¿CONOCES A JOE BLACK? / 4
Al final de la película y con la ayuda de Joe Black, William Parrish descubre que ha sido traicionado por una persona de su confianza: Drew (Jake Weber), su futuro yerno, el novio de Susan. Mediante maniobras ladinas y la manipulación del consejo de administración de la Parrish Corporation, el muchacho persigue controlar la compañía matriz del consorcio y fusionarse con un competidor. Huelga decir que en la empresa resultante de la fusión el mancebo ocuparía un cargo importante y obtendría cuantiosas plusvalías.
Francia siempre persiguió intervenir en la política española. Tengan presente que su vecino fiscaliza y dosifica dos de los problemas que afligen a España: ETA y Marruecos. Me temo que ustedes se encuentran en el centro de una tenaza, meine Damen und Herren. El famoso «santuario» todavía se mantiene en pie. Durante la mejor política antiterrorista que España ejerció contra ETA (Aznar), Francia temió que los resultados y la presión internacional le obligaran a clausurar tan magnífico monumento. No obstante, y en uno de esos ejercicios que alcanza la categoría de nauseabundo, el Gobierno francés realizó gestiones ante Marruecos para que éste acogiera a la infraestructura de los terroristas si fuera necesario. ¿Qué sería la vida sin sorpresas, meine Damen und Herren? Marruecos sopesó la posibilidad, pero llegó a la conclusión de que con el grifo de la inmigración, Ceuta, Melilla, los acuerdos pesqueros y algún otro abalorio podía desestabilizar a España sin mayor esfuerzo.
En septiembre de 1983 se produjeron las primeras reuniones de alto nivel entre el Gobierno español y el francés para tratar de aumentar la colaboración francesa en la lucha contra ETA. De eso ya hace mucho, estimados parroquianos, pero les explicaré dos de las condiciones que España tuvo que aceptar a cambio de unas migajas: Desarrollar el Estatuto de Autonomía de Euskadi y entablar negociaciones con ETA. ¡Qué ejemplo de filantropía, meine Damen und Herren! Asimismo, se inició una extraña política de alejamiento de algunos miembros de ETA, que fueron confinados en varios países, con un precio considerable para el Gobierno español. No olviden, estimados lectores, que hasta 1986 Francia otorgaba la carta de refugiado a los asesinos. Ése mismo año, Jacques Chirac gana las elecciones, y gracias a Charles Pasqua, a la sazón ministro del Interior, rescata un decreto ley que databa de 1945 y que permitía expulsar a los enemigos del Estado sin que los jueces pudieran intervenir en el proceso. Sin embargo, cuando Mitterrand es reelegido, el grifo se cierra y ETA vuelve a campar a sus anchas. ¡Qué gran político, Mitterrand! Durante esos años, la tan cacareada colaboración francesa se sostuvo gracias al río de dinero que fluía desde los fondos reservados del ministerio del Interior español hacia los jueces, policías, periodistas y algún que otro cargo del país vecino. Permítanme que haga una salvedad: me sorprende que nadie haya investigado qué oculta el entramado de abogados que defiende los intereses de ETA en Francia o el destino de los millones de pesetas que obtuvieron los terroristas al vincularse con el contrabando gallego de tabaco.
Entre otros factores, la existencia de ETA en la actualidad es posible porque Francia nunca tuvo la voluntad de terminar con ella. Desde que ETA situó su central en territorio galo siempre estuvo controlada (incluso dirigida) por los servicios de información franceses; y es más: infiltrada. Es divertido crear un monstruo de Frankenstein, pero es conveniente conocer los remiendos que lo forman por si algún día tiene la tentación de volverse contra su creador. Cualquier decisión que toman los dirigentes de ETA y sus movimientos son conocidos de forma inmediata por los responsables de la seguridad francesa, que deciden, en función de intereses políticos, si la información se transmite a España o no. Los ejemplos son muchos y variados, permítanme que señale algunos: la entrevista de Carod Rovira con los dirigentes terroristas nos demuestra que alguien les vigilaba (por cierto: ése tema no tiene nada que ver con el 11-M); de igual manera, es curioso que largas y laboriosas investigaciones— en ocasiones duran años— de la policía española para detener a un terrorista se salden con la detención del mismo en «un control rutinario de carretera». ¿Ustedes creen en la casualidad, meine Damen und Herren? Yo, en determinadas cuestiones, tampoco.
