OTRO GALARDÓN.
Próxima ya la pausa invernal de Josephsplatz, meine Damen und Herren, recibí una grata noticia: la concesión del premio Arte y pico por parte de Violeta, la autora del blog Comparezco y digo. Sin embargo, los laureles esconden una gran responsabilidad: traspasar el galardón. Reconozco que me gusta recibir parabienes, no lo negaré; por el contrario ejercer de crítico del trabajo de otros no me agrada. No obstante en esta ocasión me siento satisfecho porque traspasar el premio Arte y pico implica una crítica positiva al nuevo premiado, que debe cumplir algunas de las premisas del trofeo: creatividad, diseño e interés.
Sin más preámbulos, estimados parroquianos, concedo el galardón a El cuaderno de Pepe Blanco; un blo que nos demuestra que los peores personajes de cada casa se encuentran en dos lugares: internet y la política; aunque en su caso confluyen. El blo premiado apenas requiere concentración por nuestra parte para ser leído; y eso es una lástima porque su prosa descriptiva nos indica que el autor está conflicto con su obra.
La amalgama de palabras de Pepiño nos enseña la diferencia entre escribir y garabatear. Si se puede aprender una lengua a través de la literatura, ¿qué aprenderemos después de leer el blo heterodoso? Supongo que nada, ya que un rústico que utiliza semejante desparpajo prosístico sólo persigue dos cosas: aniquilar al lector o establecer una nueva forma de suicidio intelectual. Afortunadamente, meine Damen und Herren, la lectura ya no es el único consuelo de la gente, porque El cuaderno de Pepe Blanco podría utilizarse para iniciar una campaña de desmotivación de la lectura. La prosa sebácea del autor gallego nos recuerda la épica agraria de Faulkner, en tono menor lógicamente, al tiempo que huye de expresiones preciosistas y crea unos textos que invitan al desconcierto; aunque podría ser que se deba a la prosa de rigor que utiliza; de rigor mortis claro está.
El blo nos procura una lectura asequible— ¡ muy asequible!— y morbosa que en realidad nos muestra el paisaje humano del autor: un cantizal. Cada una de sus frases tiene la misma oportunidad que intentar realizar el coito con una parturienta, algo que confirma la ignorancia del escritor y también nuestras sospechas: es un adulto inmaduro que ignora en qué ocupar su tiempo. Con todo y con eso, queridos lectores, acepto que es una manera respetable de hacer y pensar, aunque desde el punto de vista del lector mejor sería dedicar el tiempo de lectura del blo hetedoroso a rascarse los huevos o el culo, o hurgarse la nariz en su defecto: las secuelas serían las mismas.
Cualquier escritor es consciente de que la primera obra es una iniciación a la madurez, ya que el uso de un idioma condiciona el pensamiento, enriquece la mente y abre una atmósfera nueva mediante las metáforas. Por el contrario, Pepiño Blanco continúa sentado en el pupitre de la batea mejillonera en la que estudió y navega a favor del viento del solecismo; algo lógico por otro lado en un peripatético juntaletras que utiliza «la prosa de cualquier cosa» para impresionar a tipos aun más garrulos que él; sí, ya lo sé: parece una pesadilla, meine Damen und Herren, pero...¡existen!
La prosodia de Pepiño Blanco, siempre fría y distante, sobre todo de cualquier lógica o normativa, cobra una nueva dimensión al transformarse en texto y nos ayuda a entender que si el bien es la superación del mal, la incultura pepiñesca emponzoña nuestros talentos y degenera la narrativa: la demostración de que su autor no goza ni de un nanogramo de inteligencia. No obstante, meine Damen und Herren, reconozco que El cuaderno de Pepe Blanco es un lugar imprescindible; pero todavía no sé para qué.
Nicholas van Orton felicita al ganador y le anima a continuar por la misma senda. Asimismo, confío en que en alguna ocasión Pepiño entienda que el idioma más universal es la belleza y la razón. Soy consciente, estimados parroquianos: ¡es mucho confiar!
Foto: Can’t Wait ( Norman Rockwell).
10 Comments:
Le vas a crear un serio "conflito inteletual".
Enhorabuena!! Suponía que no tendrías dudas sobre quién sería el elegido!! Qué se siente al compartir galardón con alguien tan ilustre?
