WOODSTOCK.
Dentro de pocos días conmemoraremos el cuadragésimo aniversario del festival de Woodstock, meine Damen und Herren. Supongo que para los nostálgicos de la roña y la guerra contra el jabón y la ducha será un magno acontecimiento que evocarán con la alegría del que no tuvo muchos más estímulos en la vida y que resumen en una frase: «cualquier tiempo pasado fue mejor. ¡Qué lástima, estimados parroquianos, con lo sugestivo que es el futuro!». Sea como sea, estoy seguro de que los medios nos recordarán las jornadas que transcurrieron entre el 15 y 17 de agosto de 1969 en la granja Bethel, en Ulser County (NY). Yo no asistí, meine Damen und Herren, mi corta edad me lo impedía; de cualquier manera y aunque mi edad hubiera sido otra no me habría atrevido a dignificar esa convención de mugrientos con mi augusta presencia: imagino el olor pungente de esa horda de grasientos y caigo desmayado; ¡qué poco charme! Todo lo que conozco de esa concierto de andrajosos, melenudos y colgados lo sé gracias a los documentales. Ellos me permitieron considerar que la liturgia de la paz y el amor no fue más que un aquelarre de gente que fumaba hierbas del mal, tomaba sustancias pecaminosas y que exhibía unas greñas y un aliento cargados de texturas macrobióticas: ¡qué horror! Respecto a los artistas…bueno, supongo que su éxito se debió a los estupefacientes que el público engullía con frenesí y que le privó del sentido del oído (el olfato más que perderlo lo acostumbraron). Sólo así puedo entender que triunfara Joan Baez, una mujer que es a la música lo que Bibiana Aido a dos de las películas de Russ Meyer: Vixen y Supervixens; la pobre es… «sorda». No obstante, entre la mugre, la sarna y las venéreas, destaco la actuación de Jefferson Airplane; quizá porque Grace Slick, la solista, sobresalía entre el sudor rancio, el pringue y los desodorantes olvidados sobre el piano. De vez en cuando disfruto con la interpretación de Frau Slick en Woodstock, meine Damen und Herren, sobre todo de la canción White Rabbit, ¡todo un himno al colgao! Ahora bien, estimados parroquianos, si el escrito de hoy versa sobre colgados y sus circunstancias musicales, no puedo dejar de referirme a nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, un hippie de la inteligencia, un melenudo de la aptitud y un fumata del talento. Mientras esperamos que los servicios de propaganda de La Moncloa nos presenten el posado deportivo estival del Sansón leonés — creo que este año será «ejercicios en el potro con aros» (supongo que por lo habituado que está a pasar por él; que se lo pregunten a la gótica, Sarkozy, la banca o los nacionalistas) —, sólo nos queda elucubrar sobre la relación de ZP y el festival de Woodstock. Ignoro si en alguna de las entrevistas que concede el colgao le preguntaron sobre ello; pero si así fuera, ZP nos explicará con todo detalle cómo fue aquello: no olviden que ese pobre hombre lo que no sabe— es decir, todo— se lo inventa, y además metaboliza sus propios embustes. Sería interesante escuchar las vivencias de ZP en Woodstock. Por lo pronto nos hablaría de amor, paz y música para siempre; aunque acto seguido añadiría una explicación sobre el esfuerzo que su familia tuvo que realizar para procurarle el dinero que costaba la entrada para los tres días, una cantidad que consiguieron al empeñar el reloj del abuelo. Aun así, ZP nos transmitiría mediante uno de los potajes del farsante sus emociones al presenciar en directo las actuaciones de Joan Cocker, Janis Santana, Creedence Clearwater the Who, Crosby, Stills & Hendrix y Jefferson Satchidananda; incluso añadiría una anécdota de su propia cosecha y nos contaría que se resguardó de una tormenta bajo un ejemplar de El País mientras charlaba con un chino simpático que resultó ser Mao Tse Tung, quien le iniciaría semanas más tarde en los arcanos del kung-fu y el uso de los palillos para rascarse el culo, una nueva forma de comprobar...el nivel del aceite. Asimismo, no descarto que ZP describiera con todo lujo de detalles — algo típico del mentiroso— el amuleto hippie que llevaba colgado en el cuello: un cencerro. De la misma forma y envalentonado por sus propias patrañas, ZP explicaría con un guiño de complicidad algo sobre el porrete de maría (de maría, sí; pero de María Sarmiento, la que fue a cagar y se la llevó el viento) que se metió entre pecho y espalda. No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, meine Damen und Herren, pero yo intuyo que ZP es de esos que una vez que coge el porro no lo suelta ni por consejo médico, hasta que alguien le avisa de que “huele a uña quemada”. Ahora bien, no es porque le guste fumar hierbas del mal, no, sino porque siempre necesita dar y vivir una imagen de la que carece, satisfacer los anhelos del palurdo gris, disfrutar a través de sus mentiras con unas vivencias ficticias que corresponden a otros; en definitiva, buscar una reafirmación constante para atenuar su inseguridad, lo canta Grace Slick: «One pill makes you larger, and one pill makes you small» (Una pastilla te hace crecer y otra te encoge).
