, ZP, un político de chicha y nabo que sólo se mueve en función de las encuestas, entendió que una demostración de fuerza y firmeza le ayudaría a remontar algunos puntos entre sus electores y los indecisos: él también desea cocinar su propia salsa de…«perejil». Al tiempo que los preparativos militares eran ultimados también se movía «el preparativo político» por si algo salía mal; ustedes ya saben que lo importante es proteger al iluminado, al menos mientras no exista un recambio con más fuste. Ése fue el motivo por el que la gestión del tema se dejó en manos de De la Vega y Moratinos— y también de la fuga de la amojamada—; ambos personajes están quemados, saben que a las primeras de cambio ZP prescindirá de ellos; pero con todo, el iluminado pretendía obtener rédito de esos cadáveres ambulantes; calafatear su imagen de tipo a la deriva y a su vez proteger a Frau Chacón (algo inútil porque el mayor peligro de esa fregona del intelecto es ella misma). Una vez más, meine Damen und Herren, las cortinas de humo ocultarán la descoordinación, ignorancia, incapacidad e inexperiencia de ese grupo de lisiados que forman el Gobierno de España: un juez que «investigará» a varios despachos de abogados londinenses— alguien debería informar a ese «cateto a babor» que es una práctica habitual que las aseguradoras intervengan mediante sus abogados para rebajar la indemnización—; la discusión girará en torno a «quién pagó el rescate»; y alguna otra tontería que soslayará la verdad: si hubo disparos o no; el trato recibido; el reencuentro…En fin, estimados parroquianos, ¡una auténtica actuación! Después de todo, queridos lectores, me alegro de que ZP sólo apareciera al final, aunque temí, eso sí, que utilizara aquella frase que vincula los barcos a la honra; tengo la certeza de que se hubiera hecho un lío y hubiera terminado con una mención al abuelo.
Cuando regresamos a la habitación del hotel, vacié mis bolsillos sobre la mesa del estudio, me preparé un whisky y me senté en el sofá. Mientras tanto, K. escuchaba los mensajes recibidos en el móvil. Percibí que algo la contrariaba, pero yo releí la anotación del posavasos y me carcajeé al recordar la muletilla del camerunés. K. se despojó de la goma de pelo con la que sujeta su coleta y la arrojó junto al contenido de mis bolsillos: ni yo comprendía su enfado ni ella mi hilaridad. Un instante después todo se aclaró: mientras yo repetía «mañana no hay que madrugar», ella me anunció que el ensayo se adelantaba a las diez de la mañana. Me acerqué a ella, la abracé y le sugerí algo al oído: “Entonces, cielo, es mejor que nos vayamos a la cama”. Así lo hicimos, meine Damen und Herren; y un par de horas más tarde, nos dormimos.
Foto: El contenido de mis bolsillos. NvO (2009).
Ahora bien, meine Damen und Herren, si escribo sobre actuaciones no puedo obviar a nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, un Papageno de la política. La última actuación de ese turista de su propia vida fue…cómo decirlo… «¡aposeótica!»— echo tanto de menos a Pepiño que hasta copio su estilo—; me refiero a la gestión del secuestro del Alakrana. Sé que soy generoso al utilizar la palabra «gestión», pero de alguna manera debo describirlo. Rodríguez, fiel al estilo que le caracteriza— el de un tipo que siempre va mareado por la vida—, desapareció de la escena, no quiso saber nada de la representación. Yo me alegré estimados parroquianos, porque la espantada nos permitió admirar en todo su esplendor a Carmen Chacón, una auténtica chusquera del intelecto y del porte indumentario. Asimismo, Teresa Fdez. de la Vega se arrugó más que todos los pliegues que surcan su bigote, y sin duda alguna a la búsqueda de un símil estético, decidió visitar la tierra del bandoneón. Ahora bien, meine Damen und Herren, después de mencionar a Pelé y Melé, no podemos olvidar a Mangaperro; es decir, Moratinos, un gordinflón que entiende que la política exterior española es como el cepillo de una iglesia: todo el que quiere «mete algo». Por otro lado, la Justicia española también aportó su granito de arena a la opera bufa y se dedicó a pasear por Madrid a dos negritos, incluso a uno de ellos le proporcionó un tratamiento rejuvenecedor, ya que el afortunado envejecía y rejuvenecía al albur del aire que se filtra por la entrepierna de Su Señoría. ¡Qué barbaridad! Es innegable que cualquier tema en el que intervenga ZP y su caterva estará rodeado de embustes, disimulos, necedades y excusas. Sin embargo debo explicarles algo, meine Damen und Herren: el Gobierno español sí