Beso ;D
Por primera vez, y tapandome la nariz, he pasado al famoso blo. No he conseguido terminar de leer, la cara es el espejo del alma y la foto de este pobre hombre, (confieso que me da lastima) me ha echado fuera, pero me he parado a mirar en las recomendaciones de otros blo, y, herr Nicolas, su blog no estaba entre ellos.
De nada sirvió concederle el galardon, ese hombre, ese estadista, es insobornable.
Saludos.
Nicholas, qué buena elección. Reconozco que no leo a ese señor, mi IQ no es el apropiado...
Yo también quiero ejemplares de tu libro, dedicados, a ser posible... :))
Que disfrutes de tu retiro invernal y no te olvides de volver.
Tan liberal como siempre, en vez de donar los premios que recibes a un hogar de ancianos o a una fundación nacional para la protección de mininos tienes la delicadeza de delegar tus trofeos sobre quien sabes que, por mucho que se esfuerce, jamás se merecerá uno. O bueno, tal vez sí, aunque sólo sea por del pico, que este señor ha desarrollado de modo asombroso, gracias a su fácil adaptación al medio en el que se mueve.
Saludos.
H:
Peor que el que ya padece no creo: es un hombre en conflito con la inteligencia; con la suya sobre todo.
VIOLETA:
Gracias, bella flor. Sospeché que me concedías el premio porque sabías a quién lo traspaso, y algo mejor: la forma de traspasarlo. El peso de la responsabilidad y la emoción me embargan cuando tomo consciencia del elenco de personalidades en el que estoy incluido. ¿Quién me lo iba a decir a mí?: ¡Junto al inigualable Pepiño!
Gracias, Señor, gracias: Más cerca de ti, Señor, más cerca de ti.
Besos.
VAN:
De vez en cuando conviene leer el blo, Van, y si es posible acompañado de un amigo por aquello del comentario y las risas. Creo que sobre la cara y la “cara” de Pepiño está todo dicho y escrito; aunque yo prefiero su perfil: ¡me fascina! Tan es así que me encantaría que fuera coronado Rey de España para recibir alguna carta con ese perfil tan regio. Sospecho que Pepiño no puede soportar vientos fuertes de frente, ya que su perfil es un compendio de aerodinámica: se elevaría. La naturaleza es sabia, Van, muy sabia. Como llegaste a Josephsplatz hace poco tiempo, debo explicarte que es una pequeña tradición que mantengo: traspasar cualquier premio que reciba al blo. Yo soy un altruista innato y no espero nada a cambio; pero mi sentido de la estética y la justicia me obliga a reconocer el trabajo de uno de los mejores escritores de las letras hispanas; es más: deberían proponerle al premio Cervantes y después nombrarle académico de la RAE; siempre pensé que detrás de ése “sustentador nato” se esconde un filólogo vocacional. ¡Limpia, fija y da esplendor!; me refiero a su perfil, claro está.
Saludos.
MARY WHITE:
Siempre actúo de la misma forma, ya lo sabes: premio al cazurro porque el inteligente ya fue premiado con su don. No te preocupes, estimada pelirroja, la tirada inicial de Pienso a domicilio es de 250.000 ejemplares, y según el contrato de edición me entregarán 200 sin coste alguno. Por cierto, te adelanto una noticia: las universidades de Osuna y de Peñaranda de Bracamonte desean que realice una conferencia en el aula magna sobre el gran estadista. Todavía no lo he decidido—problemas de agenda—, pero haré lo posible por llevarlas a cabo.
Gracias por tus buenos deseos, Mary White.
Saludos.
SAMUEL:
Sr. Director, ¿qué te ocurrió? En algún momento pensé que habías ingresado en un monasterio, te hiciste eremita, cumplías una larga condena o que preferías ser “un novio de la muerte”; incluso temí lo peor: forma parte de la plantilla de El País. Sea como sea me alegro de verte por aquí de nuevo y de la actualización de tu blog. Habrás comprobado que en Josephsplatz nada cambió; pero eso es lógico, ya que la pasión amorosa se convierte fácilmente en obsesión.
En tu comentario aciertas en cuáles eran mis intenciones; de hecho llamé a la Sociedad Protectora de Animales para solicitar alguna sugerencia, y ellos fueron los que me indicaron que debía entregar el premio al blo de Pepiño. Todavía no he comprendido el porqué, pero siempre confío en el parecer de los versados: tan sana costumbre me proporcionó buenos resultados hasta la fecha.
Saludos, Sr.Director.
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