Francia siempre persiguió intervenir en la política española. Tengan presente que su vecino fiscaliza y dosifica dos de los problemas que afligen a España: ETA y Marruecos. Me temo que ustedes se encuentran en el centro de una tenaza, meine Damen und Herren. El famoso «santuario» todavía se mantiene en pie. Durante la mejor política antiterrorista que España ejerció contra ETA (Aznar), Francia temió que los resultados y la presión internacional le obligaran a clausurar tan magnífico monumento. No obstante, y en uno de esos ejercicios que alcanza la categoría de nauseabundo, el Gobierno francés realizó gestiones ante Marruecos para que éste acogiera a la infraestructura de los terroristas si fuera necesario. ¿Qué sería la vida sin sorpresas, meine Damen und Herren? Marruecos sopesó la posibilidad, pero llegó a la conclusión de que con el grifo de la inmigración, Ceuta, Melilla, los acuerdos pesqueros y algún otro abalorio podía desestabilizar a España sin mayor esfuerzo.
En septiembre de 1983 se produjeron las primeras reuniones de alto nivel entre el Gobierno español y el francés para tratar de aumentar la colaboración francesa en la lucha contra ETA. De eso ya hace mucho, estimados parroquianos, pero les explicaré dos de las condiciones que España tuvo que aceptar a cambio de unas migajas: Desarrollar el Estatuto de Autonomía de Euskadi y entablar negociaciones con ETA. ¡Qué ejemplo de filantropía, meine Damen und Herren! Asimismo, se inició una extraña política de alejamiento de algunos miembros de ETA, que fueron confinados en varios países, con un precio considerable para el Gobierno español. No olviden, estimados lectores, que hasta 1986 Francia otorgaba la carta de refugiado a los asesinos. Ése mismo año, Jacques Chirac gana las elecciones, y gracias a Charles Pasqua, a la sazón ministro del Interior, rescata un decreto ley que databa de 1945 y que permitía expulsar a los enemigos del Estado sin que los jueces pudieran intervenir en el proceso. Sin embargo, cuando Mitterrand es reelegido, el grifo se cierra y ETA vuelve a campar a sus anchas. ¡Qué gran político, Mitterrand! Durante esos años, la tan cacareada colaboración francesa se sostuvo gracias al río de dinero que fluía desde los fondos reservados del ministerio del Interior español hacia los jueces, policías, periodistas y algún que otro cargo del país vecino. Permítanme que haga una salvedad: me sorprende que nadie haya investigado qué oculta el entramado de abogados que defiende los intereses de ETA en Francia o el destino de los millones de pesetas que obtuvieron los terroristas al vincularse con el contrabando gallego de tabaco.
Entre otros factores, la existencia de ETA en la actualidad es posible porque Francia nunca tuvo la voluntad de terminar con ella. Desde que ETA situó su central en territorio galo siempre estuvo controlada (incluso dirigida) por los servicios de información franceses; y es más: infiltrada. Es divertido crear un monstruo de Frankenstein, pero es conveniente conocer los remiendos que lo forman por si algún día tiene la tentación de volverse contra su creador. Cualquier decisión que toman los dirigentes de ETA y sus movimientos son conocidos de forma inmediata por los responsables de la seguridad francesa, que deciden, en función de intereses políticos, si la información se transmite a España o no. Los ejemplos son muchos y variados, permítanme que señale algunos: la entrevista de Carod Rovira con los dirigentes terroristas nos demuestra que alguien les vigilaba (por cierto: ése tema no tiene nada que ver con el 11-M); de igual manera, es curioso que largas y laboriosas investigaciones— en ocasiones duran años— de la policía española para detener a un terrorista se salden con la detención del mismo en «un control rutinario de carretera». ¿Ustedes creen en la casualidad, meine Damen und Herren? Yo, en determinadas cuestiones, tampoco.
Vinculemos lo anterior al 11-M. ¿Qué papel jugó ETA en los atentados? Ninguno, estimados parroquianos, y la razón es muy simple: no se lo puede permitir. Cuando la mañana del 11-M escuché las declaraciones del ministro Ángel Acebes (y las del resto de políticos que también culpaban al otrora «movimiento de liberación vasco»), me sorprendí por la seguridad que demostraba al imputar a ETA. Cualquier persona con unos conocimientos rudimentarios sobre terrorismo sabe que ETA nunca puede cometer una salvajada semejante porque necesita el apoyo social para subsistir; el terrorismo islamista, por el contrario, puede prescindir de él. Ahora bien, sin que los dirigentes etarras lo supieran, la organización terrorista sí formó parte de una de las maniobras de despiste que conforman el 11-M: las llamadas caravanas de la muerte. Sí, meine Damen und Herren, dos furgonetas cargadas de explosivos para cometer una masacre. Ambos vehículos nunca hubieran llegado a su destino porque Francia comunicó a España la salida, el itinerario y su cargamento: eran carne de cañón; o de distracción. ¿Me creerían si les explico que existen infelices que creen militar en ETA y no pertenecen a la banda?
