EL TROFEO
Me siento abrumado, meine Damen und Herren. Al enterarme de la noticia un escalofrío recorrió mi espalda; no pude más que sentarme, escanciar una ración generosa de Jack Daniel’s y observar la trémula mano que sujetaba un Lucky Strike. La primera calada me proporcionó una gratificante sensación de abandono y un ligero mareo, que me permitieron buscar una respuesta a la pregunta que martilleaba mis sienes: «¿Por qué yo?». No, no teman, estimados parroquianos, no se trata de que José Luis Rodríguez, el Puma, me haya llamado para desbravar a alguna de sus ministras; es algo más serio: Mary White, la creadora del blog Lady Godiva, ha considerado que este feuilleton merecía el premio 11 de Abril, galardón éste que fue creado por Martha Colmenares. Mi sobresalto se produjo al enterarme de que el mencionado premio se concede a las «bitácoras» que sobresalen por su defensa de los derechos humanos (yo no sabía ni que existían) y la democracia (de ésta algo he oído). La sorpresa vino motivada porque la única acción homérica— y nunca mejor dicho— que he realizado en mi vida fue navegar a bordo de un pequeño velero por el Mar Egeo en compañía de dos gemelas danesas: ¡épico!
Nada me desagradaría más, que ustedes, queridos lectores, se formaran una idea equivoca sobre mí, ya que soy un auténtico gandul, uno de esos que viaja a los sitios con billete de ida y vuelta, se involucra lo indispensable— en mi caso casi nada—, olvida rápidamente lo que observa, y que cuando llega a casa encierra en un ataúd de cinc las vivencias, y después lo suelda con un par de tragos de whiskey. Sin embargo, al releer el escrito de concesión, me he percatado de que Mary White me lo otorga por ser un blogger sin mordaza; entonces me tranquilicé: ¡éso es otra cosa!
Una vez más, llega el momento de galardonar a otro blog que también escriba «sin mordaza». No obstante, antes de hacerlo me gustaría puntualizar algo: No solamente son las ideas o la libertad de expresión las que pueden amordazarse; sino que también puede serlo la idiotez. Sí, meine Damen und Herren, cuando un inepto oculta sus carencias mediante el silencio o el disimulo, también amordaza algo: su estulticia. Por lo tanto vamos a premiar a un escritor (¿?) que nunca amordaza su estupidez; algo que también tiene…su mérito. Al igual que en anteriores ocasiones, primero glosaremos sus virtudes.
Siempre que leo algunos de sus escritos—supongo que puedo denominarlos así—, y peor aun cuando le escucho, tengo un sueño agitado. Es lógico, estimados parroquianos, porque la sensación de arrojarme en un pozo tenebroso es vívida. Supongo que escribe con las manos, aunque aseguro que piensa con los pies; sólo así puede entenderse ese dominio fascinante del lenguaje. La opacidad de sus ideas nos desvela la atmósfera moral de sus escritos y nos permite vislumbrar una inteligencia llena; llena de vacío. Todavía no he logrado comprender si le leo porque estoy idiota, o estoy idiota porque le leo: ardua disquisición, meine Damen und Herren. Asimismo, entenderemos que se trata de un blog donde los concetos y las palabras navegan a la deriva en busca de horizontes arqueados. Aquellos de ustedes que consideren a la política y a la moral conceptos antitéticos cambiarán de opinión cuando acometan la lectura de esos escritos brillantes, en los que las vocales se sienten desamparadas, las consonantes huérfanas y la sintaxis tirada en una cuneta polvorienta. Es cierto que el autor escribe sin mordaza; pero a nosotros su estilo nos aprieta y ahoga, y logra, además, que nuestros pensamientos se tornen plúmbeos y se envuelvan en un sopor pesado. Por el contrario, la fuerza comunicativa y expresiva del autor logra ridiculizar a los clásicos greco-latinos, señal indudable de la robusta afición del escritor por la metaliteratura.
A tenor de lo expresado, Josephsplatz, Das berliner Feuilleton, concede el premio 11 de Abril a El cuaderno de Pepe Blanco; un lugar en el que la rutina, la zafiedad y la ausencia de originalidad confluyen con malsana querencia; quizá alguien debería colocarle la mordaza, aunque fuera por una cuestión de caridad cristiana y charme.
Ahora, meine Damen und Herren, les pido que se incorporen para entonar otro himno universitario en honor del galardonado. En esta ocasión, sin embargo, no será el Gaudeamus Igitur, como hicimos anteriormente, sino algo que está en consonancia con el expediente académico del ilustre bloggero Pepiño Blanco. Maestro, por favor:
Enredándose en el viento,
van las cintas de mi capa.
Y cantando a coro dicen
quiéreme niña del alma.
Son las cintas de mi capa,
de mi capa estudiantil.
Y un repique de campanas…
Una vez más, llega el momento de galardonar a otro blog que también escriba «sin mordaza». No obstante, antes de hacerlo me gustaría puntualizar algo: No solamente son las ideas o la libertad de expresión las que pueden amordazarse; sino que también puede serlo la idiotez. Sí, meine Damen und Herren, cuando un inepto oculta sus carencias mediante el silencio o el disimulo, también amordaza algo: su estulticia. Por lo tanto vamos a premiar a un escritor (¿?) que nunca amordaza su estupidez; algo que también tiene…su mérito. Al igual que en anteriores ocasiones, primero glosaremos sus virtudes.
