Freitag, Februar 03, 2012

CRÓNICAS DEL MERCADO (3).

QUINCALLERO: 1.m. y f. Persona que fabrica o vende quincalla.
A pesar de mi deambular diario por el mercado, existen cuestiones que nunca entenderé, meine Damen und Herren; y no son asuntos baladíes: ¿Por qué la alcachofa que el martes costaba 2 euros el miércoles cuesta 3? ¿Por qué Herr Trappl me regala el pan de cebolla (1,5 euros) cuando le compro 200 Gr. de aceituna griega? ¿A qué obedece que Mathias me obsequie con un par de riñones de cerdo cuando le encargo cuatro codillos? Sea como sea, estimados parroquianos, les confieso que después de cada incursión en el mercado regreso a casa con algún presente; quizá deferencia. Me gustaría que nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, me acompañara, nadie mejor que ese tizón del intelecto para despejar mis dudas. Sin embargo y en vista de que aún luce esa expresión de…cómo expresarlo…haber descubierto el fuego el día anterior…preferiría la compañía de Herr De Guindos, el mejor abacero del mercado y a su vez chambelán de Rodrigo Rato, el rey de los…pasteles. De cualquier modo, queridos lectores, les confieso que jamás le compraría algo a ese dúo de quincalleros. El monstruo que ustedes denominan Bankia me recuerda a uno de esos potajes españoles: tocho valenciano, tocho madrileño, banco valenciano, caja madrileña…¡demasiados ingredientes para el comistrajo! Con una capitalización tan ridícula como la de Bankia, da la impresión de que se cuece algo, sobre todo por el silencio de BBVA, Banco de Santander y los murmullos de La Caixa. Ya les comenté hace varios meses que algunos (en ese momento considerados temerarios) ya pedían—de hecho era una súplica— una fusión entre Caja Madrid y La Caixa. Es una maniobra arriesgada para los catalanes, meine Damen und Herren, porque debilitaría su joyita de la nació; ya se encargarían «los mercados» del trabajo sucio. Aun así, De Guindos persigue esa presa, y lo hace con la porfía del mercenario: su lealtad brota del dinero. Atrás quedan los tiempos de Rodríguez, estimados parroquianos, un eterno derrapar, siempre al borde del abismo, culpabilizar a los demás de su ineptitud y memez, fue una época tan «gloriosa» como chusca; pero ahora todo se tornó lóbrego, rodeado de la oscuridad de las bambalinas financieras: el ámbito natural de Herr De Guindos. Quizá sus intentos fructifiquen y logre colocar a La Caixa a los pies de los caballos mesetarios para que después BBVA y Banco de Santander puedan recoger algo de los despojos, lo suficiente para presentar ante Europa—entiéndase Frau Merkel— el sistema financiero sólido que Rodríguez pretendía vender con la pesadez de un comercial del Círculo de Lectores y la misma credibilidad que el juez Garçon.
En ocasiones, meine Damen und Herren, un novelista debe mentir para mantener el interés en el relato; no obstante, para que esa mentira se mantenga deberá modificar la novela y la estructura, algo que Herr De Guindos ejecuta con sórdida brillantez: el que (le) paga manda, porque el que domina los mercados de deuda es el mismo que en sus ratos libres construye horcas caudinas. Creo que la entrevista entre Rajoy y la canciller Merkel fue bien, no olviden que regalar jamón, morcilla y cava lubrica reticencias; pero tengan presente que Frau Merkel es de aquellas que piensa que si la confianza es buena el control es mejor, y roza lo excelso cuando es De Guindos el pastor del rebaño. Ignoro qué haría yo si me encontrase con el panorama económico español: paro desbocado; más de tres billones de euros en deuda (pública y privada); 17 empresitas en quiebra; un país sin modelo económico; toneladas de ladrillos que no sabemos cómo encajar en los balances; una sociedad en crisis…Aunque ahora que lo pienso, meine Damen und Herren, sí sé lo que haría: me acercaría al mercado con la esperanza de encontrar las alcachofas a 2 euros; nunca se sabe.

Foto: La mejor tienda de Sauerkraut y pepinillos del mundo. NvO (2011)