Sonntag, März 30, 2008

BARRANCOS

BARRANCO: 1. m. Despeñadero, precipicio.

«Desde el fondo de un barranco, canta un negro con afán: “¡Ay, madre, quien fuera blanco, aunque fuera catalán!”».
Políticamente incorrecto, meine Damen und Herren, además por partida doble; pero yo disfruto con estas ximpleries como si fuera un italiano con cuatro brazos: ¡qué orgía de gesticulación! Sin embargo, estimados parroquianos, no debemos permitir que lo gracioso solape al dramatismo y nos impida percibir el auténtico melodrama catalán: se quedan sin agua; así es, el oasis se ha secado y nos permite observar unos terrones resecos en los que las grietas delimitan un mosaico de idiotez e ineptitud. De igual manera que la edad de un poeta no se mide por sus años sino por la madurez de sus versos, la estulticia de un pueblo puede mesurarse por la cantidad de veces en la que repite un error. Pero es que la memoria sapientísima de los catalanes fluye por un río que desemboca en el mar de la ignorancia y el nacionalismo paleto (disculpen el pleonasmo). Esa extraña horda que gobierna en Cataluña y que responde al nombre de Tripartit cada día se esfuerza en demostrarnos que se trata de un compendio subnormalizado de la política. No se sorprendan, meine Damen und Herren, ya que ellos fueron los que no deseaban el trasvase, y el motivo sólo era uno: era un proyecto del PP. Ahora, por el contrario, claman por un trasvase que el Gobierno español les niega, y la responsable de tan augusta misión ha sido Teresa Fdez. de la Vega: me temo que al Govern catalán le ha tocado bailar con la más fea. La negativa ha servido para que los politicastros catalanes se envuelvan en las cuatro barras de Guifré el Pilós y clamen de nuevo contra la pérfida España, que les roba el pan y les niega el agua. ¡Triste, meine Damen und Herren, muy triste! De todas formas yo no me preocuparía ya que siempre podrán ducharse con cava, y el cosquilleo de las burbujas en las partes donde más espuma crea el jabón promete grandes momentos de excitación y posterior desfogue sexual; en plan nacionalista, ya saben: «només la punteta, amor meu». Si la «pertinaz sequía» continúa cebándose sobre Cataluña, el Govern del Honorable xarnego, o él mismo aunque esto es difícil, intentará despistar para ocultar sus deficiencias y nula gestión. No me extrañaría, pues, que adujeren problemas con el nuevo Estatut; sí, queridos lectores: porque nadie previó señalar el derecho de Cataluña a recibir más lluvia que otras regiones españolas. Con todo y con eso, la realidad es otra: una clase política sobreprotegida por los medios de comunicación catalanes— que no dudan en mentir si es necesario— y que carece de la mínima responsabilidad hacia los ciudadanos.
Resulta curioso que los políticos que hicieron campaña bajo el lema «No al transvasament» ahora se rasguen las vestiduras al observar los resultados de su imbecilidad; imbecilidad, por otro lado, que sin riego se muestra fértil como una sabana. Que se pierdan al día 21,9 millones de litros de agua por no acometer las obras necesarias de mantenimiento es una cuestión baladí; que los tributos que gravan el consumo de agua para uso doméstico supongan el doble del propio consumo no tiene importancia; que las infraestructuras necesarias no se construyan es culpa de Madrid; que la solución pase por imponer multas y recaudar es lo habitual; y que Cataluña esté más cerca del tercer mundo, una realidad. Mientras que otros países han comprendido que las cuencas hidrográficas deben estar conectadas, como si de una red eléctrica se tratase, para equilibrar las necesidades con los recursos, Cataluña elabora una nueva versión del «yo me lo guiso y yo me lo como»; cuando les interesa, claro está. Supongo que Artur Mas (CiU), en las negociaciones con José Luis Rodríguez, el Puma, incluirá el asunto del agua, aunque yo no lo haría ya que ZP es capaz de ofrecer el envío de miles de botijos— fabricados en La Bisbal d’Empordà, per suposat— para librar a los catalanes de la sed. ¡Pobres!, ellos, que tienen las lenguas estragadas por la falta de agua, deben escuchar que Dña. Teresa les sugiere no ajo y agua, sino ajo y cava. Yo, que soy un observador ajeno, no puedo dejar de extrañarme ante las tragaderas que tienen los catalanes, ¡lo engullen todo, hasta el cava!, además lo hacen de un trago y sin respirar, será para no percibir el mal olor. A mí me agrada el Bollinger o el Moët, es una cuestión de costumbre y también de paladar, cuestión ésta en la que algunos manifiestan una atrofia preocupante. ¡Pobres catalanes!, sus políticos siempre les colocan al borde del barranco y ellos no dudan en dar un paso al frente. Quizá actúen así porque ser catalán no es una herencia sino una vocación. Yo lo dijo Josep Pla: «El nacionalismo es como un pedo: beneficia a quien lo suelta». Mientras los catalanes no lo entiendan, sólo pueden mirar desde el fondo del barranco y cantar: «¡Ay, madre, quien fuera blanco, aunque fuera catalán!».

