Samstag, Februar 21, 2009

DE GLAMOUR.



GLAMOUR: 1. m. Encanto sensual que fascina.

Lo pasé muy bien, meine Damen und Herren, además mis botones triunfaron: creo que fue una noche redonda. Sin embargo, al éxito de la velada contribuyó mi acompañante, una amiga a la que denominaré F. para que ustedes no sepan que se llama Fiona. El atractivo de F. siempre me ha gustado tanto como su encanto; o mejor dicho, ambos me impresionan con la misma intensidad. Desde que yo era un adolescente, ella ha desempeñado en mi vida un papel discontinuo y algo enigmático, un sentimiento arcano que nunca fui capaz de desabrochar; aunque reconozco que en algunas etapas de mi devenir no me interesó hacerlo. No obstante, la cercanía que provoca el baile nos impelió al abordaje de algunas cuestiones, y lo hicimos con la franqueza y el sosiego que impone el paso del tiempo. Hablamos de muchas cosas en el lounge del local, un sitio que permite observar al resto de los invitados al tiempo que impide que ellos te observen: me fascina.
Ahora bien, estimados parroquianos, ese mirar subrepticio no me seduce tanto como contemplar a los extraños personajillos que forman parte de la vida política española; unos seres carentes de glamour, en los que nada sobra pero todo falta, y con tan pocas entendederas que nos demuestran que Darwin estaba equivocado: algunas especies nunca evolucionan. José Luis Rodríguez, el Puma, y su caterva son el paradigma. Con todo, meine Damen und Herren, me esfuerzo en saber qué oscuros mecanismos o valores determinan que los españoles escojan a mamarrachos de tantos quilates. ¿Por qué ustedes aceptan conductas que en otros países escandalizarían? En Alemania, por ejemplo, Mariano F. Bermejo, el Troglodita, sería acusado de cohecho y su carrera política finalizaría ipso facto, y un sujeto como Baltasar Garzón, el magistrado de las camelias, viviría en el exilio. No obstante, supongo que mi visión es otra, yo provengo de un país en el que hasta la canciller paga sus vacaciones. No es que Angela Merkel tenga más glamour, no; pero sí más honestidad. Aunque ahora que lo pienso, es la sociedad la que confiere el título y los beneficios de ser honesto. ¿Actúan bien los españoles al concederlo a mondos cuyas conductas no lo merecen? Sin embargo, esa cuestión nos obliga a preguntarnos qué entiende la sociedad española por méritos y qué valores respeta. Creo que ustedes viven un doble discurso: una moral pública relativamente puritana y una realidad que considera impúdicas muchas menos cosas; quizá sea ésa ambivalencia la que más ser percibe en la política española. Los españoles no confían en que los gobernantes sean sinceros y honrados, algo que no deja de ser una deslegitimación de los poderes públicos, en mi opinión la más grave. No obstante, en lugar de que algo así les convierta en críticos, los españoles se conforman con comer cualquier comistrajo indigestible y ver la vida en blanco y negro desde lo alto de la noria. De la misma forma, cuando una sociedad jalea y disculpa a un sinvergüenza, lo único que conseguirá es que aparezcan cada vez más sinvergüenzas, ya que los asuntos que siempre debe recubrir la moralidad— la política es uno de ellos— perderán su componente moral para convertirse en algo relativo y banal.
Que personajes tan turbios como José Luis Rodríguez, el Puma, y Solbes— dos hombres y un destino— se permitan mentir con tanto descaro, a sabiendas de que serán ustedes los que pagarán en sus carnes los platos rotos, dice mucho de la calidad de la democracia española: baja, muy baja. De igual forma, la manipulación a la que la Justicia española se presta de buen grado no hace más que añadir otro clavo al ataúd en el que reposan los valores democráticos por los que cualquier nación seria debe regirse. Ya no les digo nada, cuando todo ello forma un nauseabundo potaje español: Justicia, mentira, políticos ineptos, jueces corruptos, sobornos encubiertos por el papel celofán del regalo o la invitación, unos ciudadanos que prefieren hurgarse la nariz mientras tienen los intestinos repletos de lombrices y unos medios de comunicación cuya misión principal es arrimarse al poder para incrementar sus beneficios.
Es cierto, meine Damen und Herren, que la figura del trasgresor siempre estuvo envuelta en un halo de romanticismo que convierte en atractivas conductas que pueden ser reprobables; pero eso nunca debería consentirse con un político mentiroso, corrupto, arrogante, o un juez prevaricador y con «arrugas» en la americana. Si a pesar de todo ello un pueblo mantiene su voto hacia personajes tan indecentes, lo único que conseguirá es determinar lo que pasará en el futuro y fomentar un modelo indigno de comportamiento; algo que siempre erosiona a una democracia.
Yo prefiero que los políticos sean seres reales—nunca cercanos, eso sí—, pero en España se convierten en irreales por obra de los medios y se dedican a proporcionar a la gente— el vulgo siempre disfruta con las emociones— el impacto fuerte y efímero, la escenificación que todo lo teatraliza y convierte en acontecimiento lo insustancial. Al obrar de ésa manera, esos personajillos carentes de glamour sacian su afán de distinguirse, de separarse del común y de salir del anonimato del mediocre; pero lo hacen con comportamientos y actitudes que la sociedad debería rechazar. ¡Qué feos son los políticos españoles, nunca tendrán glamour! ¡Qué poco charme!

