EL EXEGETA
Hay una escena en las películas que siempre llama mi atención: el protagonista mantiene una dura pelea; propina y recibe un sinfín de golpes; y al final, vencedor y con el cuerpo tumefacto por las hostias, es curado por la tía buena de rigor. Es entonces cuando observo lo increíble: al tocar cuidadosamente con una gasa la herida, el héroe se lamenta. Para mí es un contrasentido, ya que ha sido capaz de encajar sin un leve pestañeo puñetazos que tumbarían al mismo Moratinos, gran fajador; sin embargo no soporta la delicada caricia de la tela sanitaria.
José Luis Rodríguez, el Puma, actúa de la misma manera. Me resulta curioso tal comportamiento, meine Damen und Herren, ya que tratamos sobre un hombrecillo que está dispuesto a firmar contratos con el planeta, lograr la paz del cosmos, dividir la Santísima Trinidad, ejercer de motor europeo, derrotar al terrorismo y al cambio climático a un tiempo; y que además acomete las nuevas pruebas de Hércules con una sonrisa y sin despeinarse. Por el contrario, al menor contratiempo y a la hora de restañar las heridas, gime como una damisela cuya manicura apura demasiado con los alicates. El pobre se nos muestra como un exegeta de sí mismo y continúa con la representación de ése drama estático en un acto, que es su legislatura. De todas formas no debemos alambicar el lenguaje, queridos parroquianos, y podemos sintetizar nuestras ideas: estamos ante un majadero pluscuamperfecto; no es ninguna novedad, ya lo sé.
Ayer, de nuevo, el Puma tuvo que enfundarse en el traje oscuro, mostrarnos las bolsas de los ojos y la expresión alelada del que ha recibido una bofetada mientras dormía; tampoco es una novedad, soy consciente. Con todo y con eso, el Puma, que todavía exhibe ese realismo mágico que ya no engañaría ni a su madre, fue capaz de articular algunas frases memorizadas: «Deben saber [los terroristas] que todos estamos unidos contra ellos»; «cumplirán rigurosamente sus penas y pagarán por el delito irreparable que han causado».
A estas alturas de la representación, creo que las palabras del Puma resultan irrelevantes, ¿acaso tiene credibilidad? No debemos creer a un sujeto que se ha comportado como el mejor aliado de los terroristas, y él lo sabe. Asimismo, desde el primer momento se intentó rebajar el nivel del atentado: «encuentro fortuito». Estoy convencido de que más adelante regresarán las disculpas traslapadas en un lenguaje ambiguo: a cualquiera se le puede disparar un arma, el seguro de la pistola presentaba defectos de fabricación, esos hombres de paz no están acostumbrados a utilizar fiador en sus herramientas de trabajo y para evitarlo el Gobierno dictará una nueva legislación en materia de seguridad laboral, etc. ¡Pobre Puma!, anda en una cortina de humo que envuelve la niebla nocturna. Sea como sea, el lema que hizo llegar al poder a ésa caterva— «los españoles no se merecen un Gobierno que miente»— servirá de epitafio para sepultar la materia oscura que anida en los pensamientos de uno de los peores políticos de la historia contemporánea.
Al igual que en otras ocasiones, debo mencionar que la responsabilidad, cuando no complicidad, es de muchos: los que se dejaron manipular en las elecciones del 2004; los medios de comunicación que con su silencio taimado e interesado ejercen otra manera de mentir; los que se aprestaron a sentarse al amor del poder para obtener beneficios; y, por encima de todos ellos, de ZP, que sólo pretende continuar el viaje a ninguna parte sin importarle las consecuencias.
Ahora llegó el momento de que alguien le sane las heridas con la gasa, y para ello el Puma hablará de contratos y compromisos, pero todavía no ha comprendido que nadie quiere firmar nada con él, y los que están dispuestos, no utilizan tinta para rubricar el documento. Al inepto entre los ineptos, mentiroso entre los mentirosos, y rústico entre los rústicos, le ocurre lo mismo que a España: se ve obligada a soportar más historia de la que puede soportar. No es algo novedoso, ya lo sé.
Ahora llegó el momento de que alguien le sane las heridas con la gasa, y para ello el Puma hablará de contratos y compromisos, pero todavía no ha comprendido que nadie quiere firmar nada con él, y los que están dispuestos, no utilizan tinta para rubricar el documento. Al inepto entre los ineptos, mentiroso entre los mentirosos, y rústico entre los rústicos, le ocurre lo mismo que a España: se ve obligada a soportar más historia de la que puede soportar. No es algo novedoso, ya lo sé.
