Freitag, Juni 20, 2008

ROYAL ASCOT

BOSTA: 1. f. Excremento del ganado vacuno o del caballar.

La gran cita se aproxima, meine Damen und Herren. Dentro de poco sabremos quién se lleva la gloria eterna y quiénes disfrutarán del olvido que corresponde al segundo y a los perdedores. La carpa del circo bajo la que conviven, con extraña armonía, la tradición y el hambre de notoriedad está erigida, y los caballos, los auténticos protagonistas, piafan inquietos mientras resoplan por los ollares. Sólo queda ceñir las cinchas, ajustar los bocados, palmetear las grupas y templar el uso de la fusta: el cajón se abrirá en cualquier momento. Lo lamento, estimados parroquianos, de nuevo mi escrito se presta a la confusión: no me refiero al congreso del Partido Popular, sino a las carreras de Ascot; ya saben, ése lugar donde el olor a naftalina se une al de la bosta. No obstante, semejante cita tiene un lado positivo: es el escenario donde los arribistas, los «quiero y no puedo», los piojos resucitados y los buscadores del relumbrón lucen el tipo durante una jornada de equitación; es decir, un lugar en el que no puede faltar nuestro estimado Pepiño Blanco. Sí, ya lo sé, meine Damen und Herren, ¡pobre papel hará un jamelgo entre pura sangres!; pero todos son hijos de Dios y merecen una oportunidad, aunque sea para provocar nuestras carcajadas.
Durante una de esas mañanas en las que anduve perdido por extraños parajes, me llegó el correo habitual con el clipping de prensa, y como si mis ojos fueran limaduras de hierro, mi mirada quedó clavada en el imán que son las declaraciones del ilustre gallego. Éste, sin recato alguno, confesaba que antes no había explicado sus preferencias por Obama para…¡NO INTERFERIR EN EL PROCESO ELECTORAL AMERICANO! Ustedes ya saben que la imbecilidad siempre llega al alma humana, estimados parroquianos, y me sentí conmovido después de leer algo así. No contento con alcanzar ése sublime delirio, Pepiño desgranó con la riqueza verbal y lingüística abrumadora que le caracteriza un panegírico de la auto-ficción, hasta el punto que me causó terror, extenuación y calentura.
En muchas ocasiones desconocemos cómo denominar algo extravagante, pero en el caso de Pepiño Blanco no me ocurrió; más bien al contrario: idiotez perenne. Es evidente que la magra inteligencia de Herr Blanco mora en el extrarradio del sentido común, en un poblado chabolista en concreto. Sin embargo debería esforzarse en disimularlo, ya sabemos que si la deficiencia mental fuera hilo, Pepiño trabajaría en un telar. En realidad sentí vergüenza ajena, meine Damen und Herren, porque debajo de esos afeites que la palabrería de ZP y su caterva colocaron sobre la cara de España luce la mugre, roña y caspa —que ustedes no logran erradicar— que les impide progresar como nación democrática. Una vez más, no pude evitar pensar que semejante individuo se considera ministrable, no obstante lo sorprendente es que ZP no accediera a los deseos de semejante portento: un membrillo entre los miembros y las miembras. Mantengo que fue un error, queridos lectores, porque es necesario el trabajo de ese filólogo vocacional que es Pepiño Blanco para pulir el lenguaje de los búcaros.
Al día siguiente, me lancé ansioso sobre varios periódicos americanos: The Washington Post, The Wall Street Journal y The New York Tribune. ¡Qué desilusión, meine Damen und Herren!, ninguno recogía las declaraciones del eminente gallego, ni siquiera Obama agradeció el sólido apoyo recibido. Con todo y con eso debemos ser comprensivos, tengan presente que estamos ante un sujeto que hace de sus declaraciones su patria; pero nosotros, cuando le oímos, sabemos que es un apátrida.
Desde este modesto feuilleton solicito que ZP envíe a Pepiño Blanco a las carreras de Ascot. Presuponemos que el jamelgo gallego no entrará en el Royal Enclosure, aunque estoy seguro de que le subirán en un tiovivo, ya que eso es lo que le ocurre a Pepiño Blanco: él cree que galopa, pero en realidad siempre está en el mismo lugar: entre la bosta.

Foto: Te conseguí el pase, Pepiño.

10 Comments:

Blogger Ignacio said...

La bosta se imposta
engola
apesta
y denuesta.
Esa es su esencia.
Lo bosta se enfría
desvía
sus bienes porfía.
La bosta acaba
se lava
y apesta:
Solo era mierda.

8:21 AM  
Blogger braincrapped said...

En la prensa extranjera no se comenta nada porque --ya se sabe-- son unos envidiosos.

En eZPaña la gente está convenientemente aborregada gracias a la Izmierda y a la Desecha y todo es un paraíso multicolor.

