¡LEVÁNTATE Y ANDA!
NEOLOGISMO: 1. m. Vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua.
Creo que uno de los síntomas del envejecimiento es la incapacidad o dificultad para comprender los neologismos; sin embargo éstos son necesarios, ya que los idiomas evolucionan, al igual que las sociedades, y el lenguaje debe ser capaz de describir nuevas situaciones, elementos, actividades, etc. La primera vez que escuché el término «metrosexual» quedé algo perplejo. Aplicando la lógica — pedestre si ustedes quieren, pero lógica al fin y al cabo—, pensé que era la descripción de un hombre con una dotación fálica descomunal (metro-sexo). Más tarde, al observar las fotografías de los que son considerados iconos metrosexuales, mi opinión varió: les gusta que les «encajen» un metro. Después descubrí que todo obedecía a un neologismo acuñado por Mark Simpson en 1994 y que servía para describir al hombre urbano, de clase media- alta, cuidadoso de su imagen y aspecto físico, deportivo y amante de la cosmética. «Bien», pensé; luego acepté el neologismo aunque creo que es innecesario, ya que describe lo que siempre se ha considerado un «hombre pulido».
ZP no puede considerarse ni una cosa ni la otra. Ahora bien, ha llegado el momento de que lo vendan como tal. Ustedes no deben sorprenderse, meine Damen und Herren, vivimos tiempos en los que el envoltorio se valora más que el regalo. El problema es que con ZP tanto lo exterior como lo interior comparten el mismo nivel: paupérrimo. No me ofende que alguien venda su producto, es la esencia de un mercader; sin embargo la imaginación a la hora de acometer el reto es cutre, de baja estofa, chusca y escasa.
En vista de que los políticos importantes queman sus energías mediante el deporte ( Putin, Sarkozy, Bush, Aznar), alguien consideró que ZP, el Galgo de León, tenía que legar una fotografía para la posteridad en semejante trance. La instantánea, ridícula donde las haya, nos dice más de lo que percibimos a simple vista: un hombre que no deja huellas, señal de la levedad de sus ideas y compromisos; una sombra alargada al tiempo que incompleta; y un fondo que le queda como anillo al dedo: horizonte plano y soledad. En el aspecto físico todo resulta más grotesco: cuello bovino; gemelos atrofiados y sin desarrollo; torso rectangular en el que se adivina la flaccidez de los abdominales; tobillos de bailarina tetrapléjica; y el mismo estilo de carrera que empleó Lázaro cuando Cristo le ordenó que se levantara y anduviera. Asimismo, la cuadratura de la mandíbula nos indica que estamos ante un hombre contemplativo, como si el ejercicio físico animase a tal condición. En definitiva, meine Damen und Herren, hemos de observar la fotografía con condescendencia, ya que sólo un imbécil puede imaginar que mejorará su imagen con semejante pamema. Por el bien de todos, y el de la inteligencia en primer lugar, espero que las próximas maniobras para vender de nuevo el producto ZP, el que los deja bien muertos, resulten más imaginativas. De todas formas no soy optimista al respecto, y otro de los bodegones en los que sale representado Rodríguez fue la causa: desayuno con Botín ( aunque también podríamos escribirlo en minúscula). En ésa imagen la impresión era otra: el monaguillo frente al mismo padre Ripalda, que se esmera en explicar su catecismo. Al margen de otros detalles chocarreros, destacaría algo increíble: la fotografía huele. Sí, queridos parroquianos; de ella emana la agonía pestilente y viscosa del político inepto que se resiste a marchar y que ya sólo se limita a residir en la cárcel de su realidad; del todo deformada, por supuesto. Desconozco a quién se le ocurrieron semejantes patochadas para vender la imagen de un político metrosexual. Sea quien sea, nos ha demostrado una robusta afición a la idiotez. Yo, con el único afán de prestar ayuda, propongo que las fotografías de ZP las tinten de color sepia, las rodeen de niebla y aire friolento y desolado; ya que asistimos al final de una época sin saber que época estrenaremos.
Con todo y con eso, las fotografías de ZP no muestran al hombre como es, sino como querría ser. Aun así, los rostros más repulsivos no dejar de ser la imagen del individuo; incluso de alguien como Rodríguez. La ventaja es que con él no debemos inventar un neologismo, existen muchos términos que le definen a la perfección.
ZP, ¡levántate y anda!; aunque sea por una vez en tu vida.
Creo que uno de los síntomas del envejecimiento es la incapacidad o dificultad para comprender los neologismos; sin embargo éstos son necesarios, ya que los idiomas evolucionan, al igual que las sociedades, y el lenguaje debe ser capaz de describir nuevas situaciones, elementos, actividades, etc. La primera vez que escuché el término «metrosexual» quedé algo perplejo. Aplicando la lógica — pedestre si ustedes quieren, pero lógica al fin y al cabo—, pensé que era la descripción de un hombre con una dotación fálica descomunal (metro-sexo). Más tarde, al observar las fotografías de los que son considerados iconos metrosexuales, mi opinión varió: les gusta que les «encajen» un metro. Después descubrí que todo obedecía a un neologismo acuñado por Mark Simpson en 1994 y que servía para describir al hombre urbano, de clase media- alta, cuidadoso de su imagen y aspecto físico, deportivo y amante de la cosmética. «Bien», pensé; luego acepté el neologismo aunque creo que es innecesario, ya que describe lo que siempre se ha considerado un «hombre pulido».
