EL CORONEL NICHOLSON
Supongo que ustedes, meine Damen und Herren, han atravesado el puente sobre el río Kwai; al menos en cada ocasión en la que vieron la película. Yo lo hago a menudo: he visto el largometraje muchas veces. El elenco de actores aseguraba unas interpretaciones magníficas, como así fue; sin embargo dos de ellos se llevan la palma por el duelo interpretativo: Alec Guiness y Sessue Hayakawa (早川 雪洲,), que interpretan al coronel Nicholson y al coronel Saito respectivamente. No obstante, el atractivo de la historia reside en la actitud del militar inglés, que acepta la disciplina que impone el cautiverio porque considera que le permitirá mantener la dignidad de sus hombres, así como su ascendente sobre ellos. A cambio, y ahí radica la dualidad de la historia, construye concienzudamente un puente para los japoneses, que éstos utilizarán para invadir Birmania y la India. ¿Podríamos considerar al coronel Nicholson un colaboracionista? Yo creo que sí, quizá motivado por un exacerbado sentido del honor y un orgullo patriótico mal entendido. La demostración es que el coronel inglés intenta impedir la destrucción del puente por un comando, aunque al final, y sin que quede claro la voluntariedad o no, es él quien acciona el detonador. Sea como sea, el británico no tenía muchas más opciones, no hemos de olvidar que era un prisionero de guerra, un derrotado en definitiva.
Supongo que Mariano Rajoy también es un gran admirador de El puente sobre el río Kwai, en concreto de la figura del coronel Nicholson, ya que por un lado acepta construir un puente que servirá para que el Imperio Británico sea invadido, y por otro utiliza la construcción para mantener la moral y el optimismo entre sus huestes. Sin embargo algo falla, estimados parroquianos, porque los cimientos del puente se han situado sobre un lecho de arena y las tropas permanecen en el centro del campo sin saber qué hacer mientras patean el suelo con las botas desgastadas y silban la pegadiza melodía. Por lo pronto tanta discusión sobre los planos del puente ya favorece al enemigo, porque entre parturientas que juegan con soldaditos de plomo, otras que…bueno…forman un conjunto de búcaros preciosos que decora la escena política— para éso las nombraron— y la denominada crisis del PP, nadie comenta nada sobre el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez, el Puma, y los problemas que heredó de su propia y nefasta gestión; ellos sabrán lo que hacen: yo no entiendo mucho de puentes, me limito a atravesarlos. No obstante, sí me extrañan determinadas actitudes, posiblemente sea por lo inusual de las mismas o la inoportunidad. No puedo dejar de sorprenderme por la repetición de ese error tan mesetario: extrapolar lo que ocurre en Madrid al resto de España. Es cierto que en la corte y villa la política se vive de otra manera, pero el PP es más que Madrid, y que la Evita mesetaria tenga tan buena prensa en la capital no implica que en otras regiones sea aceptada de la misma manera. Con todo y con eso, y dado el carácter carpetovetónico, supongo que la mayoría votaría al mismo partido con independencia del nombre del candidato; a lo mejor es mucho suponer. Asimismo, ese golpe de autoridad del coronel Nicholson gallego guarda similitudes con las soluciones de ZP, que llegan tarde y mal. Además, ese apoyo tan entusiasta de los que antes se ofrecían como segundones de lujo no presagia nada bueno, podría ser que ellos vislumbraran la dificultad de construir el puente y estén a la espera del derrumbe para encaramarse en las ruinas. Al igual que en la película, aparece un tercero que no comparte ni el sentido del honor del coronel Nicholson ni su ansia por facilitar el trabajo al enemigo; es más: quiere demoler el puente.