Sus estimados vecinos franceses nunca hicieron nada por ustedes excepto perjudicarles. Ya desde 1906 (incluso antes), en la conferencia de Algeciras, Francia ha deseado una España subordinada a los intereses galos, una especie de obrero explotado que vive en la colonia industrial que el patrono francés construyó. José María Aznar abrió varios frentes que incomodaron al Gobierno francés: Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental y oponerse al reparto de poder que dentro de la UE y gracias a la Constitución europea ostentarían Francia y Alemania; recuerden la tenacidad española en las negociaciones del Tratado de Niza. Esos son los puntos importantes; y los otros, accesorios pero que repercuten a Francia, son el cambio de actitud ante Marruecos y el exterminio de ETA. Si ustedes se percatan, meine Damen und Herren, si el PP hubiera mantenido el gobierno de España, Francia se encontraría sin poder de decisión sobre los temas con los que tejieron el dogal que siempre aprieta el cuello hispano. ¿Cuál fue la postura francesa durante el esperpento del islote Perejil?: apoyar a Marruecos. Francia vetó una resolución de condena en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, y Chirac, en las conversaciones que mantuvo con José María Aznar, le recomendó que hiciera concesiones territoriales a Marruecos y retirara los barcos de la marina española. ¡Inaudito, meine Damen und Herren! En la actualidad, España se encuentra como a Francia le interesa: subordinación energética al país vecino, si de alguno dependiera hasta hídrica; mantiene con Marruecos las «tradicionales e históricas relaciones de buena amistad»; ignorados en la toma de decisiones de la UE; subsiste el problema del terrorismo; están a la espera de que Francia decida qué posición ocupará España en la novedosa Unión Euromediterránea, aunque supongo que si ZP lame lo suficiente conseguirá que la sede se sitúe en Barcelona. Cuando Moratinos, ése genio de la diplomacia que rebaja a Metternich a la categoría de peón caminero, se entrevistó con Giscard D’Estaing, un tipo que les odia aun más que Mitterrand (¡ya es decir!), recibió un claro mensaje: «Francia y Alemania tomarán las decisiones de la UE, Italia podrá decir algo de vez en cuando y España siempre posará sonriente en la fotografía». El sueño de Niza no volverá a repetirse, queridos lectores: fue bonito mientras duró.
Detrás de la expresión «autores intelectuales» se encuentra Francia, meine Damen und Herren. Tres de las cuatro tramas que conforman el 11-M las controla Francia, y la cuarta, a pesar de estar bajo «supervisión» española, fue utilizada también para despistar. Es algo parecido a lo que hace Joe Black: toma un cuerpo prestado para no despertar recelos. De todas formas, si alguien sospechara se vería obligado a callar porque a nadie le gusta convertirse en el hazmerreír.
Foto: Joe Black en la mesa de Herr Parrish.
Sus estimados vecinos franceses nunca hicieron nada por ustedes excepto perjudicarles. Ya desde 1906 (incluso antes), en la conferencia de Algeciras, Francia ha deseado una España subordinada a los intereses galos, una especie de obrero explotado que vive en la colonia industrial que el patrono francés construyó. José María Aznar abrió varios frentes que incomodaron al Gobierno francés: Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental y oponerse al reparto de poder que dentro de la UE y gracias a la Constitución europea ostentarían Francia y Alemania; recuerden la tenacidad española en las negociaciones del Tratado de Niza. Esos son los puntos importantes; y los otros, accesorios pero que repercuten a Francia, son el cambio de actitud ante Marruecos y el exterminio de ETA. Si ustedes se percatan, meine Damen und Herren, si el PP hubiera mantenido el gobierno de España, Francia se encontraría sin poder de decisión sobre los temas con los que tejieron el dogal que siempre aprieta el cuello hispano. ¿Cuál fue la postura francesa durante el esperpento del islote Perejil?: apoyar a Marruecos. Francia vetó una resolución de condena en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, y Chirac, en las conversaciones que mantuvo con José María Aznar, le recomendó que hiciera concesiones territoriales a Marruecos y retirara los barcos de la marina española. ¡Inaudito, meine Damen und Herren! En la actualidad, España se encuentra como a Francia le interesa: subordinación energética al país vecino, si de alguno dependiera hasta hídrica; mantiene con Marruecos las «tradicionales e históricas relaciones de buena amistad»; ignorados en la toma de decisiones de la UE; subsiste el problema del terrorismo; están a la espera de que Francia decida qué posición ocupará España en la novedosa Unión Euromediterránea, aunque supongo que si ZP lame lo suficiente conseguirá que la sede se sitúe en Barcelona. Cuando Moratinos, ése genio de la diplomacia que rebaja a Metternich a la categoría de peón caminero, se entrevistó con Giscard D’Estaing, un tipo que les odia aun más que Mitterrand (¡ya es decir!), recibió un claro mensaje: «Francia y Alemania tomarán las decisiones de la UE, Italia podrá decir algo de vez en cuando y España siempre posará sonriente en la fotografía». El sueño de Niza no volverá a repetirse, queridos lectores: fue bonito mientras duró.
