Sonntag, Mai 31, 2009

¡QUÉ BARBARIDAD!


Sí, ya lo sé, meine Damen und Herren; pero con un hombre de inteligencia tipo monte de piedad…¿qué podemos esperar? Lean El Magazine, esa especie de publirreportaje que acompaña la tirada dominical de algunos panfletos, y…aguanten las arcadas. Es lo que hay, estimados parroquianos: nunca nadie nos prometió que el mundo fuera un lugar sencillo. ¡Qué barbaridad!

Mittwoch, Mai 27, 2009

DE BRAGAS.

EN BRAGAS: 1. loc. adv. coloq. De improviso y sin preparación.

Una de las ventajas de vivir en una ciudad cuyos habitantes se desplazan en bicicleta es percibir que la llegada de la primavera no sólo comporta flores en los parques y temperaturas agradables. Posiblemente ustedes, meine Damen und Herren, se pregunten qué relación existe entre las bicicletas, los habitantes y la primavera; permítanme sacarles de dudas: ¡las bragas! Sí, sí, no se sorprendan: ¡las bragas! Es imposible no sentarse en la terraza de un café sin que al cabo de un rato comencemos a observar el desfile de muslos, piernas bien torneadas (al menos las mujeres jóvenes, aunque las talludas también aportan lo suyo), faldas cortas que suben y bajan al ritmo del pedaleo y que se muestran generosas a la hora de enseñarnos la braga que cubre el…«arco del triunfo». A mí me gusta deleitarme con ese «paisaje», estimados parroquianos; en ocasiones incluso me excito. Las novatas, sin embargo, son mis favoritas, ya que ellas no se sientan en el sillín sobre la falda, y al ganar velocidad, el viento — el gran aliado de cualquier voyeur— levantará la prenda para exhibir ante nuestros ojos el esplendor que ocultan las faldas. Es innecesario que les confiese, queridos lectores, que nadie se molestará en avisar a la incauta de que circula con…«las luces encendidas». Ahora bien, meine Damen und Herren, a pesar de la indudable belleza de las ciclistas sicalípticas, yo prefiero embelesarme con las evoluciones de Carmen Chacón; sí, ya saben, ésa mujer cuyas ideas, actos y prosodia tienen una aire de niña retrasadita, a medio desarrollar.
Nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, decidió en su momento cubrir las vacantes ministeriales con azafatas; pero escogió para ello a una pléyade de beldades que disfrutan de una inteligencia que no está para muchas valentías, un rosario de talentos desventurados cuya única misión es enseñarnos las bragas. No obstante, meine Damen und Herren, a estas alturas del drama estático en un acto que es el gobierno de ZP ya nada me sorprende, porque ése tizón del juicio y la cognición, que en ser inepto tiene usía, necesita pasear en un jardín sembrado de haldeo de faldas y bragas, que aparecen y desaparecen para disimular la vigilia de inteligencia que le caracteriza: ¡buena doncella te canta, ZP!
Carmen Chacón, una moza de aptitud desatinada, vuelve a demostrar una vez más que no sólo era el chaquetón militar con el revistó a las tropas en Afganistán lo que le venía grande, muy grande; de hecho le sobraba tanta manga que sólo destacaba una cosa en su fisonomía: una dentadura conejera que se empecina en caminar dos pasos por delante; ¡menuda tarjeta de visita! Sea como sea, estimados parroquianos, la gestión de Frau Chacón no es más que una continuación de algo que el PSOE siempre tuvo en su ideario desde los lejanos días del 23-F: someter al ejército y sus mandos a una decadencia fundamentada en la sumisión al político de turno, y nada mejor para eliminar el prestigio de una institución que poner al frente de la misma a una pobre inútil. Kosovo, Somalia, gripes, Afganistán y otros son temas que nos permiten descubrir que «la niña retrasadita» aplica la misma estrategia que el jefe para salir indemne: mentir (enseñar las bragas). Sospecho que muchos militares— sobre todo los artilleros— desearían que Santa Bárbara partiera con un rayo a Frau Chacón; pero ellos no saben que con una ministra de habilidad tan canalla, hasta la santa perdió la puntería. Quizá ese sea el inconveniente de sentarse en la terraza de un café para ver las bragas de las ciclistas, meine Damen und Herren: no todas son bonitas, limpias y ocultan algo hermoso; es decir: las pillé en bragas; como a Frau Chacón, cuya habilidad deja a ZP hecho una braga.

