Donnerstag, Mai 17, 2007

DE «GRASIA» Y «OSOLESENSIA».



OBSOLETO: 2. adj. Anticuado, inadecuado a las circunstancias actuales.

De nuevo, meine Damen und Herren, tengo una semana ajetreada; tanto, que ni siquiera he podido comprobar si la relación amorosa que mantengo con los naipes todavía perdura. Convertirse en amante de una baraja es entablar una relación en la que siempre llevas las de perder: la echas de menos; anhelas el reencuentro; estás dispuesto a dar lo mejor; confías en ella a pesar de las constantes infidelidades; y al final, cuando notas su calidez entre los dedos y un especial palpito te hace creer que no te defraudará, se venga de ti negándote la suerte. No te castiga con una bronca o con reproches, sino con algo peor: la indiferencia.
Por el contrario, no podemos quedarnos indiferentes ante los últimos payasos que demuestran sus innatos talentos en el circo de ZP, el Gaitero: Felipe González y Alfonso Guerra. Muy menguado debe ser un político cuando necesita la ayuda de dos esperpentos ambulantes, que en cualquier otro país no osarían abrir la boca por encontrarse en libertad por haber logrado el tercer grado penitenciario. Así y todo, debo reconocerles que favorecen nuestra hilaridad. No es por sus augustas presencias ni por el calado de los mensajes que comunican, sino por la forma en la que lo hacen: obsoleta. González y Guerra, al igual que un abuelo que recuerda ante sus nietos su perdido vigor putañero, creen que el tiempo no ha pasado. La prueba la tienen ustedes, queridos parroquianos, al escuchar cómo se dirigen a la borregada socialista—perdonen el pleonasmo—: verbo pleno de la «grasia» andaluza, expresiones de títere ancestral, gracejo de cateto e ideas de leche merengada; es decir, caciquismo socialista en la España de los años 80. Lo triste no son tan acrisoladas virtudes, sino que todavía crean que funcionan. Aunque bien pensado, es evidente que cualquier imbecilidad, por chusca que sea, funciona ante las adocenadas masas del PSOE. Visto desde Europa, lo cual no implica que no consideremos a España un país europeo, llama nuestra atención. Felipe González, ése hombre tan aficionado a las quinielas y cuyo signo favorito es la «x» del empate, debería recordar el pacto que consiguió a través de una mediación regia y le libró de gozar de un juicio desde un puesto privilegiado: el banquillo.
Posiblemente algunos españoles hayan olvidado la España «felipista», que estaba sumida en una sentina de corrupción que ningún país serio hubiera soportado durante tanto tiempo. Era jocoso pagar con un billete rosado de 2.000 ptas., cuya garantía era la firma del trincón del director del Banco de España, a sabiendas de que el pájaro pasaba solaces horas en Alcalá Meco.¿Y qué me dicen de Alfonsito Guerra? ¡Impagable! Mientras él hablaba de los descamisados, su hermano estableció un sabroso chiringuito donde, entre café y carajillos — ¡qué nivel!—, fundó un negocio de almoneda; con «musha grasia» y salero, eso sí. El mismo que consiguió una beca en Roma para su barragana, que consentía el enriquecimiento ilegal de su familia y otros muchos chanchullos que un gobierno socialista consiente en España, ahora se permite criticar a otros y opinar. Eso, sin embargo, no es lo más grave. Lo espinoso es que resuciten para brindar su apoyo a otro pájaro que sigue por la misma senda: ZP, el Tetrapléjico. Muy mal deben ir las cosas entre los galeotes socialistas para que incorporen a los remos a dos sujetos que si algo demostraron es una orfandad de principios y ética que harían palidecer de vergüenza a cualquier persona con un mínimo de intelecto y honradez. Todo ello es un reflejo de la España que pergeña el gran estadista de la paz mundial: Rodríguez a secas; como su ideario.
Aunque sé que las cartas me castigan, siempre confío en que las cosas serán diferentes en la próxima partida. Por el contrario, los socialistas españoles nunca dan tregua, siempre se comportan como lo que son; con «musha grasia» y salero, eso sí; pero como lo que son: obsoletos.
Foto: Llo boto ha ZP.

4 Comments:

Blogger Violeta said...

Hace un par años, en la feria del libro, vi gente haciendo una cola larguísima esperando pacientemente bajo el solazo para que les echasen una firmita. Me acerqué para ver qué escritor era... SORPRESA... el Guerra!!!! De a-lu-ci-ne

10:50 AM  
Blogger El Espantapájaros said...

El carismático líder Felipe González tenía en el gracejo andaluz y en el verbo exuberante sus mejores bazas para embaucar a la gente, que, al parecer, gusta de las bromas fáciles, de los chascarrillos, de las frases hechas, de las publicidades demagógicas, de los insultos al adversario, todo muy característico del PSOE, antes que ver propuestas serias o políticos preparados. Sólo así se explica que el PSOE volviera a ganar incluso cuando el Estado se estaba cayendo a pedazos por la corrupción, la economía entraba en crisis y las instituciones habían sufrido un desprestigio del que la mayoría no han salido. Y sólo así se entiende que el PP ganara en 1996 por exigua mayoría. No viví todo eso conscientemente, pero he procurado informarme de muchas maneras y siempre me gusta leer sobre la etapa felipista. Ya no sé qué es peor, si el felipismo o el zapaterismo.

Que vuelva con fuerza González, un sujeto que, como dices, ya tiene bastante con lo suyo, hace que tema que el PSOE, valiéndose de esas mismas técnicas, gane las elecciones cuando lo normal, lo justo, sería que recibiese un varapalo. Y, por otro lado, me parece que Zapatero pronto aventajará a sus maestros, no sólo en corrupción, sino también en creerse una deidas. El síndrome de La Moncloa lo tiene ya muy arraigado.

Un saludo

12:25 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

VIOLETA:

¡Ah!, bella flor: el inescrutable mundo editorial español. Aunque bien pensado, no sé qué es más insondable: las editoriales o la capacidad de los lectores. Merece una reflexión particular. Quizá algún día la haga.
Saludos.

10:05 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

ESPANTAPÁJAROS:

Si algo os envidio es la rotundidad de vuestro refranero. Se te presenta una dicotomía sobre "felipismo" y "zapaterismo"; miremos el refranero: "Puta la madre, puta la hija y puta la manta que las cobija". Son lo mismo, torturador de alondras, lo único que varía son las circunstancias y la oportunidad. Me ha gustado la expresión que utilizas: "no viví todo eso conscientemente(...)". No te preocupes, estimado amigo, muchos millones de españoles- todos los que votaban al PSOE- eran tan inconscientes como tú.Sin embargo, tú eras un tierno mancebo mientras que ellos ya tenían pelos en los cojones: ¡Viva el sectarismo y la falta de criterio!
Saludos.

10:16 PM  

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