Donnerstag, März 24, 2011

ENCAJAR.



ENCAJAR: 2. tr. Ajustar algo con otra cosa, apretándolo para que no se salga o caiga. Encajar el eje de la rueda.


Ignoro si a ustedes les ocurre, meine Damen und Herren: tengo la impresión de que en mi vida aún hay muchas piezas sin encajar. Quizá impelido por mi vocación, sospecho que mi existencia tiene una meta artística al tiempo que una finalidad moral. No obstante, estimados parroquianos, reconozco que confundo ambos términos y aplico lo artístico a lo moral; y viceversa: ¿les parece una forma grosera de justificar mis errores? Sí, puede ser que en esa confusión radique el desencaje de algunos fragmentos de mi acontecer. Sea como sea no me preocupo, queridos lectores, porque si es cierto que la reencarnación existe, tendré una nueva oportunidad de formar el mosaico. Aunque ahora que lo pienso…podría no ser así: ¿Se imaginan que me reencarno en nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma? La simple idea me intranquilizó, meine Damen und Herren, trocó mi gesto de por sí sosegado en unas facciones desencajadas; como el intelecto de Rodríguez: siempre desencajado. Lo cierto es que ése merluzo nunca encajó en ningún lugar— me refiero a los lugares serios, claro está, porque en España encaja con la misma exactitud con la que el perfil de Pepiño Blanco y Leire Pajín lo hacen en cualquier espectáculo de los hermanos Calatrava—, ya que ni su forma de conseguir el Gobierno, sus decisiones ¿?, talento y gestión (con prisas y con muchas prisas) despiertan la confianza de otras naciones y gobernantes. En un escrito anterior les recomendé que de vez en cuando encierren a Rodríguez; por el contrario ahora me arrepiento: es mejor darle alas, observarle encaramado a la reja, que corretee como un mono cachondo entre la manada de hembras mientras porta entre las manos el cimbel ya fláccido con el que intenta engatusar a tres o cuatro coños tristes. ¡Qué tío!
El papel de cipayo que representa Rodríguez ante Sarkozy, Frau Merkel y Obama— el primer presidente judío de EE.UU. y a su vez gran muftí de Washington— me ayuda a comprender que al desencaje de la mente del Puma debemos añadir un mareo perpetuo. No hay mayor problema en ello, meine Damen und Herren. Ahora bien, cuando el piernas leonés siempre se empecina en pasear por el borde del precipicio o transitar por un laberinto sin salida y a oscuras, el asunto toma otro cariz. Escuchar los encajes de bolillo de nuestro querido Rodríguez para justificar el ataque a Libia— otra demostración más de nuestra arbitrariedad— me resulta tan exótico como la prosodia de Trini Jiménez, la chacha para todo. Queridos parroquianos, ¡con la fácil que sería reconocer que es un mandao y un mamarracho en su tinta que ya no pinta nada!; excepto monas con el cimbel, claro está. Sé que ustedes, estimados parroquianos, estarán en desacuerdo; aun así, pido, ¡suplico!, que Rodríguez no desaparezca, que no desfallezca ante la soledad del mando y no nos prive de esa coherencia e intelecto que atesora en la mollera. Es una putada, lo reconozco, pero tengan presente que ese peazo estadista gobierna al dictado de Berlín, París, Washington e incluso al de Peñaranda de Bracamonte. ¡Eso es Realpolitik!, ¡encajes y desencajes! El ridículo y la miseria para España están asegurados de la mano de Rodríguez, aun así el regocijo también, y todo porque les gobierna un bobo que sigue sin comprender que no es lo mismo «un metro de encaje negro» a que «un negro te la encaje un metro».
Estoy más tranquilo, meine Damen und Herren, sé que no me reencarnaré en Rodríguez; sobre todo por un motivo: no creo en la reencarnación. Ahora les dejo, quiero disfrutar de mi nueva pieza, mi hija, a la que llamaré H. para que ustedes no sepan que se llama Hanna, como mi abuela. Es curioso, estimados parroquianos: primogénitas, abuelas, nombres, recuerdos…Sí, debo encajar algunas piezas.

Foto: No es eso, Rodríguez, no es eso.


2 Comments:

Anonymous Sigo por las ramas said...

¿Podrá salir algo bueno del caos giliprogre?

Tal vez las cosas se tengan que poner realmente mal --en esto ZPeste si es un maestro-- para que comiencen a mejorar, no se.

Mientras se sigue llenando todo de mierda, yo sigo encaramado, viéndolas venir. La ventaja es que desde este puesto privilegiado de observación me es más fácil detectar las joyitas que se esconden entre la maleZa, como esa casette de Love y la obra maestra que consiguieron parir --Forever Changes-- a pesar de estar toda la banda embroncada entre sí y también cada uno de ellos consigo mismos.

Me alegro especialmente por esa otra joya con forma de Hanna.

11:53 AM  
Anonymous van said...

Hanna es Ana?

4:42 PM  

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