BANALIZAR, BANALIZAR

BANALIZAR.- 1.tr. Dar a algo carácter banal. U.t.c.prnl.

Después de asistir como observadora al juicio de Adolf Eichmann, Hanna Arendt escribió uno de sus mejores libros: La banalidad del mal: Eichmann en Jerusalén.
Lo inquietante del texto es la intemporalidad del mismo y la facilidad con la que puede reconocerse determinadas actitudes en él descritas. Al terminar su lectura, comprendemos que un modélico padre de familia, un esposo ejemplar, un hijo fiel o un individuo perfectamente banal pueden ejercer la maldad más abyecta si se encuentran inmersos en el conjunto político y social apropiado.
La hipócrita sociedad vasca se ha mostrado como una alumna aventajada en la banalización del mal. Los asesinatos y actos terroristas siempre se han justificado o consentido de diferentes maneras: silencio cómplice, ignorar a las víctimas o esa frase comodín, que es un monumento a la cobardía: “algo habrá hecho”.
El primer paso para entrar en la banalidad es la justificación, sea ésta por acción u omisión. Asimismo, y en un rizo de crueldad, se entra de lleno en ella cuando se pretende que sean las victimas las que pidan perdón o acepten que su comportamiento no ha sido el adecuado u obedece a un ansia de provocación.
Si la sociedad vasca es el paradigma de lo anteriormente expuesto, la catalana comienza sus titubeantes pasos por la misma senda. El mensaje es claro: todo aquel que no sea nacionalista es el enemigo del pueblo.
Las agresiones a políticos y seguidores del Partido Popular en Martorell abren la puerta a una peligrosa sinrazón. Sabemos el principio, pero desconocemos el final. Esa nueva demostración de fascismo y de anulación del contrario no tiene cabida en una democracia. Como tampoco la tiene las reacciones de los políticos y medios de comunicación. Los líderes socialistas catalanes se han aupado al carro de las condenas, pero en el fondo se alegran. Ellos lo han fomentado y ahora recogen la cosecha; aunque me temo que se trata de una recolección de frutos incomestibles.

BANAL.- 1.adj. Trivial, común, insustancial.