Foto: Las nuevas medidas de ZP para solucionar «sus» problemas.

Mittwoch, Mai 20, 2009

DE BOLSOS.



BOLSO: 3. m. Bolsa de mano generalmente pequeña, de cuero, tela u otras materias, provista de cierre y frecuentemente de asa, usada especialmente por las mujeres para llevar dinero, documentos, objetos de uso personal, etc.

Les reconozco que alcancé la depravación sin ser consciente de ello, meine Damen und Herren; sí, créanme. De igual manera que en muchas ocasiones tuve la certeza de que la decisión tomada era errónea, cuando descendí ese primer escalón que me conduciría hacia el vicio supe que no podría volver a ascender. Sin embargo, estimados parroquianos, y sin que anide en mi explicación ningún ansia atenuante, yo no fui culpable— de hecho siempre soy inocente—, sino que fue una amiga a la que denominaré M. para que ustedes no sepan que se llama Martina la que me condujo al averno de la ignominia. M. y yo compartíamos aula de estudio, así como la pista de squash tres veces por semana. Era una mujer atlética y fibrada, de reflejos felinos, fuerza bovina y belleza delicada. A mí me excitaba batirme el cobre con ella, ya que sabía que después nos esperaba el frescor de la ducha y la tranquilidad de la sauna; un lugar en el que trocábamos el yunque por la habilidad del orfebre. En una ocasión, M. olvidó su bolso en el maletero de mi coche. Yo no me percaté de ello hasta que llegué a casa, queridos lectores, pero cuando lo descubrí, sentí un deseo irrefrenable de registrarlo; además lo hice a conciencia: husmeé en todos los recovecos, revisé los papeles, toqué los objetos (incluso olí alguno) y leí todas las anotaciones de su agenda. Fue en ese momento, meine Damen und Herren, cuando adquirí el insano hábito de registrar el bolso de cualquier mujer que se me acerca: amigas, parejas, rollos, colegas…Es cierto que el tiempo y la práctica nos proveen de experiencia, en la actualidad me he convertido en un fisgón habilidoso que desbarata el ordenado caos que impera en el bolso de cualquier mujer para después recomponerlo en cuestión de segundos. ¿Se puede caer más bajo, meine Damen und Herren? Yo creo que sí, y el mejor ejemplo lo encontramos en la figura de nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma; ése hombre que se comporta como un torero de invierno, un posturista de billar y un piojoso del intelecto: un tío chubasco, que diría el clásico.
La última hecatombe mental de ese farallón que se esfuerza pero no anda muy sobrado lleva por título «Un nuevo modelo productivo». Aprecio la sonoridad del término, estimados parroquianos; pero no debemos olvidar que el engendro tiene por progenitor a un sujeto de inteligencia sietemesina y perra gorda. Sería interesante que ZP nos explicase en qué consiste el «nuevo modelo productivo», y sobre todo en qué sectores y gracias a qué políticas económicas definidas piensa desarrollarlo. Si tenemos en cuenta que el mundo ya palpó casi todos los modelos productivos— industrial, nuevas