Foto: Portadas de revistas: a cada uno la suya.

10 Comments:

Anonymous Anonym said...

Para mi, y aumque parezca una obsesion, el grado de culpa mayor está en los medios. El verdadero cancer está en la ingente cantidad de personas, artistas o no, dispuestos a venderse por un plato de comida. Con una prensa medianamente honrada esta gente no duraria nada en el poder, pero con una prensa tan corrupta el gobierno, o quien mande, tiene el camino espedito, o como se diga, y la ignorancia y la pereza, ademas de los intereses de tres millones de funcionarios, hacen el resto.
Siento verdadera lastima del policia que cenó con el Ministro y el Juez. Al terminar la cena, la reunion de trabajo, el policia volvió a Madrid, para cumplir ordenes, mientras Juez y Ministro seguian con su lúdico fin de semana. Pienso el la mujer y los hijos de ese policia cuando se enteraran que es un pobre hombre, aumque tenga un buen sueldo.

10:34 PM  
Anonymous Anonym said...

Nunca estuvo mejor contado lo que se denomina "cotarro de Glamour" . Me encanta su ironía.

Estoy completamente de acuerdo con Ud Van Hat. No añado ni una sola coma.
¿Es Ud de derechas no?
;o)
Un beso!

3:16 AM  
Anonymous Anonym said...

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12:24 PM  
Anonymous Anonym said...

El que mejor vive aprovechando el estado de cosas que Vd. relata hace mutis por el foro en cuanto pintan bastos. El sucesor de Franco es el que ha hecho posible que se llegue a esta situación, por eso echo de menos alguna referencia a él en su post, le es de aplicación todo lo que contiene.
Saludos.

5:17 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

VAN:

El papel cutre y apocado de los medios es evidente, Van, creo que me referí a él en varias ocasiones. Siempre me ha sorprendido el que los ciudadanos no se percaten del poder que tienen en sus manos. Cuando hablamos de democracia siempre pensamos en votos y urnas; pero existen otros tipos de votos que deberíamos ejercer: el económico, por ejemplo. Es decir, mediante nuestras compras (todo tipo de productos) podemos conseguir que lleguen los mensajes, ya que las empresas son muy susceptibles a todo lo que afecta a su cuenta de resultados. No sienta pena por ese hombre tan feo— las fotografías que he visto de él me dejaron…anonadado—, seguro que los favores que realiza los cobra a buen precio. Confío en que la próxima vez que el PP llegue al Gobierno haya aprendido de los errores anteriores: nunca fue conveniente dejar enemigos a tus espaldas.
Saludos, Van.

2:03 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

LOLA:

Gracias, Lola, ejerzo la ironía porque con políticos tan mentirosos debo tomarme las cosas con una cierta dosis de humor.
Saludos.

2:03 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

FILOMENO2006:


A un político sólo le pido que sea honesto y gestione bien los recursos que le proporcionamos. El que sea campechano — miedo me da ése término— o simpático me resulta indiferente. Un ministro de Justicia no puede mostrarse tan sectario como Bermejo. En realidad, Filomeno2006, creo que su nombramiento obedeció al interés de ZP por elevar el nivel de enfrentamiento con el PP, porque si algo demostraron todos los Gobiernos españoles, ¡todos!, es lo poco que les interesa la Justicia española y su Administración. No niego que otras carteras ministeriales pueden utilizarse para las tonterías habituales, pero existen tres que siempre deberían quedar al margen de cualquier sospecha: Justicia, Economía / Finanzas e Interior. La querella interpuesta por Bermejo creo que obedeció a uno de sus arrebatos y a la necesidad de utilizar las noticias sobre ella como altavoz de otras cuestiones. En España es innecesario que alguien se empeñe en ralentizar la Justicia o sus reformas: su misma estructura, politización y escasez de medios ya se encarga de ello.
Saludos, Filomeno2006

