EL CARRITO
Meine Damen und Herren: ha llegado el momento más peligroso: escondan a los niños; resguarden a los ancianos; y prepárense a que sus oídos sean atormentados con cada una de las tonterías, mentiras e incongruencias que los políticos dicen durante una campaña electoral: ¡Elecciones a la vista!
De todas formas, queridos parroquianos, percibirán un extraño chirrido entre toda la marabunta de bobadas y dislates. Al principio es difícil identificarlo, somos conscientes; pero después, si prestan atención, comprobarán que se trata de un mecanismo oxidado que emite un desagradable sonido. ¿Qué ocurre?, se preguntarán ustedes; muy sencillo: los políticos han salido a pasear con uno de los artefactos más mortíferos que la mente humana ha podido generar: ¡El carrito de la compra! Sí, estimados lectores. Ríanse de misiles tierra- aire, de armas bacteriológicas y del arsenal atómico americano, porque lo que nos ocupa es la envidia de la misma Némesis: ¡El carrito de la compra!
Como no podía ser de otra manera, el matraqueo más ridículo sobre las baldosas de la calle lo provoca el carrito de ZP y de algunos de sus aliados: el PNV, por ejemplo.
Como no podía ser de otra manera, el matraqueo más ridículo sobre las baldosas de la calle lo provoca el carrito de ZP y de algunos de sus aliados: el PNV, por ejemplo.
ZP, el Chatarras, sabe que durante ese esperpéntico trienio no se ha preocupado de llenar la despensa, y ahora, tarde y mal, se lanza con el engendro a las calles para llenarlo de algo que le permita seguir con su particular bicoca. Me temo, por eso, que ofrece lo de siempre: Irak; Prestige; corrupción, él la conoce mejor que nadie; y derecha extrema. Así y todo, llenará su carrito con lo habitual: ese electorado bovino que adolece de una tremenda falta de criterio. No es mal plan, ya que Rodríguez prefiere las ofertas del supermercado y confía en conseguir— de rebote, todo hay que decirlo— algún voto de una de esas virginales almas que se incorporan al circo de la urnas. Si durante la actividad diaria ZP ya nos resulta patético, durante la campaña electoral interpreta un extraordinario papel de menguado: resulta creíble, ¡qué hombre! Él no explicará ante la plebe vociferante que se encuentra secuestrado por los terroristas, que es víctima del chantaje y sangría de sus socios nacionalistas ni que su único programa de gobierno tiene tanta solidez como la inteligencia de Pepiño Blanco, que cada día demuestra la concordancia entre su apellido y su mente. No, meine Damen und Herren, él quiere llenar su carrito con cualquier cosa que le permita manipular y falsear para encontrar una justificación al viaje sin destino que inició. Le resulta indiferente que las ruedas de su carrito aplasten a todos los organismos y estamentos que sostienen un estado democrático, porque para él lo único importante es pasear con su carrito. Sin embargo, algo no debe funcionar a la perfección cuando vemos que otros también quieren deambular con un instrumento parecido. Sin ir más lejos, Felipe González, cuyo carrito no es que tenga los engranajes oxidados, no, sino que no tiene ni ruedas, también se erige en sosias de una acémila. Qué mal debe estar la despensa, cuando hasta las momias políticas españolas deciden resucitar: tápense la nariz y respiren por la boca; no percibirán el hedor.
Así y todo, en medio de este extraño tráfico de carros de la compra hay uno que ha llamado nuestra atención: el del PNV. Por si los enmohecidos ejes del carrito de ZP no soportan el trajín, los nacionalistas vascos ya han hecho un guiño al PP: estamos dispuestos a pactar. Increíble, queridos parroquianos; pensé que antes veríamos a Pepiño Blanco conseguir su licenciatura en Derecho en lugar de escuchar semejante barbaridad. Pero es que estos sujetos no pretenden pasear su propio carrito, no, quieren subirse al de cualquiera que les permita proseguir con sus bestialidades. Lo que es la vida y lo que son estos extraños viajes que realizan los políticos con sus carros detrás. Aunque si lo pensamos mejor, comprobaremos que ellos consideran que lo importante no es llenar el carro ni la cuantía, sino pasearlo simplemente. A pesar de que estamos ante un «vehículo» que no es capaz de desarrollar velocidades vertiginosas, no podemos dejar de preguntarnos lo mismo de cada campaña electoral: ¿tienen la oportuna licencia para conducirlo?
Foto: ¿Dónde estará mi carrito?
14 Comments:
Ni hablar. Estos se estrellan con carrito de la compra y dirán luego que ha sido un desgraciado accidente. La verdad es que les faltan ideas y a sus acérrimos votantes escrúpulos para creer en semejantes engañabobos.
Para que un joven elector tenga que echar su papeleta por lo de Irak y el Prestige... ¡pues no habrá llovido desde entonces! Fíjese que hasta el PNV se ha cansado de esperar al PSOE, obsesionado en erigirse en el estandarte del centrismo, con ETA a un lado y la "extrema derecha" al otro. Desde luego ha cumplido algunos de sus compromisos, pero tarde, mal y chapuceramente.