Detrás de la expresión «autores intelectuales» se encuentra Francia, meine Damen und Herren. Tres de las cuatro tramas que conforman el 11-M las controla Francia, y la cuarta, a pesar de estar bajo «supervisión» española, fue utilizada también para despistar. Es algo parecido a lo que hace Joe Black: toma un cuerpo prestado para no despertar recelos. De todas formas, si alguien sospechara se vería obligado a callar porque a nadie le gusta convertirse en el hazmerreír.
Foto: Joe Black en la mesa de Herr Parrish.
14 Comments:
Yo tampoco creo en la casualidad :D
O sea que finalmente al que hay que conocer y por el que hay que preguntar es Joseph Noir ^_^
Ya nos vamos acercando Herr Nıcholas.
Lo que me tıene más que muerto es como todas las instituciones, una tras una, y en todo este tiempo, no hayan hablado claro: "Miren señores, tienes dos enemigos, uno se llama Francia y el otro Marruecos".
No estoy pidiendo que se declare la guerra o que se retiren embajadores, pero al menos que la población sepa dónde se está.
Ya sabemos el autor intelectual, ¿y el autor material?
Van Orton, estos escritos son ya la cumbre de este espacio, porque estás elaborando una sólida teoría llena de sentido, datos y conclusiones, y el conjunto resulta tan atractivo como tenebroso. Recomiendo a los lectores que acaben de entrar que lean también, en los archivos de 2006, los escritos bajo el título
"Némesis": son el prólogo y complemento de los presentes.
Según voy leyendo, incluso he sentido algún escalofrío, pues hay ciertas verdades a las que uno no puede acceder así como así.
En todo caso, hay varios puntos en su escrito que están fuera de discusión:
1) Que Francia, históricamente, ha querido perjudicar y controlar España.
2) Que Francia ha sido santuario de terroristas, y que durante mucho tiempo allí se les amparó y justificó.
3) Que Marruecos y Francia forman una pinza que atrapa a España y la ahoga.
4) Que la política desarrollada por Aznar disgustó y preocupó a Francia y Marruecos, de ahí los diversos roces.
5) Que la acción antiterrorista de Aznar casi había derrotado a ETA, y que ésta estaba en su peor momento, al borde de la destrucción total.
6) Que todo esto cambió a partir del 11-M.
VIOLETA:
Haces bien, bella flor; pero existe. Ya sabes: Serendipity.
Besos.
BRAINCRAPPED:
Es mi opinión, querido primate. Los españoles tenéis un refrán que reza algo como… «blanco y en botella de vidrio es leche». ¿Por qué no horchata o agua teñida? Tengo un amigo que rueda anuncios publicitarios, y un día me explicó lo que utiliza para los anuncios de yogures: cola de carpintero.
SINBLANCAPORELMUNDO:
Se llama diplomacia, estimado amigo. Por otro lado ¿tú crees que a la población le interesa algo así si el enfrentamiento no se desarrolla sobre un terreno de fútbol? Siempre existen otros intereses que deben ponderarse, sobre todo económicos. Es por ello que se permiten ese tipo de marrullerías: hay muertos pero la economía funciona. ¡Estamos entre caballeros, Sinblancaporelmundo!