se planteó una intervención militar para liberar al Alakrana y su tripulación. Como no puede ser de otra manera, el visionario leonés fue quien propuso la idea. El riesgo era elevado así como la posibilidad de bajas entre los rehenes. No obstante, ZP, un político de chicha y nabo que sólo se mueve en función de las encuestas, entendió que una demostración de fuerza y firmeza le ayudaría a remontar algunos puntos entre sus electores y los indecisos: él también desea cocinar su propia salsa de…«perejil». Al tiempo que los preparativos militares eran ultimados también se movía «el preparativo político» por si algo salía mal; ustedes ya saben que lo importante es proteger al iluminado, al menos mientras no exista un recambio con más fuste. Ése fue el motivo por el que la gestión del tema se dejó en manos de De la Vega y Moratinos— y también de la fuga de la amojamada—; ambos personajes están quemados, saben que a las primeras de cambio ZP prescindirá de ellos; pero con todo, el iluminado pretendía obtener rédito de esos cadáveres ambulantes; calafatear su imagen de tipo a la deriva y a su vez proteger a Frau Chacón (algo inútil porque el mayor peligro de esa fregona del intelecto es ella misma). Una vez más, meine Damen und Herren, las cortinas de humo ocultarán la descoordinación, ignorancia, incapacidad e inexperiencia de ese grupo de lisiados que forman el Gobierno de España: un juez que «investigará» a varios despachos de abogados londinenses— alguien debería informar a ese «cateto a babor» que es una práctica habitual que las aseguradoras intervengan mediante sus abogados para rebajar la indemnización—; la discusión girará en torno a «quién pagó el rescate»; y alguna otra tontería que soslayará la verdad: si hubo disparos o no; el trato recibido; el reencuentro…En fin, estimados parroquianos, ¡una auténtica actuación! Después de todo, queridos lectores, me alegro de que ZP sólo apareciera al final, aunque temí, eso sí, que utilizara aquella frase que vincula los barcos a la honra; tengo la certeza de que se hubiera hecho un lío y hubiera terminado con una mención al abuelo.
Cuando regresamos a la habitación del hotel, vacié mis bolsillos sobre la mesa del estudio, me preparé un whisky y me senté en el sofá. Mientras tanto, K. escuchaba los mensajes recibidos en el móvil. Percibí que algo la contrariaba, pero yo releí la anotación del posavasos y me carcajeé al recordar la muletilla del camerunés. K. se despojó de la goma de pelo con la que sujeta su coleta y la arrojó junto al contenido de mis bolsillos: ni yo comprendía su enfado ni ella mi hilaridad. Un instante después todo se aclaró: mientras yo repetía «mañana no hay que madrugar», ella me anunció que el ensayo se adelantaba a las diez de la mañana. Me acerqué a ella, la abracé y le sugerí algo al oído: “Entonces, cielo, es mejor que nos vayamos a la cama”. Así lo hicimos, meine Damen und Herren; y un par de horas más tarde, nos dormimos.
Foto: El contenido de mis bolsillos. NvO (2009).
4 Comments:
No quiero imaginar lo que sucederá cuando a ZP se le acaben de chamuscar sus ministros y no quede otro leño que arrojar al fuego que su propia persona: es posible que entonces le veamos correr. En cualquier caso, su gobierno en pleno ha hecho el ridículo, y aunque su imagen ausente le salve, las continuas chapuzas están erosionándole cada vez más. Este hombre no enfrenta ni un sólo problema: ni con principios, ni sin principios..., simplemente no hace nada, y al final es todo el país el que hace el ridículo; porque si este es su modus operandi, significa que quien quiera chantajear al estado español ya sabe a qué antecedentes atenerse; la cuestión siempre es "dónde" y "cuándo". Sin embargo, siempre que hay que repartir bonos-bebés, estrechar manos de gente exótica y ventilar milenarios interrogantes con un par de frases vacías su inoportuna sonrisa es lo primero que aparece.
Encantado, Nicolas, de volver a verte por aquí, y de que te halles disfrutando de tan bella compañía. ¿Cómo puedes, estando en K, pensar en Z?
Saludos.
Mea culpa!!!!!! Qué recuerdos me trae esta canción. Gracias por ponerla, Nicholas, hace tiempo que no la escuchaba! ;D
Pregunta:
¿Cómo puedes, estando en K, pensar en Z?
Respuesta:
Porque solo pienso en KalZármela, aunque creo que eso ya lo sabes porque dices 'estando en' y no 'estando con'.
Nicholas-clón
P.D. Así es la Expaña de ZP, un militar dispara a unos piratas y el desgobierno le degrada.
Letrero en Casa Pepe (Despeñaperros).
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