Samstag, September 26, 2009

FOUS DE LA MER (4): AJOS, ACETRES Y CRUCIFIJOS.


ACETRE: 2. m. Caldero pequeño en que se lleva el agua bendita para las aspersiones litúrgicas.

¿Alguno de ustedes tiene el número de teléfono del dominico Damien Karras, meine Damen und Herren?: creo que le necesitamos.

Una de las ventajas de ser un marinero que surca el mar de bobadas por el que navega nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, es que la pesca está asegurada. Tal vez por ello no me sorprendí cuando al recoger las redes comprobé que algo sabroso, muy sabroso, coleaba en ellas. En un primer momento no di crédito, lo reconozco, pero luego recordé que nuestras vidas están cruzadas por nuestra psicología y el contexto social en el que hemos crecido o nos desenvolvemos. Explicar a estas alturas que ZP es un fantoche no tiene sentido, estimados parroquianos, ya que él se encarga de recordárnoslo a diario con sus embustes, ignorancia, ineptitud, inteligencia de sopa de sobre, engolamiento, neumas, ocurrencias de leche merengada y gesticulación de director de orquesta artrítico: ¡un auténtico tío chubasco! No incluí la fotografía de marras porque ustedes la habrán visto hasta quedar ahítos de carcajadas. Esa imagen nos genera…no sé…bueno…¿inquietudes?; sí ¡eso es: inquietudes! Por lo pronto no aparecen las hijas del matrimonio Obama, una ausencia que me inquietó: espero que las dos beldades no las hayan devorado, porque con semejante porte indumentario, meine Damen und Herren, fácilmente imaginamos calderos de sopa en los que nadan huesos de infantes, niños a la plancha y cráneos humanos que se utilizan de cáliz satánico. Ahora bien, tampoco debemos descartar que los disfraces sean para asistir al velatorio de algún amigo jorobado, ya que la herencia gibosa es innegable, estimados parroquianos: ¿Estamos ante un caso de publicidad subliminal por parte de los cigarrillos Camel?; no lo descarto, queridos lectores. Respecto a las botas de la más…¿«menudita»?...en fin…¡qué podemos añadir ante la elocuencia y el poderío de la imagen! Una vez más, demostraré mi bonhomía y creeré que se trataba del modelo «Ardor guerrero vibra en nuestras voces», del diseñador Christian Louboutin; aunque es cierto que no percibo las suelas rojas, la marca de la casa de Herr Louboutin. Asimismo, meine Damen und Herren, no comparto la forma de describirlas: góticas. Más que gótico y a tenor de las lorzas y kilos que intuimos en las mozas (joroba al margen), creo que son una ejemplo evidente de barroco churrigueresco; ¡qué barbaridad!
Seré sincero, meine Damen und Herren: es sencillo hacer picadillo a esas dos pobres infelices porque tienen por progenitor a un mamarracho en su tinta que desde hace años matrimonió con el ridículo, un cónyuge éste al que ZP se empecina en presentar allá por donde viaja. Si ustedes me lo permiten, estimados parroquianos, dejaremos en paz a la reina de la ultratumba y a la princesa de lo chusco: bastante tienen con…«lo suyo». Una de las características primordiales del bobo de Coria es su facilidad para crear problemas inexistentes que no interesan a nadie más que excepto a él; siempre fue hábil con las cortinas de humo. Aun así, estimados parroquianos, no puedo evitar formularles una cuestión: ¿les parece lógico que ése sea «el debate nacional» cuando España cae en barrena? Entiendo, eso así, que muchos españoles desean descojonarse de un tipo que lleva unos cuantos años descojonándose de los españoles; la lástima es que sea a costa de sus hijas. De cualquier modo, meine Damen und Herren, el comportamiento de ZP es inherente a cualquier palurdo con ínfulas que disfruta de su «reinado por un día», aunque eso implique colocar a su patria en el culo del mundo y a las barrocas convertirlas en un hazmerreír planetario. Con todo, queridos lectores, no dejo que la compasión me embargue más de lo necesario, porque ZP y su Gobierno pretende adoctrinar a los hijos de otros y entrometerse en cuestiones que son competencia exclusiva de la familia; no de un pintamonas de tres al cuarto que hasta ignora la pertinencia y el buen gusto que debe imperar cuando una familia es la representación de un país. Sea como sea, meine Damen und Herren, lo más triste es que la presencia de las barrocas en la fotografía es tan inútil como la de su padre, un tipo que todavía no entendió la diferencia entre trabajar de acomodador en un cine y el ser un cineasta. En fin, queridos lectores, ¡es lo que hay!; nunca pensé que echaríamos de menos las escenas de una boda en El Escorial. No obstante, podría ser que el matrimonio Rodríguez decidiera acometer una empresa difícil: casar a una de las hijas (apuesto por la que tiene manos de pelotari). Si eso ocurriera y alguien muy necesitado se prestara al experimento, estoy seguro de que la pareja también pensaría en El Escorial, ya que el monasterio tiene una dependencia idónea para tal caso y vestimenta: El pudridero Real. ¡Qué barbaridad!
El otoño llama a la puerta, estimados parroquianos, por eso hoy no les aconsejaré que busquen la ombría y utilicen protector solar. Por el contrario, y después de ver la fotografía de «la extraña familia», y no me refiero a la Maribel, es pertinente que lleven en los bolsillos una ristra de ajos, el acetre cargado y un crucifijo: ¡las barrocas acechan!; creo que siempre apuntan a la yugular.