ESPANTAPÁJAROS:
Tan entusiasta como siempre, látigo de alondras famélicas. Francia sólo os ayudó cuando intuyó que vuestros problemas o peligros podían perjudicarla. La política de Aznar, con algunas cuestiones criticables, partía el espinazo de Francia, y no desprecies el tema de Guinea Ecuatorial porque para Francia es un tema muy importante en el que ha invertido muchos millones. Con todo y con eso, Francia juega muy bien sus cartas. El Gobierno francés animó a Marruecos para que se lanzara al esperpento del islote Perejil. Sabía que USA apoyaría a España (yo haría alguna salvedad) y eso obligaría a los marroquíes a cobijarse bajo el paraguas gabacho, no les quedaba otra opción: ¡el regreso del hijo pródigo! De todas formas no creas que esa forma de actuar es patrimonio de los franceses, todos hacen lo mismo. Los servicios de inteligencia alemanes hace ya tiempo que operaban en Kosovo para favorecer la independencia de ése extraño país. ¿Por qué crees que nos dimos tanta prisa en reconocerlo? Todos desean que sus vecinos (entiende zona de influencia) estén divididos y con problemas: es más fácil aprovecharse— utilizarlos— de ellos en esa situación.
¡Qué mundo más fascinante el de la diplomacia!; pero como tú bien dices, siempre está vinculado a las tinieblas. Será por aquello de que ojos que no ven…
Un abrazo y gracias.
No estoy tan seguro de que ETA no sea capaz de salvajadas. Recordemos HiperCor
CACO:
La capacidad de absorción de una salvajada por parte de una sociedad está vinculada al momento y las circunstancias políticas. En 1987, fecha del atentado de Hipercor, la sociedad española estaba preparada para sobrellevar ése acto. Si miras el número de votos que obtuvo Herri Batasuna en Barcelona( sí, sí, en Barcelona) después del atentado, te sorprenderás del grado de miseria que anida en la mente de muchos. Esa banalización del mal que gracias al PNV y a la enferma sociedad vasca se expandió entre los españoles permitía sucesos como ése. Por el contrario, en marzo de 2004 las cosas eran diferentes. Te señalo un ejemplo: el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Fíjate que con un solo muerto la sociedad reaccionó hasta extremos impensables, aunque después todo vuelve a su cauce. Es esa amnesia española que siempre me ha enamorado. De todas formas, cualquier muerto es una salvajada. Arzallus, Ibarreche, ZP y compañía deberían cambiar determinados postulados.
Saludos.
Para mí es simplemente que la balanza se ha inclinado del lado de las tesis de Josu Ternera porque por otra parte de ETA, la más jóven, se pide hacer una inolvidable.
Hace unos meses murió el jefe de relaciones internacionales de ETA Javier Larreategui Cuadra "Atxulo" sobrino carnal de mi madre. Fíjate si sabemos algo del temita
CACO:
Un día u otro Francia deberá secar la fuente y desmontar los grifos y las cañerías; al igual que hizo USA con las redes de financiación y armamento del IRA en territorio estadounidense. ETA sabe que eso ocurrirá y que lo único que le permitiría una “salida honrosa” sería una negociación. Ahora bien, ¿con quién negociará? ZP, uno de los gobernantes más débiles de los últimos años, no lo consiguió, y él sabe que no puede realizar un segundo intento sin tener garantías plenas de que saldrá bien. Esas garantías sólo las puede conceder Francia, y no creo que esté por la labor; al menos de momento. Todos los presidentes de Gobierno cometieron el mismo error: pensar que mediante una negociación acabarían con ETA. El día que ZP considere su situación política insostenible volverá a utilizar el cartucho. Por otro lado, si se produce un relevo en el poder y el nuevo presidente de Gobierno no quiere tocar esa tecla, ETA forzará la situación con el viejo truco: muertos encima de la mesa. En ambos casos será ETA la que marcará los tiempos— eso siempre lo hizo muy bien— para convencer al memo de turno; siempre, claro está, que mediante la actuación de la policía no se consiga situarla en un nivel nulo de operatividad. Permíteme un cambio de tercio, Caco. Si es cierto que dentro de la banda existe un debate sobre el futuro, las detenciones que realice Francia o la información que traspase a la policía española servirán para intuir cuál será la preferencia francesas, ya que utilizarán “sus conocimientos” para quitar de la circulación a los opositores a las tesis que más les convengan.
Saludos.
Apreciado Herr Nicholas:
Siempre me cayeron gordos los políticos franceses. Pero desde que leo sus escritos, estoy empezando a desarrollar ODIO por ellos. No por el pueblo francés, que a fin de cuentas es tan pueblo como nosotros; sino por esos enarcas engolados que nunca nos quisieron bien y que nos pasan por la cara su cochina grandeur cada vez que tienen ocasión.
Saludos,
Aguador
Y de Polanco, ¿que me dice?
Kommentar veröffentlichen
<< Home