Foto: Encajada de cabeza.

10 Comments:

Blogger Sinblancaporelmundo said...

Pásese por mi bitácora, Don Nicholas. Me he permitido otorgarle un premio.

6:14 AM  
Blogger Ignacio said...

Te linko, hoy estás sembrado

9:22 AM  
Blogger El Espantapájaros said...

Un artículo perfecto, justo en el momento oportuno. Sobre el problema que describe, es lo de siempre. Estos nacionalistas mucho perorar, mucho inventarse y recoger derechos (muy bueno lo del derecho a recibir más lluvia, aunque creo que se han arrogado derechos aún mejores), mucho quejarse y echarle las culpas de su irresponsabilidad al otro. Pero, en fin, todo eso para no trabajar y, como digo, para ocultar sus enormes y ya evidentes carencias. Lo del trasvase no puede por menos que resultar paradójico y revelador.

Hay gente que ya estará harta de que, ante la crírtica a tan miserable y denunciable espectáculo, se la tilde por sistema de anticatalán. Todavía no ha pasado aquí, pero te pongo sobre aviso: quien critica a los nefastos políticos catalanes y sus peores políticas es un catalanofobo. Tú, además, has dado un paso más grave, criticar, con toda razón y lógica, a su electorado, que ama al PSC porque tiene miedo del PP (es así de triste).

Debido a las victorias de Gallardón y Aguirre en Madrid, me he cansado de oír y leer descalificaciones y comentarios sobre que aquí "anida la extrema derecha", que los madrileños "son unos fachas" y otras delicias. Pero ahí, claro, no hay odio a Madrid ni nada; eso no es un discurso antimadridista, por así decir. Parece que esa forma peculiar de estupidez sólo funciona en territorio nacionalista gobernado por paletos. ¡Somos tan malos!

2:05 PM  
Blogger Samuel J. said...

Resulta curioso que la Cataluña que nos negaba el transvase del Ebro ahora llore pidiendo agua, hasta el punto de que quisieran recibir la de las desaladoras de Almería. ¡Piensen en las ventajas de las desaladoras! No sé cuántas veces he oído decir eso a la izquierda local, pero ahora no queda otra respuesta sino que se apliquen el cuento o que dejen de una vez por todas de ser tan avariciosos, porque bien merecido tienen todas sus carencias. Lo lamento por los catalanes decentes y solidarios, pero la realidad es que su clase política no tiene un gramo de vergüenza. Que lloren, que lloren hasta llenar los pantanos.

Un saludo.

5:43 PM  
Anonymous Anonym said...

Los cataplinos no deben preocuparse por nada que para eso estamos el resto de españoles: para pagar las facturas de sus despilfarros y de sus imprudencias.

9:47 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

SINBLACAPORELMUNDO:

Muchas gracias, mi arruinado amigo.

2:33 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

IGNACIO:
Gracias, celebro que te guste y que consideres el escrito digno de mención. La pausa realizada siempre ayuda a cargar mi cabeza de ideas malignas.
Saludos.