Siempre que leo algunos de sus escritos—supongo que puedo denominarlos así—, y peor aun cuando le escucho, tengo un sueño agitado. Es lógico, estimados parroquianos, porque la sensación de arrojarme en un pozo tenebroso es vívida. Supongo que escribe con las manos, aunque aseguro que piensa con los pies; sólo así puede entenderse ese dominio fascinante del lenguaje. La opacidad de sus ideas nos desvela la atmósfera moral de sus escritos y nos permite vislumbrar una inteligencia llena; llena de vacío. Todavía no he logrado comprender si le leo porque estoy idiota, o estoy idiota porque le leo: ardua disquisición, meine Damen und Herren. Asimismo, entenderemos que se trata de un blog donde los concetos y las palabras navegan a la deriva en busca de horizontes arqueados. Aquellos de ustedes que consideren a la política y a la moral conceptos antitéticos cambiarán de opinión cuando acometan la lectura de esos escritos brillantes, en los que las vocales se sienten desamparadas, las consonantes huérfanas y la sintaxis tirada en una cuneta polvorienta. Es cierto que el autor escribe sin mordaza; pero a nosotros su estilo nos aprieta y ahoga, y logra, además, que nuestros pensamientos se tornen plúmbeos y se envuelvan en un sopor pesado. Por el contrario, la fuerza comunicativa y expresiva del autor logra ridiculizar a los clásicos greco-latinos, señal indudable de la robusta afición del escritor por la metaliteratura.
A tenor de lo expresado, Josephsplatz, Das berliner Feuilleton, concede el premio 11 de Abril a El cuaderno de Pepe Blanco; un lugar en el que la rutina, la zafiedad y la ausencia de originalidad confluyen con malsana querencia; quizá alguien debería colocarle la mordaza, aunque fuera por una cuestión de caridad cristiana y charme.
Ahora, meine Damen und Herren, les pido que se incorporen para entonar otro himno universitario en honor del galardonado. En esta ocasión, sin embargo, no será el Gaudeamus Igitur, como hicimos anteriormente, sino algo que está en consonancia con el expediente académico del ilustre bloggero Pepiño Blanco. Maestro, por favor:
Enredándose en el viento,
van las cintas de mi capa.
Y cantando a coro dicen
quiéreme niña del alma.
Son las cintas de mi capa,
de mi capa estudiantil.
Y un repique de campanas…
Foto: He’s going to be taller than Dad. (1939). Norman Rockwell.
10 Comments:
Ese cuaderno te está "afetando", es "aditivo", verdad??? ;P
Enhorabuenaaaaa por el premio!!!
Que no se te suba a la cabeza.
Me ha dicho Pepino Blando --sin mordaZa pero con boZal-- que el premio que le otorgas le compensa el malsabor de no haber sido ministrado.
Es una pena que Don Pepinho no lea tu blo, porque seguro que te lo agradecer'ia. Eres una de las personas que m'as publicid'a le han dado y yo, mismamente, aunque concetualmente no forme parte de mis afetos en la re, me he pasao por su cuaderno. Yo de ti le pedir'ia unas cuantas cajas de langostas; total, al fin'a las pagar'iamos todos los expanholes.
Ay, como siga regalándole premios a don Pepito... No sé, es como arrojar la estatuilla al canal tan pronto como la recibe. ¿Tan modesto es usted? ¡Y pensar en el jugo que le sacaría a un blog escrito por ZP!
No cabe duda de que Josephplatz merece el premio. ¡Qué felices momentos nos ha dejado! La última vez me pilló en la biblioteca y por poco suelto una carcajada delante de todo el mundo. Debiera amordazarme.
Un saludo.
VIOLETA:
Gracias, bella flor. Tienes algo de razón, me fascina comprobar los límites de todo: hasta de la idiotez.
Besos.
GWEN:
No te preocupes, cuidadora de gemelos hiperactivos. Si el ego se me sube a la cabeza, el serrín que la rellena lo amortigua todo.
Saludos.
BRAINCRAPPED:
Vigila las compañías que frecuentas, la idiotez es como una enfermedad venérea: siempre se contagia. Lo que me sorprende es que el bueno de Pepiño se considere ministrable. De todas formas, si yo fuera el director de una empresa, no le despreciaría.
Saludos.
SINBLANCAPORELMUNDO:
No lo creo, él ya se encargó de publicitarse hasta la saciedad. Algo, por otro lado, que nunca comprendí: yo oculto mis defetos. No obstante, tendré presente lo de las langostas; es una buena idea, y sé que paga puntualmente. Cuando la reciba, dividiré el importe por el número de españoles y te lo agradeceré en la misma medida.
Saludos.
SAMUEL:
No sea mal pensado, Sr.director: lo hago para estimularle. ¿Modesto?, difícil cuestión, es una duda vital que no he resuelto. Algunos me consideran un soberbio, y otros comedido; de igual manera que determinadas personas me creen un hijo de puta, y otras una buen tipo. Es evidente que alguno de ellos tiene razón, pero yo todavía no he logrado descubrirlo.
¡Hombre, un blog escrito por ZP! Me ha puesto los dientes largos, Sr.director. Sin duda alguna sería un gran avance para la ciencia…para la ciencia-ficción.
Gracias por su elogio. ¡Ah!, pero…¿usted acude a la biblioteca de su universidad a leer? Yo creo que es uno de los lugares idóneos para ligar. Sí, no se sorprenda: escoja la presa, valore sus posibilidades y los gustos de la moza en cuestión, escoja un libro que se adapte a ambas, obsérvela por encima de las páginas, deje caer los párpados como…un poco ruborizado, y…ya nos contará. No olvide que una biblioteca es una ventana al mundo, y existen ventanas desde las que pueden observar auténticos paraísos; sobre todo en verano y cuando se le caiga— o deje caer— el bolígrafo. Si éso ocurre, será usted el que deberá amordazarse.
Saludos.
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