NUESTRO HOMBRE EN BARCELONA
Los incapaces, al igual que los planetas, se sustentan entre sí por la cohesión. Sólo esa ley física puede explicar el nombramiento de Joan Clos como Ministro de Industria. La "insigne" carrera del burgomaestre barcelonés es similar a la de un champiñón tempranero: crece al abrigo de un árbol, se desarrolla improvisadamente y nadie espera que brote. Si ZP se caracteriza por ser un vendedor de humo, Joan Clos es un comerciante de niebla. Sin duda alguna, porque su mente siempre está envuelta por una espesa bruma. Es posible, también, que al ser anestesista de profesión, el prócer barcelonés sufra de una intoxicación por los gases que utilizan los cirujanos para eliminar el dolor. Varios son los galardones que jalonan la prolífica carrera del alcalde barcelonés. Creo que merece la pena un breve repaso a la misma.
El FORUM DE LAS CULTURAS es el principal engendro de Joan Clos, que siempre se mostró proclive a malgastar el dinero de sus ciudadanos en proyectos ridículos e inútiles; tanto como él. La operación especulativa del suelo barcelonés por parte del consistorio devino en un fiasco de visitantes, con un nulo interés de los habitantes de Barcelona por un proyecto que nadie les había explicado. Ni existió un entusiasta apoyo de la población ni el adefesio sirvió para algo. Al final del engendro cultural, las cuentas fueron cuadradas mediante el truco de solicitar a las incautos mecenas nuevas aportaciones. La inmensa plaza desierta y sin utilidad alguna es el mejor monumento que podía erigirse a la "magnífica" idea del anestesista que ejerció de alcalde.
El HUNDIMIENTO DEL BARRIO DEL CARMEL sirvió para demostrar con toda la crudeza la mejor imagen de un menguado. Fue en esa ocasión cuando Joan Clos expresó una de sus fobias: la incomodidad de tratar con las personas que le pagan el sueldo y las prebendas. Y es que si hay algo que molesta al anestesista es entrar en el cuerpo a cuerpo con los barceloneses. Mil vecinos del barrio del Carmel se quedaron sin casa de una día para otro. Ningún político asumió responsabilidad alguna y Joan Clos sólo se preocupó de amordazar a la prensa y medios de comunicación para evitar que su imagen de inútil se propagase. Por el contrario, tuvo una "genial" idea: tres meses después del derrumbe, organizó una fiesta para agasajar a los funcionarios municipales que habían intervenido en la solución de la crisis. De las familias que permanecían alojadas en hoteles nadie se acordó mientras degustaban los canapés y viandas preparados para la ocasión. Quizá sea este motivo - el barrio del Carmel - la causa del "vertiginoso" ascenso de otro bobo, ya que ZP sabe que en las próximas elecciones municipales el papel de Joan Clos será castigado.
El intendente de Barcelona ha dotado a la Guardia Urbana de una nueva función: incrementar el presupuesto municipal mediante el talonario de multas. Esa es la explicación de que el servicio de retirada de vehículos de la vía pública sea el más caro de España. Desde la dirección de la policía municipal y desde el consistorio siempre lo negarán, pero todos los guardias de servicio en la calle tienen un "objetivo de productividad"; es decir, esquilmar el bolsillo de los barceloneses con el papel amarillo. Además, se redondea tal "objetivo" con un ansia voraz para el embargo de las cuentas bancarias con una rapidez y prácticas ilegales que semejan los mejores tiempos de Sierra Morena.
Después de consentir que Barcelona se convirtiera en un urinario a cielo abierto, en uno de los paraísos para los gamberros y buscavidas de todas las nacionalidades y en un exclusivo parque temático de delincuencia, chorizos y lumpen, Joan Clos se sacó de la entrepierna la ORDENANZA CÍVICA. En román paladino, perseguir al que no cruza por el lugar indicado, castigar al mendigo, multar al niño que juegue con un balón en la calle o tonterías del mismo calibre. Por el contrario, Joan Clos financia a los "okupas", proporcionándoles pisos de protección oficial y entregándoles subvenciones; y convierte a conocidas bandas de delincuentes (Latin's King) en "asociaciones culturales" que, huelga decirlo, también tendrán derecho a todo tipo de dádivas municipales en forma de subvención.
A pesar de gastar miles de euros diarios en publicitarse, la imagen del ridículo burgomaestre es mala entre la población. Por fortuna, la plaga ha terminado para la escuela de cortesía, que decía Cervantes. Estoy convencido de que la ciudad referente para el turismo mochilero, el bikini por las Ramblas y el poco gastar de sus "ilustres" visitantes no le echará de menos. ¿Qué hará en Madrid?, se preguntan muchas personas que conocen el pelaje, la caradura del individuo y las obras que es capaz de perpetrar el tierno mancebo anestesiado. Me consta que cuando ocupe su despacho ministerial Joan Clos encontrará sobre la mesa una lista que deberá memorizar: ZP, solo y sin azúcar; Rubalcaba, cortado y descafeinado; Narbona, cortado con leche natural descremada y sacarina, etc.
No quisiera terminar estas líneas sin felicitar por su nuevo cargo al insigne prócer barcelonés, que ejercerá su cargo de mamporrero siempre presto para hacer lo que le digan. ¡Felicidades, Joan!, que tengas tanto éxito como descanso dejas en Barcelona por tu huída en forma de ascenso. Pero ya que los incapaces se atraen mediante la cohesión, su sucesor será más de lo mismo: tiempo al tiempo.
INCAPAZ.- 1.adj. Que no tiene capacidad o aptitud para algo.
5 Comments:
Vuelvo de mi viaje y, tras haber estado en un país civilizado y ordenado, serio, me encuentro de nuevo en este infierno de políticos aficionados y sumos disparates.
Entre otras cosas, me sorprende lo del ministro. Se sabía que iba a ser catalán (quizá sea una concesión más nacionalismo periférico), pero no que, además, iba a ser un reputado incompetente. Es, a la vista está, una desastrosa gestión para un político desastroso. Lo peor no es ya lo hecho en Barcelona, que es mucho y malo (también cabe destacar su parcialidad con los medios de comunicación, artífice de campañas contra la COPE), sino que, encima, sea ascendido. Vamos, que es de risa.
Montilla como ministro de Industria no tenía precio; va a ser difícil superarle en idiotez e ineptitud, por no decir en sectarismo y burdo partidismo. Pero, tras haber leído este pormenorizado y delicioso historial, sólo puedo echarme a temblar.
Un saludo
Saludos de nuevo, Espantapájaros. En mi escrito sobre Clos me quedé corto. Ese individuo sería el candidato ideal para ocupar el puesto de la octava plaga bíblica.
Gracias por el dato. Leí que el Foro de las Culturas fue un fiasco en términos económicos.
Efectivamente, Javier: fue un fiasco sólo salvado por un hábil maquillaje de las cuentas. Cuando finalizó el Forum, el alcalde de Barcelona anunción un deficit de 400.000 euros. A posteriori, se solicitó a todos los patrocinadores una aportación extra de 7 millones de euros.
Saludos.
Firmará la rendicion ante la topoderosa empresa alemana E.ON
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