Triste sería que el PP cayese en manos del PNV para gobernar. Siempre he sido contrario a las coaliciones, pese a que a veces no quede otra solución. Llevarlos en el carrito constituiría un peso que no nos dejaría avanzar. Ya pasó en el 96, poniendo de manifiesto que la sociedad española aún no aprende. Todavía creen en el fantasmón de la extrema derecha. Parece mentira.
Jajaja. Divertidísimo el artículo. Afortunadamente siempre hay un lado bueno en todas las cosas; en este caso de las elecciones, la lectura de los artículos que hacen los amigos Samuel y Orton. Gracias!
Un abrazo, estimado berlinés.
Los del P$o€ no pueden abrir ni sus carritos ni sus mochilas, porque ya sabemos lo que llevan dentro...
Muy bueno!!! ¿Sabes que éste es el primer año que puedo votar? Me estreno!!!
Esos carritos huelen a podrido..uugghhh
SAMUEL:
Lo resumes a la perfección en tu primer párrafo. El PSOE, como ya ha quedado demostrado en múltiples ocasiones, no tiene, ni tenía, proyecto alguno para gobernar; excepto la utilización de ETA para perpetuarse en el Gobierno de España.Si los dos grandes partidos españoles- PP y PSOE- tuvieran bemoles y auténtica vocación de partidos nacionales, nunca, jamás, pactarían con nacionalistas o partidos minoritarios. Pero claro, eso supondría poseer otro concepto de la política y de su utilización. Te pongo un ejemplo: en las últimas elecciones celebradas en Austria, tanto los populares como los socialistas podrían haber gobernado sin una "gran coalición" si hubieran pactado con la extrema derecha o los verdes. A ninguno se le pasó por la cabeza y ambos entendieron que su responsabilidad hacia la nación y sus ciudadanos era, precisamente, llegar a una entente entre ellos. ¿Te puedes imaginar una situación similar en España? Yo no puedo. El primer líder español que tenga los arrestos necesarios para, después de haber ganado unas elecciones pero sin mayoría absoluta, negarse a pactar con nacionalistas y vampiros semejantes, y que además pueda explicarlo al pueblo, se llevará el gato al agua. El riesgo es evidente: no gobernar; pero cuando la baraja no funciona no debe provocar miedo pedir otra: repetir elecciones ante la imposibilidad de formar Gobierno. Ay, amigo mío: ésa moral de los políticos; que suele estar muy alejada de la del resto de los mortales.
Saludos.
Saludos.
MARTA:
Gracias por tu elogio. En este escrito me decanté por ser un poco más irónico de lo habitual: es lo único que me despiertan determinados políticos españoles.
Te devuelvo el abrazo, pucelana.
CERRAJERO:
Si sabes lo que llevan determinadas mochilas, debes comunicárselo con premura al juez Bermudez: porque mucha gente en España, y también en Europa, todavía no lo saben.
Esta tarde, en un mítin, Llamazares ha dicho lo siguiente: "Cambiaremos los misiles por hospitales y los carros de combate por carros de la compra".
Fíjate, amo de las ganzúas, el nivel de estulticia de Llamazares. Para él lo importante es el mensaje demogógico y sin sentido, ya que lo importante no es tener un carro de la compra sino poseer la capacidad para llenarlo. Sin embargo, y tal como hemos escrito, lo primordial es tener el carro. Querido amigo, ¡qué previsibles son los mediocres!
Cuídate, infatigable Cerrajero, y hazme caso: si lo sabes díselo a Bermudez; otro que camina por la senda "garzoniana": tiempo al tiempo.
Saludos.
VIOLETA:
Gracias, bella flor. ¿Cómo que es la primera vez que puedes votar? Por la edad que yo te supongo, podrías haberlo hecho antes. En fin, sea como sea, bienvenida al circo de las urnas, donde todo es posible pero ninguna ilusión se cumple: extraño circo.
Saludos.
Si... hace tiempo que superé los 18!! Pero desde hace relativamente poco soy española y europea... comunitaria!!! jejeje
La ilusión... esa nunca hay que perderla :)
Anda!! Qué curioso! También va a ser mi primera vez como votante... :) Pero en mi caso, Violeta, sí es por edad. Sólo estuve llamada al referendum del Tratado Europeo. Ahora me estreno como ciudadana. Qué "alegría" el sentirme considerada tras 20 años de vida en silencio y sombra... En fin. Al menos tengo clara mi postura. Un saludo a todos!
Enhorabuena a las dos que os váis a estrenar: votad mientras podáis porque tal y como se está poniendo esto...
# Nicholas, si hubiera tenido acceso al material --desde el principio-- le garantizo que muchos de los que están sonriendo en la oscuridad del burdel $ociata, lo estarían haciendo en la sombra carcelaria.
Claro que esto es la Expaña de Rodríguez el Traidor y su corte de mofetas carroñeras.
VIOLETA:
¡Venga, tampoco exageres!: "hace tiempo que superé los 18". En la fotografía se te ve lozana y con plenitud.
Saludos.
MARTA:
Enhorabuena por tener clara tu postura: demuestra inteligencia.
Saludos.
CERRAJERO:
Tiempo al tiempo, amo de las ganzúas:Ten paciencia.
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