tecnologías, servicios, financiero—, debemos considerar que el hombre de inteligencia de pollo asado y talento de desierto, zarzal y cafre ampliará los horizontes de la humanidad hasta límites insospechados. Sin embargo, meine Damen und Herren, intuyo en qué se fundamentará el «nuevo modelo productivo»: ¡en el maquillaje! Sí, sí, no se sorprendan. Por lo pronto, el BdE y los políticos españoles consienten todo tipo de trapisondas contables a los bancos, empresas y entidades financieras con el fin de maquillar la complejidad de la situación, al tiempo que el Plan General Contable y los Internacional Financial Reporting Standards pasaron a denominarse Las aventuras del barón de Münchhausen. ZP, el tío chubasco, pretende mantener las apariencias prósperas de una España cuyas cifras económicas hace ya tiempo que entraron en barrena. De nada le servirán un nuevo álbum fotográfico con la mafia sindical o empresarial; las bendiciones de Juan Carlos I, el Bobón; la prosodia de paleto revenido; el despilfarro temerario que hipoteca el futuro de varias generaciones de españoles; o ese pasear (aborto, anticlericalismo, etc.) del gabinete ministerial, al que ZP lleva por delante como el porquero a la piara la víspera de San Martín. España y su potencial son lo que son, meine Damen und Herren; aunque reconozco que nadie hizo nada por ustedes. ZP podrá llenarse la boca con la pompa y las circunstancias del nuevo modelo productivo, y los españoles podrán creerle; pero hace ya tiempo que las picas en Flandes son Made in China, los nobles no lucen gorguera y que en el Imperio anochece. Lo único que cambió, meine Damen und Herren, es que la desmesura hispana ahora la pagan ustedes mediante los impuestos, y esa voracidad recaudatoria del Estado repercute en la competitividad de las empresas españolas y su buena marcha, el poder adquisitivo de los españoles y en definitiva en el bienestar y nivel democrático de un país. De todas formas lo peor no es eso, estimados parroquianos, sino que la sangría económica al que les someten esos políticos infames no tiene fin. Tan es así que no me extrañaría que durante los fastos de la presidencia española de la UE ustedes vieran que el IVA se incrementa hasta el 17%; ya saben: la convergencia con Europa. ZP intenta evitarlo a toda costa, todavía tira de caja, aunque algunas voces ya le advierten de que con la caída de la recaudación no quedará otro remedio si no quiere que el Estado entre en un colapso financiero del que no podría recuperarse en varios años. Con todo y con eso, meine Damen und Herren, ZP pasea con un bolso repleto y gordo; el inconveniente es que las formas rollizas que cuelgan de su brazo están formadas por tiras de papel de periódico y aire, mucho aire. ¿En qué ha quedado el ariete que ZP presentó en el debate parlamentario?
Sé que es indigno, estimados parroquianos, pero yo prefiero registrar los bolsos de mis amigas: el contenido es más interesante. ¡Si yo les contara!