2:33 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

ESPANTAPÁJAROS:

Es al igual que un ballet: oportunidad y perfección. Hace tiempo que deseo escribir sobre Cataluña, pero siempre lo pospongo y al final lanzó retazos sueltos. Ya veremos, a lo mejor encadeno varias de mis crónicas. Creo, látigo de palomos cojos y famélicos, que los catalanes, a fuerza de escuchar aquello de que eran diferentes, se lo han creído. A estas alturas de la película no comprendieron que viven en un decorado ficticio, en el que las carencias se ocultan, la ineptitud se disimula y cualquier crítica se ahoga en el amor a la nació. Siempre he sido un enamorado de Barcelona, pero en los últimos viajes me agobio con rapidez, me siento como un hombre que se encuentra con su primer amor después de varios años: nada es igual, y los recuerdos duelen. El apoyo de los catalanes al PSC es algo de lo más rocambolesco e increíble que en visto en los últimos años; de todas formas supongo que el continúo bombardeo con informaciones falsas cala entre la población. Llamó tu atención sobre un detalle: ¿Por qué los catalanes que viven en el extranjero tienen otra tendencia de voto?, ¿será por tener una visión más amplia y objetiva de la realidad?
A lo largo de mi vida, y en eso se basó mi educación familiar, nunca me ha importado lo que la gente piense sobre mí. Por ése motivo, cualquier acusación de ser «anti» fluye por mi cuerpo hasta depositarse en la ingle. El nivel de palurdismo que están alcanzando los catalanes es divertido. Permíteme que te explique una anécdota cuyo fin no es afirmar lo anterior sino divertir. El verano pasado, en un restaurante de Berlín, coincidí con tres parejas de catalanes. Ellos pensaban que nadie les entendería y se dedicaron a parlotear con fruición; sobre todo ellas. La camarera les entregó la carta y ellos se dedicaron a mirar: era evidente que no entendían nada. Al final, el más osado logró vencer a su vergüenza y preguntó si la carta estaba disponible en otros idiomas. Francés, inglés e italiano, fue la respuesta. Cualquier español hubiera escogido la italiana; pero no, ¿qué hizo el mancebo?: ¡protestar porque el restaurante no disponía de una carta en catalán!
La idiosincrasia catalana se fundamenta en tremendos complejos de inferioridad — ni lo entiendo ni lo comparto— y en envidia. Por ése motivo intentan afirmar su identidad como nación mediante la negación de las otras o con la creencia de que «los otros» son inferiores. Es un tema que da mucho juego, seguramente escribiré sobre él.
Saludos.

2:37 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

SAMUEL:

La eterna incoherencia catalana, Sr.director: lo mío es mío, y lo tuyo, cuando me conviene, también es mío. Es cierto que los políticos catalanes son de los peor que existe, en cuanto a gestión me refiero. Sin embargo, no debemos olvidar que son unos dirigentes escogidos libremente por el pueblo, por lo tanto…ajo y cava. Con todo y con eso, la amnesia de los catalanes es histórica, y los políticos se aprovechan de ello. En julio del 2005, el que entonces era conseller de Medi Ambient (Salvador Milà- ICV-EUiA) aseguró que en el 2008 Cataluña estaría en condiciones de soportar cualquier sequía, gracias a una serie de actuaciones— plantas potabilizadoras, desalinizadoras, recuperación de acuíferos, etc.— y que ello «garantizaría el suministro de agua en Cataluña, en cualquier situación, dentro de tres años».
Como usted puede comprobar, Sr.director, el trienio pasó y las cosas siguen igual, o incluso peor. ¿Alguien pedirá explicaciones o exigirá algo? En teoría, y así se explicó durante la época de Jordi Pujol, los cánones abusivos que soportan los barceloneses en sus recibos del agua eran para todas esas infraestructuras: ¿dónde están las infraestructuras o el dinero?
Espero que su periplo londinense haya transcurrido sin complicaciones.
Saludos y bienvenido.

2:39 AM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

CERRAJERO:

¡El comendador de las cerraduras se aparece!, jajajajaja. Espero que tu retiro en el más allá de la blogosfera sea fructífero, al menos en cuanto a ideas para la reentré. Tienes razón: mucho despilfarro y poca gestión. Por eso escribo que los catalanes no son muy exigentes y tienen el paladar atrofiado, si no es imposible entender cómo pueden votar a los peores dirigentes que han tenido en muchos años. En fin, será una cuestión de masoquismo.
Saludos, espectro de las ganzúas. ¡Joder, qué miedo!

2:40 AM  

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