Heil Zapa!

12:43 PM  
Blogger Mary White said...

y si va con el sombrero adecuado?
tampoco entraría?

12:45 PM  
Blogger Bruno Mancha said...

Nicholas, el señor Blanco necesita ánimos, y puesto que nadie se los da, es lógico que se dé esos aires de grandeza. Pero lo curioso es que hablar de Obama se haya vuelto una cuestión generalizada en los políticos. ¡Tanto les ha fascinado! El propio Fraga, por ejemplo, apuesta por él, y dudo que a Obama le importe, como tampoco creo que le importe mucho el mal de ojo que le ha echado Zapatero, como no podía suceder de otro modo. ¡Ah, yo del Sr. Obama estaría temblando!
Afortunadamente a él no le interesa lo que opinamos a este lado del atlántico los que no podemos votarle.

Pero fíjese cómo ha trascendido el personaje. Hasta los progres de Cuatro le han copiado el eslogan, ese ridículo "podemos" al que el domingo frente a Italia tendremos que acotar: "sí, podemos perder". Le rinden culto como al mago de la propaganda, y oiga, que como gane las elecciones no nos van a dejar en paz. Prepárese a oír a Blanco cantando sus alabanzas a Estados Unidos, aunque sólo sea porque el presi no es republicano.

Un saludo.

1:07 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

IGNACIO:

Desconocía tu vena poética, Ignacio.

3:50 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

BRAINCRAPPED:

A mí también me extrañó, simiesco amigo, porque semejante portento intelectual (Pepiño Blanco) nunca puede pasar desapercibido, ni siquiera a la hora de hacer el ridículo.
No te preocupes: cuando se resiente el bolsillo, la gente suele despertar.

3:51 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

GWEN:

¿Pepiño con sombrero?, ¡pagaría por verlo, Gwen! Si ése botijillo utilizase bombín parecería una seta; si el sombrero escogido fuera la chistera, nos recordaría a una brocheta o a un hombre tubo. Por otro lado, con el Panamá hat nos recordaría al típico borracho que languidece en latitudes tropicales, y si luciese un clásico Fedora, creeríamos que estamos ante uno de los miembros de la banda de Al Capone. No le demos más vueltas, Gwen: el «sombrero» de Pepiño es la boina, además calada hasta las cejas.
Sea como sea, Pepiño nunca entraría en el Royal Enclosure, ya que las normas de admisión son muy estrictas. Sólo se admite a los miembros del Royal Enclosure o los invitados de las personas que han presenciado las carreras desde el Royal Enclosure en cuatro ocasiones. Además, la invitación está cursada por el representante de la reina, que ostenta el derecho de veto. Asimismo, y para desgracia de nuestro querido Pepiño, en el Royal Enclosure es obligatorio el uso de chaqué. Si imaginarnos a Pepiño con sombrero ya nos produce sonrojo, ¿qué no pasará si le vemos con un chaqué? ¡Pobre paticorto! Tal y como es él, estoy seguro de que escogería uno de color blanco: de los pies a la cabeza, tipo Rain Man. ¡Pagaría por verlo!

3:52 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

SAMUEL:

Pero…¡si desde Josephsplatz ya le animamos!, ¿todavía quiere más ánimos el adonis gallego? En fin, le animaré más: no quiero que se deprima.
Es cierto que Obama es otro maestro de la propaganda, pero creo que Europa tiene, de nuevo, el punto de mira desviado. Dan por hecho que el voto de las minorías irá al Michael Jackson del partido demócrata; sin embargo olvidan que los hispanos y los negros luchan por el mismo territorio, y los hispanos no desean a un tipo como Obama en la Casa Blanca por si les recorta derechos o prebendas. De la misma forma, los europeos olvidan que para los americanos lo primero es América, y lo segundo también. Al margen de las cuestiones estéticas (fotos, palabrería, etc.), Obama mantendrá una postura similar en política exterior.
Afortunadamente para ustedes, la selección española se impuso a la italiana: fue justo. Por cierto, el jueves estaré en Viena para presenciar el partido contra Rusia. Les deseo suerte, creo que la necesitarán.

3:52 AM  
Blogger Mary White said...

Ganará Rusia, Nicholas.

Si los Tonetti y el rubio de los Marx llevaban sombrero ¿por qué negarle a Pepiño el placer de ir cubierto?
Los ingleses son muy así, es cierto, no le dejarían entrar a cualquier sitio. Yo tampoco lo haría. Tal vez de mozo de cuadras (a pesar de su edad) le vendría mejor y le permitiría llevar la boina.

8:55 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

GWEN:

¡No seas pesimista, cuidadora de gemelos hiperactivos! Yo estaré allí y os animaré: no te quepa la menor duda.
Saludos.

2:11 AM  

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