Saito, el militar japonés, sentía desazón por el plazo ajustado para la finalización de la obra, que sería inaugurada con el paso de un convoy de tropas y autoridades. Nicholson, por el contrario, consideró que la mayor preparación de los ingenieros ingleses y la motivación adecuada de los prisioneros serían suficientes para cumplir la fecha: estaba en lo cierto. Rajoy también juega con el tiempo, porque sabe que su principal frente está a dos meses vista y que el paso del convoy todavía tardará; pero debería vigilar por si alguien envía un comando para dinamitar el puente; de hecho ya está en camino.
Ocurra lo que ocurra, cuando el puente salte en pedazos tendremos la misma duda que con la actitud del coronel Nicholson. Yo, meine Damen und Herren, me dedicaré a silbar la melodía: es tan pegadiza; además no entiendo nada de puentes.
Foto: Coronel Nicholson ( Alec Guiness 1914-2000). El puente sobre el río Kwai.
8 Comments:
Creo que has dado en la diana con el paralelismo que trazas en tu artículo. En resumen, la posición de Rajoy es precaria y hasta cierto punto ambigua. Nos mantiene en la incertidumbre, pero con ello también le hace el juego al Gobierno y sus desmanes, relegados a un segundo plano ante el morbo de ver el duelo Rajoy/Aguirre.
Rajoy un buen político que nunca me ha entusiasmado, pero le admiraba como gran profesional del Derecho y como líder respetable y buen gestor, y modestamente le he defendido y apoyado. Pero ahora debo decir que, sin llegar a arrepentirme de haberle votado, sí está actuando de una manera un tanto decepcionante. Me parece que va dando tumbos, cometiendo torpezas y exacerbando la crisis de su propio partido. Sus últimas declaraciones, por ejemplo, no pienso que le vayan a reforzar, sino todo lo contrario, aunque finalmente gane ese extraño congreso de Valencia. De todos modos, lo que ocurra en las elecciones europeas también tendrá su peso.
Como he leído en una carta de un militante del PP, es un hombre que se caracteriza bien por discursos complejos, largos y aburridos, bien por lanzar machaconamente mensajes vacuos, repetitivos, y no acierta a dar con el punto medio, que es el que le valdría para dar la batalla estos años que vienen. Rajoy tiene un problema de comunicación, como el PP pero a lo exagerado, y eso se vio muy bien en los debates con Zapatero, sobre todo en el segundo. Por cierto, en ese debate, de donde tiró Rajoy para hacer daño a Zapatero en materias sociales o de eficacia de gobiernos fue de los buenos resultados en la Comunidad de Madrid de la gestión de Aguirre. En cuanto a ella, estoy dividido. A mí me gusta lo que hace y dice en Madrid, pero no sé si sería la mejor candidata. Por otro lado, tú tienes una posición similar a la de Jesús Cacho, aunque él, en vez de apostar por Rajoy, lo hace por una novedad limpia de paja y polvo; esa posición no me acaba de disgustar.
No obstante, lo que no se puede olvidar es quién está en el Gobierno, pues sus actos son los que importan.
Un saludo
Yo creía que Rajoy era el mejor candidato, porque tenía un proyecto integrador y aunque carente de carismas sabía aunar conciencias en el plano político. Sin embargo, su voluntad de pelearse con Esperanza Aguirre y determinados medios de comunicación no deja de ser un suicidio. Los políticos no deben aspirar a la independencia; y si son independientes, que estén sujetos a sus votantes, permitiéndoles a estos elegir. Lo que no vale es que quieran caminar solos, porque en política sin apoyos no van a ningún sitio.
El problema de la comunicación en Cataluña y, por extensión, en toda España, me parece evidente. Sin embargo, la voluntad de comunicar sus ideas necesita de los medios de comunicación que, al igual que siguen intereses empresariales, al fin y al cabo están sujetos a su público, que al fin y al cabo es el electorado de Mariano Rajoy. No sé cómo Rajoy lograría atraerse a los votantes del centro, pero de lo que no me cabe duda es que si se enfrenta a liberales y conservadores no podrá ganar las próximas elecciones. Si hay que ganar a Zapatero, Rajoy debía mantener el proyecto integrador que había empleado estos cuatro años.