2:03 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

HELIO:

Tenga presente, Helio, que la monarquía me resulta tan exótica como la prosodia de Maleni Álvarez. Los Borbones siempre han vivido al amparo del paraguas de los medios y los miedos españoles; una vez más les engañaron a ustedes. A lo mejor le resulta arriesgado, Helio, pero yo incluyo al Rey de España en el apartado de “políticos”, porque cuando le interesa ejerce la política. Hoy, precisamente, es 23-F, Helio: ¿existe manera más clara de inmiscuirse en la política? En los últimos tiempos, las manifestaciones del Borbón— ZP es un hombre sensato, sabe lo que hace, etc.— son más de lo mismo: injerencias inoportunas de un tipo que sólo pretende mantener sus prebendas y que no tiene nada que ofrecer; tan sólo una lengua estropajosa y una campechanía que reviste sus dislates.
Saludos, Helio.

2:03 PM  
Blogger Mary White said...

El lunes estuve en un acto académico con los principitos. Mi catedrático (un gentleman, independientemente de todo lo demás y a pesar de ser catedrático) se giró con una media sonrisa y me dijo "Campechano ¿no?". A lo que le respondí "No soy monárquica" y su réplica me dejó pensando: "¿Prefieres de presidente de la república otro ZP, un Pepiño o mejor uno de estos que hacen lo que sea por no acabar en Estoril?". Finalmente le dije que en ese caso, mejor Froilancito que Leonor, que seguro que sale díscola como su madre...

5:48 PM  
Blogger Nicholas Van Orton said...

MARY WHITE:

Siempre me ha sorprendido que la principal virtud que se aprecia en los Borbones sea la campechanía. Ahora bien, supongo que es un sinónimo de cretinismo, y sí es así, alabo las “buenas formas”. Creo que pocos países pueden presumir de una dinastía tan nefasta como los Borbones: soy incapaz de recordar uno bueno. La monarquía me parece un anacronismo propio de pueblos inmaduros y cobardes, siempre, claro está, que no formen parte del espectáculo turístico y de las tonterías que algunos denominan “tradición”. Los Borbones han vivido protegidos por una red de mentiras y falsedades, porque ni son baratos, inteligentes o capaces. ¿Acaso “coronar” por una determinada vagina garantiza algo? Es cierto que unas elecciones en España para la presidencia de la república nos asegurarían espectáculos increíbles; sin embargo puede eliminarse al mamarracho en las siguientes elecciones. Por el contrario, cada uno de los principitos sólo puede eliminarse como las sanguijuelas en Objetivo Birmania: quemándole con una colilla; y con todo y con eso creo que ni así. Mi candidato ideal sería Marichalar, ¡qué hombre! Además tiene preparación y talento, no creo que el mejor embajador de Manolo Blahnik saliera rana. Jajajajajajaja. ¡Qué tipo!: una mezcla de Pepiño, Carlos de Inglaterra y Arturo Fernández. Ahora, eso sí: valiente como pocos, supongo que ya me entiendes, Mary White. No creo que la madre de Leonor sea díscola, ha demostrado la docilidad e incoherencia típica de la clase media: renunciar a todo ( redactor de deportes incluido) por “bajarse a la fuente” y colocar a la familia. Jajajajajaja. Nunca consideré a España un país monárquico, Mary White, aunque el problema es que ni vosotros sabéis qué os conviene más o lo que queréis: republicanos que son “juancarlistas”, ateos que piden el viático, anticlericales que se casan en una iglesia…
No hace mucho vi una serie sobre el 23-F, y me reí mucho; tanto por las virtudes con las que se pretendía revestir al Borbón como por los comentarios de la actriz que interpretaba a Sofía. Ambas dinastías tienen un legado de traiciones a su propio pueblo que espanta. No hay que olvidar que no sólo fue Constatino de Grecia el que intentó mangonear a su antojo a través de los coroneles, sino que antes lo hizo su padre a través de Ioannis Metaxas. Asimismo, Mary White, ¡qué decir del papel de los Borbones en la historia española!: Carlos IV, Fernando VII, Isabel II… ¡Menuda pléyade! Entre esa caterva de inútiles, destaco a Alfonso XIII, mi favorito. Me sorprende que los españoles no conozcan su propia historia y el papel que algunos de esos inútiles jugaron en ella. Es muy fácil culpar del atraso español a los políticos, pero no debemos olvidar que los reyes también ejercen la política sin que nadie les haya elegido para ello. En definitiva, estimada pelirroja: democracia a la española; como la tortilla. Jajajajaja.
Saludos.

8:27 PM  

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