APOSTILLA: Ruego al cuatrero que robó el caballo de la patizamba que lo devuelva: ¡hay que tener mala sombra para privar a una de las promesas del bel canto de su montura!; de momento deberá conformarse con el jamelgo.

Foto: Berchtesgaden. Nico a la edad de 7 años.

Sonntag, September 20, 2009

FOUS DE LA MER (3): DE HIGOS CHUMBOS.


HIGO CHUMBO: 1. m. Fruto del nopal o higuera de Indias. Es verde amarillento, elipsoidal, espinoso y de pulpa comestible.


«Beber es preciso, agua San Narciso»; «Zalenski moda joven»; «Abone con nitrato de Chile»; la silueta del toro de Osborne; y las paleras preñadas de higos chumbos: ésos son mis recuerdos de infancia durante los viajes por el Levante español, meine Damen und Herren. Sin embargo, estimados parroquianos, si tuviera que escoger uno, me quedaría con el higo chumbo. Sé que ustedes lo comprenderán, para una bárbaro del norte eso era algo exótico, dotado de una belleza tan ignota como fascinante. Tan es así que siempre deseé acercarme a la palera para dejar que mis dedos comprobarán lo que mi imaginación anticipaba. La primera ocasión en la que pude consumar mi amor por el higo chumbo fue en un lugar con el nombre adecuado: Fuente la Higuera (Valencia); ¿existe mejor tálamo para ese matrimonio? El depósito de gasolina de nuestro coche estaba exhausto, y mi padre decidió repostar en ése sitio. Mientras que mi madre criticaba todo lo que le rodeaba— calor, moscas, suciedad del aseo de la gasolinera— y mi padre se hacía el simpático con el lugareño, yo descubrí al que es uno de los amores de mi vida: ¡los higos de pala! Les reconozco que…bueno…sentí un poco de miedo, pero la imagen de la palera solitaria en la cuneta venció mis reticencias, además yo sólo quería coger un higo, un Kaktusfeige. Comoquiera que lo logré, meine Damen und Herren, es innecesario que les explique cuántas espinas se clavaron en mi mano. Aun así, yo sonreí y soporté la reprimenda de mi madre: ¡tenía mi higo de pala!; aunque no sabía qué hacer con él.
Después de tantos años, estimados parroquianos, he comprendido que nuestro siempre admirado José Luis Rodríguez, el Puma, es un higo chumbo; hasta chungo si me permiten el juego de palabras. Por lo pronto es un hombrecillo cuya pulpa no podemos masticar—está plena de pepitas—, algo que nos obliga a deglutir, a tragar como pavos, lo que no son más que los dislates de un palurdo iluminado, los gañafones de un manso al que Dios no llamó por el camino de la inteligencia. ¡Qué barbaridad! Con todo y con eso, queridos lectores, reconozco que las últimas…¿ideas? de ese farallón de los bobos merecen ser vestidas de torero. Asimismo, creo que después de observar los efectos que la…¿política? de ese emborracha inteligencias provocó en la economía española debo advertirles de algo, meine Damen und Herren: ZP dejo de ser un acrónimo para convertirse en un diagnóstico: ¡cogió un ZP y murió en 15 días!, ¡no somos nadie! Tal vez por ello y en reconocimiento a los esfuerzos del rey leonés de la garambaina, debemos solicitar— y así lo hago en este momento— que se instaure el premio Nobel de la Idiotez. Sí, sí, no se sorprendan, un tipo que exhibe esas ideas de tocino de cielo no puede desaparecer de este mundo y de nuestras vidas sin que alguien le coloque el marchamo que le corresponde a un talento que posee el don de la continencia. Es indiferente que nuestro admirado Puma se envuelva en reuniones tan estrambóticas (¡qué generoso soy!) como es el Comité Federal del PSOE, porque el ritmo que utiliza para explicar mentiras e idioteces tendrá efectos demoledores para él: ¡le explotará la cabeza!; aunque las salpicaduras de serrín les mancharán a ustedes, estimados parroquianos.