Foto: Una de las víctimas a las que ZP intentó…«robar el bolso».

Mittwoch, Mai 13, 2009

DE CORREOS.

CORREO: 4. m. Conjunto de cartas o pliegos de cualquier clase que se despachan o reciben. Martín está leyendo el correo.

Ayer, al llegar a casa, encendí el ordenador, meine Damen und Herren. Mientras ojeaba la correspondencia que Hermann, el portero, me había entregado, los correos electrónicos emitían un pitido antes de llegar a su destino. En el correo postal no encontré nada destacable; por el contrario en el otro me alegré de recibir noticias de tres «buenos amigos»: Clifton Savasta, Neda Boran y Roger Brickman. En realidad ignoro quiénes son, estimados parroquianos, pero en vista del interés que ese trío desconocido demuestra por proporcionarme «energia (sic) para tu miembro sexual», debo concluir que son personas que me estiman. Ahora bien, no tanto como Jennette Lemmert, una mujer que no sólo aumenta la potencia del miembro sino que asegura estar en posesión de la panacea para la bragadura. Yo estaba cansado, me apetecía despojarme del tedio del viaje con el primer Jack Daniel’s y un Lucky, y por ello releí los correos de mis «amigos» con más atención, y ninguna necesidad (lo reconozco), de la que merecen. Al final, ya cansado de «energia« (sic), «potencia«, «grosores» y otras cuestiones que harían las delicias de un pollicorto, eliminé los correos. Con todo, meine Damen und Herren, me conmovió el interés de ésas personas tan altruistas. Sin embargo, y ya que escribo sobre altruistas, no puedo dejar de referirme a nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, ése hombre que se empecina en demostrarnos la inteligencia a media asta de la que hace gala. Él, al igual que Savasta, Boran, Brickman y Lemmert, también promete energía, potencia y cualquier idiotez que se le ocurra durante el trayecto comprendido entre el palacio de La Moncloa y el Congreso de los Diputados.
Nunca antes le vi tan patético, casposo, abollado, sarnoso y desvalido como en el debate parlamentario de ayer. Quizá la demostración está en la tendencia de Rodríguez a la perífrasis, la voz pasiva y las formas impersonales del verbo. Asimismo, las nuevas dádivas — no puedo utilizar el término «promesas» si me refiero a ZP, ni siquiera encuadrado en una metáfora— me emocionaron. Tan es así que al recordar la mención de ZP a «los brotes verdes» de la economía una lágrimas asomaron a mis ojos. No obstante, uno de los problemas de la sibila leonesa es que siempre encuentra brotes verdes; pero incrustados en la suela de los zapatos. De la variedad de ocurrencias variopintas e incoherentes de ZP, podemos destacar varios brotes del campo de alfalfa en el que se alimenta el zascandil sin par. Estoy convencido de que los padres españoles agradecerían más la gratuidad en los libros escolares que la entrega de un ordenador portátil al púber, aunque sospecho que los miles de portátiles ya están almacenados junto a las bombillas de Miguel Sebastián y demás artículos de merchandising del Gobierno de ZP. De la misma forma, desde que Aznar confesó que «hablaba catalán en la intimidad» no me había reído tanto hasta que ZP, con la facundia del palurdo, anunció una rebaja de dos mil euros para la compra de un nuevo vehículo. Al margen de la trampa que esconde el anuncio, es evidente que nadie se lanzará corriendo a comprar un coche nuevo en la actual situación económica española. De cualquier forma, el poco charme del paleto nos indica que él es un gorrón que invita a comer a la espera de que sea otro el que pague. No satisfecho con la orgía grotesca que protagonizaba, Rodríguez lanzó un sonoro eructo en forma de una reducción de impuestos para las pequeñas empresas que no reduzcan plantilla. Reconozco, meine Damen und Herren, que un olor pungente de chorizo y ajo se estrelló contra mi olfato, ya que anunciar rebajas fiscales a empresas que no obtienen beneficios y que poco pueden hacer por luchar en un mercado paralizado—mucho menos mantener el número de empleados— se me antojó algo tan exótico como la prosa de Pepiño Blanco y la prosodia de cabrera de Maleni. Sea como sea, estimados parroquianos, sospecho que ZP había tomado alguno de los remedios de Savasta, Boran o Brickman y estaba excitado, atolondradamente excitado, y decidió ceñirse el laurel de los gañanes con su anuncio estrella(do): ¡eliminar las desgravaciones fiscales por la compra de la primera vivienda! Una vez más, queridos lectores, demostraré mi bonhomía y no seré desconfiado, porque no creo que el palurdo pretenda con semejante pantomima reactivar el mercado inmobiliario para aligerar las carteras inmobiliarias de los bancos: ¿Quién comprará un piso en una época de restricción crediticia, inquietud económica e inseguridad laboral por obtener un beneficio fiscal cuando el precio de la vivienda bajará más que el monto de la desgravación?, ¿cuántas personas están en condiciones de comprar un piso con una renta inferior a 24.000 euros/año? En realidad, meine Damen und Herren, sospecho que estamos ante una nueva subida encubierta de impuestos. A pesar de todo, hemos de ser condescendientes con ese pobre mamarracho en su tinta; sí, sí, porque la estulticia de ése hombrecillo es similar a un saco vacío de harina: propinas un golpe y siempre cae algo.
No tengo por costumbre responder a los correos de Savasta, Boran o Brickman, pero ayer hice una excepción antes de borrarlos y les sugerí que la próxima oferta de potencia, vigor y energía la dirijan a José Luis Rodríguez, el Puma; un tipo que después de cada gatillazo explica que es la primera vez que le ocurre.

Foto: El cuaderno de ideas de ZP.