Foto: ZP y Nicholas van Orton. (2007)
4 Comments:
La clave está en la homosexualidad del protagonista apaleado: el que lo fostia será un bruto pero es un tío, al fin y al cabo, pero eso de que te mamonee una mujer... uy que asco xD
Cambia X por Z y ya sabes el resultado.
Bueno, al menos esta vez Zapatero no se escondió en Doñana, como hizo cuando el atentado en Barajas.
Creo que este artículo es un buen ejemplo de la actitud que hay que adoptar a estas alturas del partido: Zapatero puede transmitir toda la firmeza y todas las condenas radicales que quiera en sus comunicados ojerosos y luctuosos, pero sus antecedentes pesan demasiado y no tiene credibilidad, aparte de que sus "medidas" son inexistentes o contraproducentes. Ahora todo el mundo se ha olvidado de la negociación, sus viejos defensores se escudan en argumentos variopintos y extraños para ensalzar la "lucha antiterrorista" de Zapatero: que si se están deteniendo a muchos etarras, que si esta legislatura es la que menos muertes por terrorismo ha contemplado, etc... Pero todo eso, lo saben, es circunstancial. Eso sí que es fortuito. Al final, lo que queda es lo siguiente: ¿Se ilegaliza ANV? No. ¿Se procura rebajar el poder de los nacionalistas? No. ¿Se deroga el humillante mandato del Congreso para negociar con ETA si surge una buena oportunidad? Jamás. ¿Se intenta volver al Pacto Antiterrorista original, y no a esa especie de "unidad de todos los partidos", entre los cuales hay algunos muy sospechosos? Menos. Es por ello que no puedo confiar en discursos y manifestaciones de consenso.
Un saludo
CERRAJERO:
Demasiado críptico para mi magra inteligencia, amo de las ganzúas. Tu final me recuerda las ecuaciones de tercer grado, sólo falta la Y: ¿será Pepiño Blanco?
ESPANTAPÁJAROS:
Mentiras sobre mentiras, envueltas en mentiras y que rezuman el tufo de la mentira. El PP se equivoca al prestar su apoyo a un fullero. El problema creado con el terrorismo es responsabilidad del Puma, por lo tanto él debe resolverlo. Rajoy se equivoca al creer que con paños calientes y una actitud con tanto «talante» dará la vuelta a la tortilla. El resto de formaciones políticas ha contribuido al cinturón sanitario, también ellas tienen responsabilidad. Rajoy debería encender un puro, sentarse cómodamente y esperar. Pedir la unidad de los demócratas contra el terrorismo es una perogrullada que sólo se sostiene en un país tan inmaduro como España. ZP y la caterva no acudirán a la manifestación porque saben a lo que se exponen. El PP, por el contrario, a soportar insultos, escupitajos y la manipulación posterior de lo que suceda. El Puma lanza sobre el tapete cartas remendadas con cinta adhesiva, y cualquier jugador con un mínimo de experiencia sabe que una baraja con marcas en los naipes debe rechazarse. Rajoy tiene ganadas las elecciones, y él lo sabe, por lo tanto no debe favorecer movimientos del contrario que pueden hacerle recuperar posiciones. ¿Qué ocurriría si el PP decide no asistir a la manifestación y explica los motivos? Derecha extrema, crispan el ambiente, política destructiva, etc. Eso, sin hacer nada, ya lo escuchan; por lo tanto…que cada perro se lama sus cojones. La postura del PP contra el terrorismo ya está clara, además la puso en práctica durante las legislaturas de Aznar. De la misma forma, cada vez que alguien del PP pide el regreso al Pacto Antiterrorista me descojono: ¿el mismo pacto que ZP y el PSOE se pasaron por el arco del triunfo? Ya sabemos cómo actuará el Puma: pretenderá hacer los deberes que debería haber hecho hace tres años; y Rajoy le ayudará. ¡Por favor! ¿Por qué está ANV en los ayuntamientos y disfruta de los impuestos de los españoles?, ¿quién negoció y por qué?, ¿quién explicó una sarta de mentiras que no se sostienen?, ¿quién forzó el poder judicial, manipuló la policía y coaccionó a determinados medios de comunicación? El problema lo tiene ZP, no el PP. A estas alturas tener que demostrar que se está contra el terrorismo me parece una payasada indigna de políticos serios. Eso queda para los nacionalistas hipócritas— perdona el pleonasmo— y los advenedizos como IU. Por cierto,¿no tienen nada que decir al respecto? Rajoy lo tiene tan fácil, y sin embargo no se atreve a envidar ante lo que sabemos es un farol.
Saludos.
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