Una vez más, estimados parroquianos, demostraré mi bonhomía y creeré la patraña de que ZP estuvo en Woodstock; es más, le animaré con preguntas a que se lance sobre el fango resbaladizo de la farsa mientras yo le escucho con una alegre displicencia. Estoy convencido de que cuando ZP concluya el relato él habrá interpretado el himno americano junto a Hendrix, acompañado a Carlos Santana con el bajo, destrozado una guitarra junto a The Who, bailado con Janis Joplin, bebido junto a Joe Cocker y ligado con Grace Slick. Sin embargo, meine Damen und Herren, la verdad es otra: ZP nunca estuvo en Woodstock; pero aunque sí hubiera asistido al concierto, habría actuado de otra manera: bordear el cercado porque no pudo entrar, escuchar la música desde la lejanía, recoger algún objeto del suelo para sustentar sus pamemas y después intentar deslumbrar a alguna ingenua o situarse junto a la puerta para ejercer la reventa; es lo habitual en alguien que vive una vida prestada, queridos lectores. «You've just had some kind of mushroom, and your mind is moving low» (Te has comido ciertas setas y la mente te funciona muy lenta).
Usen protector solar y busquen la ombría, estimados parroquianos. Paz, amor y música para siempre.
Usen protector solar y busquen la ombría, estimados parroquianos. Paz, amor y música para siempre.
Foto: ZP en Woodstock: fue detenido por revender entradas a un precio inferior al de la taquilla. ¡Qué barbaridad!
14 Comments:
Estimado Van Orton:
Sólo por chinchar, que ya se sabe que distrae mucho: Cuando pones que
"Usen protector solar y busquen la ombría", ¿se ha perdido una "h"? - y entonces la frase es enigmática, pero muy estimulante, o se ha traspuesto una "o" por una"u"?
Confío en que sea el primer caso, el segundo, aunque más razonable, tiene mucha menos sal.
Saludos
Qué barbaridad, qué paciencia hay que tener... ¡¡esto es increíble!!
La mejor foto veraniega de Zapatero, ya que sacas el tema, fue aquella en la que volaba sobre la arena y, por tanto, no dejaba huellas. Creo que fue analizada aquí.
No me gusta nada el tufo de los sesenta, no pienso que fuese una década prodigiosa. Puede que surgieran grandes músicos y todo eso, pero es la típica década que no me hubiese interesado vivir.
Muy bueno el apunte del ejemplar de "El País". Que no quepa duda.
Un saludo
Por circunstancias que no vienen al caso tuve que hacer una presentación en inglés (tema libre) ante un grupo de profesores de mi universidad (católica y privada) y elegí Woodstock (dos me preguntaron qué es eso). Y así me enteré, entre otras cosas, de que varios circos menores cedieron tres carpas que dispusieron a modo de "hospital de campaña". Cómo sería la cosa, que los médicos y sanitarios decidieron destinar una carpa para quemados por el sol, otra para pies cortados (descalzos, botellas de vidrio, tormenta, drogas), y la tercera para los que estaban de "viaje"... y no eran setas, es que a los muy animales no se les ocurrió otra cosa más que inyectar LSD en las sandías que después repartían entre la muchedumbre... ¿Te imaginas?
