Sonntag, November 12, 2006

GAMBITO DE REY


GAMBITO.- 1. m. En el juego de ajedrez, lance que consiste en sacrificar, al principio de la partida, algún peón u otra pieza, o ambos, para lograr una posición favorable.

La muerte de un oso, a estas alturas de la película, no creo que comporte muchos desvelos; excepto, claro está, si se tratase de Yogi Bear. La muerte del oso Mitrofán en unas condiciones nada dignas, ni para el animal ni para el cazador, ha recorrido toda Europa con la velocidad de un reguero de gasolina. Que un monarca cace no es noticia; todos lo hacen con profusión y variedad en cuanto a las piezas cobradas: osos, venados, zorras — algunos hasta se casan con ellas —, volatería, etc. Sin embargo, son esas noticias, a simple vista sin importancia, las que me indican que algunas cosas están cambiando en España. No hace mucho tiempo, hubiera sido impensable el debate que se realiza sobre la familia real española: utilidad; yernos ambiciosos; yernos…embalsamados; discrepancias internas; divorciadas; futuro; fortunas rápidas; casas de seis millones de euros pagadas con la «lógica» hipoteca; sueldos que nos se aclaran; infidelidades; chistes zafios; y todo lo que esa palabra tan española, aunque de reminiscencias italianas, representa: «chanchullo».
Yo nunca entendí la monarquía en un régimen democrático, ya que nada existe tan antagónico como monarquía y democracia. De la misma manera, acepto que el hecho de votar tampoco nos asegura la certeza en las capacidades de la persona elegida. Ustedes, en España, tienen al frente del gobierno a un ejemplo de lo anteriormente expresado. Así y todo, una república otorga la posibilidad de no repetir errores y de escoger nuevos candidatos. Por el contrario, la monarquía se basa en una simple cuestión de canal uterino: el neonato que aparece por él regirá la nación, o al menos lo aparentará, sin haber demostrado nada de lo que consideramos necesario: prudencia, inteligencia, honestidad, capacidad, etc.
Las monarquías europeas están en su crepúsculo, pero se mantienen gracias a la indiferencia de sus abnegados súbditos. Todas ellas han comprendido la necesidad de «acercase más al pueblo», y han decidido hacerlo por una vía rápida y que nos recuerda al caballo de Troya: introduciendo plebeyos entre sus regias filas. El abanico ha sido amplio: divorciadas, toxicómanas, ejemplares de vida disoluta, mujeres de vida incoherente entre su pasado y su presente, u otras que han pretendido disfrutar de los privilegios pero sin estar sujetas a las obligaciones; es lo que algunos han denominado «no adaptarse al rígido protocolo». La consecuencia es la contraria de la que se pretendía: si tan iguales son, ¿para qué los mantengo?
Algún soberano, consciente de la incomprensión que genera su papel, pretende solventar la situación con inadecuados acercamientos al político de turno. Su regio raciocinio debería avisarle de que en España funciona una de las peores armas que se ha inventado: señalar con el dedo y catalogar sin atender a explicaciones.
En el ajedrez se emplea el gambito de rey. Aquellos que lo aplican esperan desarrollar una partida violenta y de rápido desenlace, aunque en ocasiones todo se debe a un afán de posicionar mejor las piezas para un enfrentamiento de desgaste. Sea como sea, me temo que algunos no saben posicionarse o no saben nada, y la consecuencia puede ser tener que jugar la partida en un tablero que no es el suyo.

REPÚBLICA.- 1. f. Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un período determinado.