EL BEL CANTO Y LOS CASTRADOS

GORGORITO.- 1.m. coloq. Quiebro que se hace con la voz en la garganta, especialmente al cantar. U.m.en plu.

A mí nunca me ha gustado el bel canto: me aburre, lo considero digno de otras épocas y artificialmente encumbrado. Por el contrario, siento una especial atracción por los que "dan el cante". De nuevo, no podía ser de otra manera, ZP ha recorrido toda la escala de notas y se ha atrevido, incluso, a llegar al SOL DE PECHO. ¡Bravo, bravísimo!

En esta ocasión se trataba de un viaje a Berlín para presenciar los gorgoritos que su esposa realizó infiltrada entre el coro de la orquesta West Eastern Divan, cuyo director es Daniel Barenboim. Este insigne músico también ha entendido que enarbolar la solidaridad, la unión entre los pueblos y cualquier otra utopía semejante, constituye un sabroso nicho de mercado para recaudar subvenciones y dádivas de todos los bobos del mundo. El afamado filarmónico pasea por varios continentes a un grupo de intérpretes que, según él, demuestran que la paz entre palestinos e israelíes es posible conseguirla dándole a la zambomba y a otros instrumentos. En esa sesgada explicación, al astuto Dirigent se le olvida aclarar que los árabes de su orquesta provienen de Israel, no de Gaza o Cisjordania. Es decir, están plenamente integrados en la única democracia de Oriente Medio.

No voy a dudar de las acrisoladas virtudes líricas de la Sra.ZP, pero debemos reconocer que algo o alguien desafina. No se trata de un gallo aislado; más bien semeja el estrangulamiento de un gato. ¿Qué puede ser? El telón se abre ante nuestros ojos para que podamos descubrirlo. ¡Qué coincidencia! Resulta que la orquesta del Sr. Barenboim ha recibido subvenciones de la Junta de Andalucía ( PSOE ) por un importe superior a los cuatro millones de euros. ¿Creen en las casualidades? Yo tampoco. Por ese motivo, consideraremos que todo es una especie de derecho de pernada operístico: "Yo te subvenciono con el dinero de todos los españoles, y tú, Daniel, le das un capricho". ¡Qué bonito y tierno!, una nueva versión de los amantes de Teruel; tonta ella y tonto él.

No obstante, no hemos de olvidar que se trata de la esposa del Presidente del Gobierno español, y , aunque sea por una cuestión de honor patrio, es preferible que lance sus trinos en el Berlín Philharmonie en lugar de hacerlo en el coro de las Chicas de Colsada.

Ya que hablamos de ópera y canto, no podemos olvidar a los castrati, cuyo tono todavía fascina. No es para menos: una voz de niño cimentada en un cuerpo de adulto. Ni el mejor contratenor actual puede conseguir esas modulaciones. Siempre que se habla de castrados, recordamos a Farinelli y Senesio. Sin embargo, el último emasculado con la finalidad de pulir su voz fue Alessandro Moreschi ( 1858-1922 ). Yo sospecho que la práctica de capar humanos no ha cesado. Sólo así puedo entender que los españoles soporten a un presidente de gobierno tan nefasto y dañino como ZP. La que lanza caros gorgoritos para el erario español ya sabemos quien es; y los castrati...¿quiénes son? Me temo que los españoles, al menos, una gran parte de ellos. ¿Qué dice tutto ZP al respecto? Nada, pero me consta que anda por los jardines de la Moncloa, memorizando el libreto de Idomeneo. Ayer entonó la obertura con voz desgarrada: "Quando auran fine ormai l'aspre sventure mie".

Pronto, ZP, pronto. No creo que llegues al tercer acto, y cuando eso ocurra, correré para llegar al brindis de La Traviata; quiero celebrarlo: "Libiam nè liete calici..."

CASTRADO.- 1.adj. Que ha sufrido la castración. U.t.c.s.