El liderato del partido poco me importa. No soy militante ni lo seré nunca. Pero no me gustaría que Zapatero se prolongase en el poder y, francamente, la oposición nunca debe dejar de ser oposición por la crisis interna del partido. Esto sé que es algo inevitable, pero Mariano Rajoy agrava el problema en lugar de solventarlo. Sin duda es un panorama decepcionante.
Conviene esperar lo que acontezca, pero de momento queda el amargo sabor de boca de un partido a la deriva, un voto que no ha ido a ningún sitio y un Pepe Blanco dando lecciones de democracia a Mariano Rajoy. Es, como poco, para mandarlos a todos a paseo.
Un saludo,
Samuel.
Hola buenas.
Yo estoy como espantapájaros. El día 9 despues de la derrota le defendí a muerte pero después... ni su comportamiento pasivo ni sus nombramientos me cuadran lo más mínimo.
¿ Por qué el empeño de debatir ideas ? Eso sera la disgregación del partido. Lo UNICO que une en el PP es la política económica. Ni siquiera en cuanto al concepto de Estado hay unanimidad. Lo que todos queremos es que nuestra "pasta" la maneje el PP. ¿ Ideas ?Pero si hay católicos, no creyentes,conservadores,liberales, pro-gays, anti-gays... pero la economía... Ay amigo, esa todos igual. Hace unas semanas, en Facebook me preguntaron qué creía que iba a salir del congreso del PP, mi espuesta fue: cuatro grupos
1.) Falsas Esperanzas
2.) Círculo de amigos de Ruiz Galletón ( que se va a dar)
3.) Fidelidad Mariana: sólo Rajoy y Sor-aya
4.) El mayoritario. sera la Unica Via de G-Aznar unas elecciones
Aunque, como siempre, decidirá Andalucia con sus más de 400 compromisarios
Caco,Ruíz Galletón,que se ha aliado con Botella, no se va a dar un Galletón... esta es su venganza por la humillación sufrida, recuerda que es ahijado de Fraga,del incombustible.
ESPANTAPÁJAROS:
Gracias: es lo que pretendía, acosador de gorriones famélicos. Rajoy ya hizo algo mal la noche de las elecciones: no lanzar un mensaje, cometió el mismo error que un locutor de radio novato y creó silencios. Siempre he creído que las relaciones humanas— la política no deja de ser una de ellas— se basan en terrenos que deben ser ocupados, y si tú no lo haces, lo hará otro. Esa noche Rajoy estuvo mal, nefasto; de todas formas lo entiendo, ya expliqué el porqué le costó ocultar su decepción. No creo que Rajoy decidiera continuar al frente del PP por amor a la poltrona, creo que lo hizo porque intuía que causar un vacío de poder provocaría una guerra interna por la presidencia del partido, y más si tenemos en cuenta que la sucesión nunca ha sido un tema prioritario en el PP y que ni siquiera se planteó antes de la elecciones. Por lo tanto me sorprende que ahora se apele a «debates ideológicos» cuando lo único que ha sucedido es que se perdieron unos comicios: ¿ellos implica que debe modificarse a renunciarse a la ideología?, ¿si la victoria se hubiera logrado la ideología sería la correcta? Escribo «ideología», estimado Espantapájaros, aunque supongo que recuerdas que yo no creo en debates ideológicos en la España actual. La situación precaria es un artificio creado por determinados miembros y medios. Creo que Rajoy se permite el lujo de contemporizar porque sabe que ahora lo prioritario es la cohesión del partido: la legislatura de ZP acaba de salir del horno y tampoco tendría mucho sentido criticar determinadas cuestiones, podría ser contraproducente. Supongo que él ha hecho sus cálculos a dos o tres años vista. Es difícil contrarrestar a un mentiroso compulsivo como ZP, y más cuando tiene un electorado que se muestra impermeable a la verdad de determinados asuntos. Si Rajoy quiere derrotar al PSOE, lo primero que necesita es una pinza para poder atacarle por varios frentes, uno de los cuales ha de estar fuera de toda sospecha de connivencia con la derecha. En cuanto a los medios de comunicación afines debe aprovecharse esa coyuntura, pero previo pacto; es lo que denominé «dar