Una vez más, meine Damen und Herren, demostraré mi bonhomía, y expreso mi pesar, así como mis deseos de una pronta recuperación, por la ausencia en esa reunión de «barones» del principal varón: Teresa Fdez. de la Vega. Así que…una oclusión intestinal: ¡Aggggggg!, ¡qué poco charme, queridos lectores!: ¿la tan manida jaqueca perdió su validez como excusa? De todas formas no debemos preocuparnos, es una afección que con un par de guantes de cuero, un formón, una bata de plástico grueso y una pituitaria raquítica queda solucionada (ella ya lo sabe por la citología anual); aunque yo hubiera recurrido al buen hacer de Caster Semenya (no me negarán que la imagen tiene su…morbo). ¡Qué barbaridad! La caída libre de mi higo chungo favorito me fascina, meine Damen und Herren; pero no es por el ambiente rancio y decadente que ése oráculo egregio de la bobada— ¡viva el heleno!— despide. No, bitte, no sean malpensados. Mi fascinación reside en que sé que ZP guarda sus tonterías en un salero, y después sólo se limita a esparcirlas, con lo que nuestra diversión está asegurada. Soy consciente de que son ustedes los que sufren las consecuencias, pero entiendan que la inteligencia de ZP me despierta más interés por ser explorada que el que demostraron Burton y Speke por encontrar las fuentes del Nilo. No olviden que somos contemporáneos de un pellejudo del intelecto y el garbo, de un tipo de cuyos sobacos emana el aroma de la sabiduría y la obra maestra; y de sus ingles, el de una inteligencia perra: ¡Qué suerte tienen la gótica y las lolitas!
En cada ocasión en la que veo a ZP no puedo dejar de recordar las paleras que observé durante mis viajes de infancia por España. En esos trayectos descubrí que siempre había una palera coronada por un higo solitario: a ése seguro que nadie le coge. Comer higos chumbos tiene un inconveniente, meine Damen und Herren: luego cagas…«piedras», ¡qué poder de estreñimiento! Supongo que algo parecido le ocurrirá a España cuando ZP desaparezca de la política y forme un dúo musical con Romina Power (es a lo único a lo que puede aspirar una pintamonas como ése): dejará un país colapsado; casi tanto como los intestinos de uno de los varones del PSOE: Teresa Fdez. de la Vega. Con todo, estimados parroquianos, estoy convencido de que la dolencia de la amojamada se produjo por no seguir mis consejos en lugar de por comer higos chumbos: no utilizó protector solar ni buscó la ombría. Háganme caso, meine Damen und Herren; de lo contrario…pasa lo que pasa: ¡no se puede cagar!, ni siquiera a un tipo como ZP. ¡Qué barbaridad!

Foto: Exposición en la Royal Society: La vida de un higo chumbo.

Donnerstag, September 10, 2009

FOUS DE LA MER (2): DE HIGAS.


MÁS BLANDO QUE UNA BREVA: 1. loc. adj. Dicho de una persona: Que, habiendo estado antes muy tenaz, se ha reducido a la razón o a lo que otros le han persuadido.

