Montag, Juli 17, 2006

CON UNA PIEDRA EN EL ZAPATO


BOBO.- 5.m. En teatro español primitivo, personaje cuya simpleza provocaba efectos cómicos.
España no es un país especialmente generoso a la hora de entregar a la historia de la humanidad grandes personajes. Además, las pocas veces que lo hace, suelen ser individuos que surgen de la casualidad, del golpe de suerte o de la chamba más rocambolesca. El pensamiento español no es proclive a la planificación. Todos los españoles confían en que, en un momento u otro, se les aparecerá la Virgen para solventar sus problemas o afligirles de sus males. Cristobal Colón descubrió América por una extraña casualidad, y Francisco Fernández Ochoa se alzó con el oro en Sapporo de una forma que ni él ha logrado entender todavía. Por el contrario, el destino nos azota con sujetos que nos hacen plantearnos cuál ha sido nuestro delito. Después de leer a Calderón de la Barca, entendemos que nuestro delito es haber nacido; pero haber nacido españoles.
El presidente del gobierno, ZP para ridículas señas, es uno de esos latigazos que la ventura cruel nos depara. Huero en su ideal político, necesita llenar con algo ese vacío. Una vez más, la herramienta fácil es despertar entre los españoles su natural querencia al enfrentamiento. ZP crea conflictos donde no los había e inventa necesidades inexistentes: L'Estatut de Catalunya, la reforma de la Constitución y una "muy necesaria" Ley de la Memoria Histórica. Personalmente, creo que estamos ante un revanchista de poco calado intelectual; su historial político y laboral así lo demuestra. Le guste o no a ZP, es un gobernante por accidente. No se entiende la presencia de ZP en La Moncloa sin el 11-M; pero de ese tema ya hablaremos. Su zafio comportamiento lo ha demostrado con esa cruzada personal que inició al intentar rescribir la historia de una manera muy selectiva y taimada. De momento, lo único que ha conseguido es abrir heridas que, por lo menos, ya no sangraban. ¿Todo eso por un abuelo?; no me lo creo.
BOBO DE CORIA.- 1. m. Personaje proverbial, símbolo de tontería y mentecatez.