puntadas pero con el mismo hilo», algo parecido al asunto de los GAL. No obstante, no debemos olvidar que aunque se compartan determinados intereses otros pueden ser de difícil digestión y proporcionan argumentos al adversario; te señalo un ejemplo: el 11-M. Hace ya tiempo que nadie en el PP utilizó ése argumento para algo; por el contrario dos medios hicieron de ello una bandera de enganche que perjudicó al PP. De todas formas y ya que menciono ése tema, me permito sugerirte algo: no seas el espectador de un partido de tenis desde el fondo de la pista, sitúate en la silla del juez, ya sabes: miras a la izquierda y después a la derecha: te garantizo que el partido es el mismo aunque la perspectiva resulta diferente. Te planteo una cuestión: ¿cuántas veces escuchaste eso de «¡se destruyeron pruebas vitales!»?, y es cierto; pero…¿quién gobernaba cuando se destruyeron? Es un bosquejo, Espantapájaros, pero sé que tú puedes completar el retrato.
Me desagrada que otros hablen por mí, aunque si deben hacerlo, las palabras y el mensaje que utilicen debe ser el mío ( fíjate que utilizo la perífrasis de obligación: debe+infinitivo). El PP no actuó de ésa manera, y eso es algo imperdonable: dejaron terreno sin ocupar del que el adversario obtiene provecho.
Respecto a Frau Aguirre…¡filfa y personalismo!; además con el riesgo evidente de desmembrar un partido. Ignoro los artículos de Jesús Cacho, pero lo que él propone, según me explicas, no es una mala alternativa. El problema es que los partidos españoles siempre abusan del personalismo y ello impide que madure una alternativa lógica y natural, ¿quién sería el sucesor?, ¿un desconocido? Algo así se prepara con antelación para que la figura del delfín cale en la gente y por lo menos no resulte un desconocido. En resumen, Espantapájaros: hasta los que escalan el Everest disponen de una cordada y porteadores. Si quieren perpetuar a ZP en el Gobierno, van por el buen camino.
Saludos y perdona la extensión.
SAMUEL:
Estoy de acuerdo con usted, Sr.director; pero la forma excluyente que utilizó Rajoy es la que proporcionó argumentos al adversario y sembró la duda de que fueran otros los que le marcaban la agenda; por ejemplo: «como no está Gallardón, el PP es la extrema derecha». Antes de proseguir, permítame que haga una salvedad: a estas alturas de la película y con la idiosincrasia de las sociedades actuales, plantear una disputa bajo una óptica ideología es un disparate. Las ideologías que marcaron el pasado y el presente del siglo XX desaparecieron, y en su lugar persiste una amalgama de ideas que iguala a los miembros, cuando no los desvanece, aunque los separada con difusas fronteras. Es por ello que un partido político debe de ser como una tienda de ultramarinos, que tiene de todo porque no sabe lo que el cliente le pedirá. Le señalo un ejemplo, pero con el fin de resultar claro respetaré las denominaciones habituales: izquierda y derecha; nada más desfasado desde mi punto de vista. Una persona puede considerarse de derechas y estar a favor del aborto, declararse ateo o agnóstico y ser indiferente al matrimonio entre personas del mismo sexo. De igual manera, alguien de izquierdas puede ser creyente, considerar que determinadas cuestiones sobre el aborto sobrepasan el mínimo moral que cualquier sociedad debe imponerse y oponerse al matrimonio o la adopción de niños por una pareja de homosexuales. Cuando partidos como el PSOE retienen lo que consideran el acervo y patrimonio de la izquierda, es porque no tiene nada más, su mundo perfecto, libre, equitativo y solidario se derrumbó cuando alguien decidió sajar la ampolla purulenta del socialismo de boquilla: el muro de Berlín. Asimismo, cómo puede defender ideales más obsoletos que la colonia Varón Dandy un partido político que ha favorecido hasta extremos obscenos a la clase empresarial española, bancos, limitó y eliminó derechos de los trabajadores, etc.
