DE INTELECTUALES
Yo nunca enfoco la vida como un juego de ganadores y perdedores, meine Damen und Herren, porque en ése juego la particularidad no es ganar o perder, sino jugar. Además, creo que cuando llegue el momento de «la gran cita», y no me refiero a las urnas, lo importante será comprobar si sólo hemos recogido detalles o lo primordial: la esencia. Sin embargo, nosotros no podemos averiguarlo, los encargados de hacerlo son otras personas: las que se quedan; ya que sólo ellas pueden valorar si a lo largo de nuestro devenir hemos hecho algo más que arrastrarnos por el mundo. Ya saben que yo soy un ignorante, estimados parroquianos, por ése motivo sé que no se sorprenderán cuando reconozca que nunca entendí el significado de la palabra «madurar»; aplicada a una persona, en las frutas no me costó comprenderlo. ¿En qué maduramos?, ¿en las ideas, las percepciones, el carácter? No sé, me temo que la palabra equivale a tener más recuerdos que ilusiones: no me seduce.
José Luis Rodríguez, El Puma, creo que es un melón inmaduro e insípido; alcanza la categoría de pepino. Continúo leyendo las declaraciones del gran estadista y sus colosales proyectos de futuro, observo las reacciones de aquellos que le apuntalan, y la fingida alegría que demuestran; pero mi percepción es otra: creer a ZP es una cuestión de fe, y en ocasiones un milagro. Creo que todos ellos se mueven al son de un extraño tamtan mientras observan al posturista de billar o torero de salón que es ZP. Muchos se ilusionaron para después comprender que los tontos son como siempre nos enseñaron: determinadas cosas nunca cambian. Con todo y con eso persisten en su apoyo, y lo hacen revestidos con el manto de la cultura y la intelectualidad. ¡Qué palabras más desprestigiadas!
Contemplar el patetismo de un político siempre es triste, pero más pena me causa observar el de un artista o el de alguien que alguna vez fue algo. Quizá es que alguno de esos «intelectuales» más que madurar se ha podrido; fétido, muy fétido, queridos lectores. Supongo que todo obedece al afán de forjar una cadena proclive, porque ésta no tiene alma al estar formada de eslabones que con la misma rapidez se desprenden. ¡Vanidad de vanidades!, incluso en la putrefacción.
De todas formas hemos de ser comprensivos, meine Damen und Herren, ¿quién no aplaudiría ante la grandilocuencia y el rostro iridiscente de El Puma? A ellos, sin embargo, no les importa que la pose existencial de ZP sea la de un embustero, frívolo e incapaz. Posiblemente se deba a que saben que ZP es el monarca de la imbecilidad, y ellos, pobres plebeyos, aspiran a conseguir un título nobiliario: marqués de la bobada; duque de la idiocia; barón de la gansada; etc.
Al contemplar semejantes espectáculos me veo envuelto en una orgía de carcajadas y entiendo el porqué actúan así: lo importante es etiquetar a las personas porque después se ayudarán entre ellos, y cuando el talento ya no dé más de sí, buscarán una apoyadura (en algún caso con «ll») para continuar con el momio de la intelectualidad y la cultura.
Piensen que provengo de un país frío, con inviernos rigurosos y un Sol tacaño a la hora de mostrar sus beneficios, donde los intelectuales —los de verdad, no esa pamema que siempre está dispuesta a disfrutar de la cercanía al poder— pagaron con sus vidas la disidencia y la oposición. Es imposible leer un libro de determinados autores sin comprender que nuestras manos sujetan algo más que páginas impresas y una tapa dura. Pero así es el juego, meine Damen und Herren: unos viven de los detalles mientras otros conservan la esencia; y algo mejor: nos la dejaron.
De todas formas hemos de ser comprensivos, meine Damen und Herren, ¿quién no aplaudiría ante la grandilocuencia y el rostro iridiscente de El Puma? A ellos, sin embargo, no les importa que la pose existencial de ZP sea la de un embustero, frívolo e incapaz. Posiblemente se deba a que saben que ZP es el monarca de la imbecilidad, y ellos, pobres plebeyos, aspiran a conseguir un título nobiliario: marqués de la bobada; duque de la idiocia; barón de la gansada; etc.
Al contemplar semejantes espectáculos me veo envuelto en una orgía de carcajadas y entiendo el porqué actúan así: lo importante es etiquetar a las personas porque después se ayudarán entre ellos, y cuando el talento ya no dé más de sí, buscarán una apoyadura (en algún caso con «ll») para continuar con el momio de la intelectualidad y la cultura.
Piensen que provengo de un país frío, con inviernos rigurosos y un Sol tacaño a la hora de mostrar sus beneficios, donde los intelectuales —los de verdad, no esa pamema que siempre está dispuesta a disfrutar de la cercanía al poder— pagaron con sus vidas la disidencia y la oposición. Es imposible leer un libro de determinados autores sin comprender que nuestras manos sujetan algo más que páginas impresas y una tapa dura. Pero así es el juego, meine Damen und Herren: unos viven de los detalles mientras otros conservan la esencia; y algo mejor: nos la dejaron.
Foto: Sólo así soporto su iridiscencia.
6 Comments:
# Nicholas, si crees que lo has visto todo, no te pierdas este vídeo de la Fashionaria:
http://www.youtube.com/watch?v=LS2mSJjuXJI
Eso de ir a las aulas me parece una vergúenza!!
Primero, porque los niños no votan, así que ¿qué narices hace la Bruja Piruja ahí adoctrinando?
Y, segundo, esta mujer es iridiscente (cuando habla y cuando viste, porque me lleva siempre los 7 colores del arcoiris a la vez) y me tengo que poner las mega-gafas de Nicholas para no perder lo que me queda de vista porque... vaya cosas que dice en el video: ZP, el proyecto de futuro (a base de recordar y recordar chapapote, guerra de Irak y 11-M), y Rajoy, el miedo!! Toma ya!!! Y se queda tan pancha ;S
Nicolas:
Pues te va a gustar este Meme, hombre!:
http://dhavar.blogspot.com/2008/03/
este-meme-s-que-mola.html
CERRAJERO:
Sólo falta la urna,una papeleta del PSOE y mostrar cómo se introduce; la papeleta. Hay que cuidar la "cantera".
Felipe González es Dios y ZP su profeta.
Saludos.
VIOLETA:
No es nada nuevo, bella flor, en Alemania lo conocemos, aunque se denominó de otra manera: Juventudes hitlerianas.
Está todo inventado.
DHAVAR:
Pero, pero...¡qué delito cometí contra vosotros naciendo!
Responderé. Saludos.
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