El sicómoro en el que nacen, crecen y viven los políticos españoles es un árbol fructífero, meine Damen und Herren; tan es así que podremos recolectar tanto higos como higas, además en abundancia. La higa, en el caso que nos ocupa, nos la proporciona Mariano Rajoy. Cuando observé la fotografía que ilustra el presente escrito, estimados parroquianos, quedé estupefacto; de hecho todavía no puedo dormir sin que las pesadillas me atormenten. Superado el susto inicial, observé con detenimiento la imagen: corbata de lazo birriosa; solapas que nos incitan a pensar que Herr Rajoy desea volar en ala delta o imitar a Mazinger Z; expresión de…«me han pillado con las manos en los “higos”» (los mohines de la ninfa y la náyade nos permiten ser malpensados; por cierto: calculo unos 400 Kg., en canal lógicamente); y un cuello de camisa que nos obligaría a fusilar a Herr Rajoy a la puerta de cualquier camisería de Jermyn St.— siempre al amanecer, claro está—. Con todo, meine Damen und Herren, me considero afortunado, ya que el encuadre de la imagen nos impide observar el resto del porte indumentario del trío: Cristo entre Dimas y Gestas.
Les confieso que esperaba más ímpetu por parte de Herr Rajoy después del regreso de las vacaciones. Sin embargo, éste se empecina en seguir a la sombra de la higuera mientras se toca el «higo»; disculpen, queridos lectores, rectifico: «los higos». Hasta la fecha, la estrategia del PP me pareció correcta; por el contrario, pretender que la breva caiga sola sin que nadie se encarame a la higuera breval para cogerla me parece algo…cómo expresarlo…arriesgado, sí, eso es, casi tanto como lucir ése esmoquin y pedir un baile a una de esas dos beldades; mucho menos para un ritmo «sabrosón»: Ñaca, ñaca; chunga, chunga; Chichi, El Cachondo, baila el mambo horizontal. ¡Qué barbaridad, meine Damen und Herren!, no quisiera verme en ese trance. Me temo que el cachazudo galaico pretende ganar a los puntos un combate que podría vencer con holgura, incluso con algún gesto simpático hacia el respetable. Ahora bien, esa posibilidad nos obliga a formularnos algunas preguntas: ¿Herr Rajoy también hablará catalán en la intimidad?, ¿se verá obligado a escuchar una de las perlas del PNV?: «Con éstos he conseguido en 8 horas lo que con los otros no conseguí en 8 años». Mala carta de presentación sería ésa, estimados parroquianos: alguien debería explicar a Herr Rajoy que «en tiempo de higos, no hay amigos», porque los nacionalistas son como esos pájaros madrugadores que picotean los higos antes de que el agricultor recolecte: ¿Cuánto le costará a Herr Rajoy el kilo de higos? Supongo que si el precio debiera fijarlo Durán i Lleida— un hombrecillo que anhela que le caiga la breva de un ministerio— sería barato; pero todos sabemos que las ofertas nunca llegan a la política en el momento de establecer chantajes; disculpen, quise escribir «pactos».
El líder del PP me parece un hombre que reacciona de higos a brevas, pero si quiere alcanzar la victoria debe tomar la iniciativa y borrar la imagen de que el PP lucha siempre a la contra, ya que la única forma de poner en evidencia a un mentiroso es adelantarse a sus mentiras. Sé que es una táctica arriesgada, meine Damen und Herren; pero la prudencia en política, cuando se cultiva en demasía, deja de ser una virtud para convertirse en un defecto, ¡en un auténtico higo! Antes de concluir el presente escrito, estimados parroquianos, miré de nuevo la fotografía del trío Lalalá: Pelé, Melé y Mangaperro. El tiempo de observación lo marcó la velocidad a la que se consumía mi Lucky: un lapso breve, lo reconozco. Aun así, queridos lectores, percibí varios detalles, al tiempo que me inquietaron los que no pude ver: la chaqueta de Herr Rajoy es sencilla, no es cruzada (¿escoge él el atuendo o alguien le…«borbonea»?). El cuello del esmoquin es de raso, no de gorgorán, y su brillo no guarda consonancia con el de la pajarita (¿todavía cree Herr Rajoy que con esas mezclas centristas y más moderadas que la inteligencia de Leire Pajín rascará votos entre los votantes del PSOE?). La imagen no nos permite descubrir si Herr Rajoy sujeta los pantalones con cinturón o tirantes. Seremos bien pensados, meine Damen und Herren, y creeremos que el Beau Brummell gallego utiliza tirantes; ahora bien, ¿él sabe que la trabilla trasera del pantalón, la que lo une a los tirantes, debe ser del mismo color que los zapatos? (sospecho que Herr Rajoy no está seguro de la retaguardia de su partido ni de los muchos colores con los que se adorna: Gallardón, Evita 2.8, Rato…).
¡Me apasiona el mundo de los higos, queridos lectores!, aunque debo hacerles una confesión: mis favoritos son los higos chumbos, que serán los protagonistas del próximo escrito. Hasta entonces, meine Damen und Herren, debemos recomendar a Herr Rajoy que apriete el acelerador si no quiere pasar de fumar habanos a fumar brevas; siempre bajo la sombra de la higuera, claro está, un lugar donde es innecesario buscar la ombría y utilizar protector solar.

Foto: Soy de Orense, vengo de Lugo, y llevo la gaita metida en el culo. ¡Qué barbaridad!