Por ello, sujetos como Gallardón deben incorporarse al programa político porque también tienen sus clientes: ¡Yo no escribo sobre ideologías, explico cómo ganar!
Un debate político, y permítame que esto englobe la comunicación de las ideas, lo gana el que mejor se le entiende. La época en la que el vencedor era el que menos sudaba o parpadeaba ya pasó, eso era cuando Kennedy y Nixon. Pero…¿cómo entender el mensaje del PP cuando se transmiten tantas versiones del mensaje como mensajeros existen? A ello contribuye el deleznable periodismo que se realiza en España, que está a cargo de sujetos que critican a todo bicho viviente en función de sus simpatías políticas. Bien, lo acepto, pero…¿quién critica al periodista?, ¿quién vigila al vigilante?, porque ésa es una de las funciones del periodismo: vigilar al poder y comunicar los desmanes que pudieran producirse; es el notario que levanta fe de lo que sucede en nuestras sociedades. Rajoy sabe, y se lo puedo asegurar, que cometió un error al fiarse de dos tipos tan escurridizos como Pedro José Ramírez y Federico Jiménez Losantos. Confío en que algún día les expliquen qué ocultaba la historia de los GAL, cómo se consiguieron determinadas cosas y qué promesas se hicieron. Al margen de simpatías personales y de los errores que cometieron, porque los tres erraron en determinadas cuestiones, sólo reconozco a tres hombres de estado en la historia contemporánea española: Suárez, Fraga (uno de los mejores elementos de la historia española) y Felipe González; éste en última convocatoria y si hago gala de generosidad, pero es así. En la actualidad todo lo llevan entre manos advenedizos y diletantes. La mejor demostración es la actitud de Evita 2.8, que está dispuesta a todo con tal de lograr sus propósitos; ¿sabrá lo que significa «interés común»? No lo creo, para ella lo importante es la estación del AVE en Guadalajara, los titulares simpáticos y la pamema: ¿otro ZP?
Rajoy debería haber cumplido la promesa que le hizo a Gallardón: estar entre los diez primeros de la lista.
Yo he sufrido derrotas en la vida, como todo el mundo; pero siempre que alguien me ha ganado hice lo mismo: aprender de mis errores y fijarme en los aciertos del adversario. ZP es un inepto, pero hace algo muy bien, o al menos tiene a un cancerbero que realiza ese trabajo: controla su partido con mano de hierro. Es la esencia de un mediocre, pero le garantizo que funciona.
Saludos y perdone la extensión.
CACO:
Si al final todo se reduce a eso: «¡enséñame la pasta!» (Jerry Maguire dixit). Todo lo demás y esas extrañas maniobras que suceden durante una legislatura sólo persiguen el mantener el puesto. Siempre lo he pensado: nuestros intereses son abstractos; los de los políticos, concretos. Aunque ya que hablamos de pasta, permíteme que exprese mi opinión: éso es lo que se ventila en el acoso mediático hacia Rajoy; acoso, por otro lado, que también proviene de tapados dentro del PP: a nadie le gusta que le releven.
Saludos.
GWEN:
Siempre he considerado a Fraga Iribarne uno de los políticos más inteligentes de la historia española, y si alguien como él decidió apadrinar a Gallardón…¿sería por algo? Estoy de acuerdo con tu opinión.
Saludos.
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