Que interesante se pone lo de PRISA. Que otoño mas bonito me espera, ahora que he dejado la COPE por la SER.
Por cierto, en mi pueblo, la ombria, o como se escriba, son las paredes que miran al norte, osea, que no les da el sol.
Mary White:
"dos me preguntaron qué es eso"
¿De qué planeta eran?
Del planeta de los treintañeros empollones, profesores de universidad privada católica que no saben que en los 60/70 había un más allá de nuestras fronteras.
¿Y qué más da que sean treintañeros, que fuesen empollones y que trabajen en una universidad católica privada?
En ese planeta no saben qué hay más allá de la frontera, y no hay más tiempo que el suyo. Aunque no solamente es característico de ese planeta concreto. Pero son buena gente... que conste...
DHAVAR:
Me pillaste, estimado Dhavar. En su momento me planteé escribirlo de la siguiente manera: “…y busquen la (h) ombría”; sin embargo no lo hice porque me parecía ofensivo, a pesar del nulo coraje social que considero tiene la sociedad española. Por lo tanto, opté por escribir “ombría”: 1. f. Parte sombría de un terreno. No utilicé el término “umbría” porque la palabra implica que el terreno está orientado hacia el norte, y a lo mejor los lectores de Josephsplatz no siempre podéis encontrar una sombra o un terreno sombrío que mire en ésa dirección. Por otro lado, Dhavar, comprobarás que no dije nada sobre la marca del protector solar: cada uno tenemos nuestras preferencias o manías. Saludos, Dhavar.
ANÓNIMA 02:03
No lo niego, anónima, ya lo comprobarás.
ESPANTAPÁJAROS:
Creo que es una década que está sobre valorada desde el punto de vista musical. Aun así, surgieron grupos interesantes, Paul Butterfield Blues Band por ejemplo, que también actuaron en Woodstock. Del resto, látigo de golondrinas sin sustento, pues…no me convence ninguno, prefiero esperar a los 70. Saludos, estimado amigo.
MARY WHITE:
Sí, conocía esas…menudencias. La carpa destinada a los “colgaos” estuvo bajo el control de uno de esos grupos de Paz, amor y música para siempre, ya que los médicos cortaban el efecto de los alucinógenos y los iluminados consideraron que eso no era conveniente, por lo que los organizadores permitieron que otros piojosos ejercieran de chamanes del cuelgue. Me gusta la música, estimada pelirroja, pero nunca entendí la mistificación de Woodstock ni la parca calidad que se atribuye a muchos de los que allí actuaron. En fin, será una cuestión de gusto, o de buen gusto. Inquietante, sandías con LSD: ¡a lo mejor ZP sí estuvo en Woodstock!
Me encantó tu aclaración: “pero son buena gente…que conste”. Jajajajaja.
Saludos.
VAN:
El asunto de PRISA es, en mi opinión, uno de los temas que mejor definen la baja calidad de la democracia española y de los medios de comunicación españoles, Van. La fusión PRISA / MEDIAPRO era lógica, ambos necesitan enjugar sus deudas y mantener posiciones. Ahora bien, el hecho de que las negociaciones se hayan roto no obedece más que al interés de ZP por construir un nuevo pesebre acorde a sus ínfulas: fútbol, dinero y poco más. Ten presente que los medios españoles han descubierto la utilidad de una nueva práctica: ocultar las noticias en lugar de falsearlas; barato es, desde luego. Sea como sea, Van, una democracia tan podrida como la española necesita la cagarada de PRISA para seguir exhalando el aroma hediondo que la caracteriza y que provoca que los demás os vean como “el vecino simpático del Sur”. De una manera o de otra, PRISA seguirá en la brecha, aunque no descarto que sectores del PSOE vinculados al pasado pretendan su control para desbancar al idiota de los idiotas. “Ombría”, “umbría”…cuestión de matices. Saludos.
Kommentar veröffentlichen
<< Home