ZP no puede considerarse ni una cosa ni la otra. Ahora bien, ha llegado el momento de que lo vendan como tal. Ustedes no deben sorprenderse, meine Damen und Herren, vivimos tiempos en los que el envoltorio se valora más que el regalo. El problema es que con ZP tanto lo exterior como lo interior comparten el mismo nivel: paupérrimo. No me ofende que alguien venda su producto, es la esencia de un mercader; sin embargo la imaginación a la hora de acometer el reto es cutre, de baja estofa, chusca y escasa.
En vista de que los políticos importantes queman sus energías mediante el deporte ( Putin, Sarkozy, Bush, Aznar), alguien consideró que ZP, el Galgo de León, tenía que legar una fotografía para la posteridad en semejante trance. La instantánea, ridícula donde las haya, nos dice más de lo que percibimos a simple vista: un hombre que no deja huellas, señal de la levedad de sus ideas y compromisos; una sombra alargada al tiempo que incompleta; y un fondo que le queda como anillo al dedo: horizonte plano y soledad. En el aspecto físico todo resulta más grotesco: cuello bovino; gemelos atrofiados y sin desarrollo; torso rectangular en el que se adivina la flaccidez de los abdominales; tobillos de bailarina tetrapléjica; y el mismo estilo de carrera que empleó Lázaro cuando Cristo le ordenó que se levantara y anduviera. Asimismo, la cuadratura de la mandíbula nos indica que estamos ante un hombre contemplativo, como si el ejercicio físico animase a tal condición. En definitiva, meine Damen und Herren, hemos de observar la fotografía con condescendencia, ya que sólo un imbécil puede imaginar que mejorará su imagen con semejante pamema. Por el bien de todos, y el de la inteligencia en primer lugar, espero que las próximas maniobras para vender de nuevo el producto ZP, el que los deja bien muertos, resulten más imaginativas. De todas formas no soy optimista al respecto, y otro de los bodegones en los que sale representado Rodríguez fue la causa: desayuno con Botín ( aunque también podríamos escribirlo en minúscula). En ésa imagen la impresión era otra: el monaguillo frente al mismo padre Ripalda, que se esmera en explicar su catecismo. Al margen de otros detalles chocarreros, destacaría algo increíble: la fotografía huele. Sí, queridos parroquianos; de ella emana la agonía pestilente y viscosa del político inepto que se resiste a marchar y que ya sólo se limita a residir en la cárcel de su realidad; del todo deformada, por supuesto. Desconozco a quién se le ocurrieron semejantes patochadas para vender la imagen de un político metrosexual. Sea quien sea, nos ha demostrado una robusta afición a la idiotez. Yo, con el único afán de prestar ayuda, propongo que las fotografías de ZP las tinten de color sepia, las rodeen de niebla y aire friolento y desolado; ya que asistimos al final de una época sin saber que época estrenaremos.
Con todo y con eso, las fotografías de ZP no muestran al hombre como es, sino como querría ser. Aun así, los rostros más repulsivos no dejar de ser la imagen del individuo; incluso de alguien como Rodríguez. La ventaja es que con él no debemos inventar un neologismo, existen muchos términos que le definen a la perfección.
ZP, ¡levántate y anda!; aunque sea por una vez en tu vida.
Foto: Altius, citius, fortius.
6 Comments:
¿Dos piernas derechas? ¿No deja huellas?
El pollito de La Moncloaca se supera cada día.
Alguien decía, creo que en ESD, que le había hecho un favor a Nike haciéndole la campaña publicitaria.
Yo pienso que los ha hundido, más bien.
Nike... Niketelopienses.
En cualquier caso, la marca que mejor le cuadra a Rodríguez el Traidor, es 'Paridas'.
ANÓNIMO:
No logro comprender sus preguntas. ¿Acaso insinúa que se trata de un montaje?
CERRAJERO:
Lo cierto es que comienza a darme pena. Desde la ocasión en la que pude ver a Raphael cantando Aquarius, no había sentido tanta vergüenza; ajena, lógicamente.
No conocía esa foto, ese intento publicitario. Te veo bastante bien informado, je, je. Precisamente mi escrito del domingo iba a tratar sobre las diferencias entre Zapatero y algunos líderes europeos, como Merkel o Sarkozy; si la foto en cuestión pretende aproximar la imagen de Zapatero a la actitud enérgica y saludable de los anteriores, me parece fallida, y más cuando el tipo se ha cogido tantas vacaciones.
Un saludo
Me llama la atención qué cosas insinúa usted de Rodríguez. Es evidente, como puede verse en la foto, que se trata de un joven muy emprendedor, que corretea luciendo sus diminutas zapatillas las cuales probablemente lo conduzcan a un mundo feliz. Mírelo, cuán decidido se exhibe en su carrera.
Más de una mujer debe de haberse enamorado de él por su posición aerodinámica. Que no se entere Sonsoles.
Un saludo,
Samuel.
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